Anticampañas

Pan2.jpgLos panistas radicalizan sus posiciones. Pero no hacia afuera, donde está la competencia electoral, sino al interior del partido.
La plenaria panista de dos días en San Juan del Río, Querétaro, a la que de entrada asistieron cien de los (148) diputados federales, no se puso de manteles largos, pues su invitado más importante, el presidente Vicente Fox, no asistió.
Además de discutir los alcances del trabajo parlamentario en el último tramo de la actual legislatura, los legisladores fueron sacudidos por su correligionario y candidato Felipe Calderón, quien más que pedirles les exigió no esperar los llamados de su dirigencia para ponerse a trabajar en la búsqueda de los votos que le hacen falta.
El desaire del number one les cayó de peso. Se supo que el reproche hacia los legisladores panistas es que no defendieron con la suficiente vehemencia a los Bribiesca.
La dirigencia nacional del PAN no fijó ninguna posición formal sobre el tema, discutido en la comisión especial de la Cámara de Diputados, a pesar de que la primera dama forma parte de la Comisión Política del CEN panista, que es el órgano de decisión y asesora a Manuel Espino. La presencia de la primera dama en las mesas de trabajo es frecuente.
 

Deslindes
A pesar de que Federico Döring mantuvo todo el tiempo que le fue posible el paraguas abierto y afirmó que el informe del caso Bribiesca se redujo a un documento que refleja la expresión más pura del odio y el rencor de la oposición, la posición defensiva más ruda fue para deslindar la campaña de Felipe Calderón ante una eventual contaminación del espinoso asunto de los hijos de la primera dama.
Calderón no fue el candidato de Fox y no recibió apoyo del gobierno federal, dijo Döring, y consideró que eso es más que suficiente para asegurar que no hay relación. Fue el deslinde, total, lo cual seguramente no gustó donde ya se sabe.
La tensión entre los poderes Ejecutivo y Legislativo no ha bajado de tono, sobre todo si se considera que el presidente Fox demandó de los legisladores «una disculpa» y como respuesta los opositores le recomendaron dar paso a una investigación judicial.
El tema de los Bribiesca seguramente permanecerá a lo largo de las campañas de este año, pero también éste se ha convertido en un abismo entre panistas. El deslinde es ahora muy claro entre Calderón y los Fox, sobre todo porque una de las banderas del político michoacano para conseguir votos es el discurso de las manos limpias.
                  
Se van, se van…
En la encerrona panista, reporteada por Norma Cañada, los diputados panistas acordaron una agenda de trabajo legislativo para un periodo en el que las expectativas son limitadas. Unos días antes también lo hicieron los priistas en Toluca.
Pero lo que distrajo más a los diputados fue el inexorable futuro. Porque no sólo muchos legisladores, diputados y senadores, tienen un pie en el estribo para buscar nuevos derroteros políticos, también sus coordinadores.
Entre los panistas, José González Morfín va por un escaño en el Senado. De ser así, una vez aprobadas las listas para la renovación del Congreso, deberá pedir licencia en marzo. Pero como todavía no lo tiene claro, el panista asegura que «si Dios no dice otra cosa, yo voy a estar hasta el 31 de agosto ahí».
Por el lado priista, Emilio Chuayffet Chemor, recién nombrado responsable del Consejo Consultivo para un Gobierno con Rumbo, de la campaña de Roberto Madrazo, también tiene la mirada puesta en Xicoténcatl. Y aunque se vaya de campaña, los que lo conocen saben que el mexiquense tendrá todo bajo control remoto en el tiempo que resta a la actual legislatura.
Jesús Sánchez / Recuento Político – El Financiero
 

 

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