Facturas por cobrar

caos01.gif         Lo que son las cosas de la coyuntura política. En la última visita del presidente Vicente Fox a Guadalajara, en su larga gira nacional de despedida, en un tono más de reconciliación que de buenas costumbres, se refirió al exgobernador de Jalisco como «don Francisco».
Claro que no se refería al «don Francisco» del show de la televisión hispana en el vecino país del norte, sino a Francisco Ramírez Acuña. Hace apenas dos años, cuando el entonces gobernador puso toda la escenografía para destapar a Felipe Calderón, Fox reprendió a Pancho, quien le respondió algo así como «en Jalisco el que gobierna soy yo».
A la distancia Felipe es presidente electo y «don Francisco» es fuerte prospecto para formar parte del nuevo gabinete, aunque por ahora, nadie le ha dicho en qué cartera. Qué más da, Fox rememoró el síndrome de Luxor.
 

Efecto dominó
La prioridad de los expertos en puntos de vista en Los Pinos, es quitarse la presión del gobierno felipista que pide se resuelvan ya los conflictos políticos.
Por eso la gama de soluciones a la crisis en Oaxaca tiene como base que sea el gobierno foxista el que desactive el conflicto, aunque sea temporalmente.
La más socorrida de las soluciones de los estrategas foxistas es la de convencer a los priistas para que éstos convenzan a su vez a Ulises Ruiz de solicitar licencia. Pero a cambio de la vía del acuerdo negociado ofrecen las perlas de la virgen. Que recaiga en un priista el nombramiento de gobernador sustituto; más presupuesto para Oaxaca; recursos asegurados para la rezonificación de los maestros. Ah, pero eso sí, permitirle operar de manera amplia a la maestra Elba Esther Gordillo para neutralizar a los disidentes de la 22. Los compromisos que se asuman serán pagados, claro, por el gobierno de Calderón.
Como decía el clásico Manolín; ¡Fíjate qué suave!
Contra lo que ha sostenido el gobierno federal de que no quita ni pone gobernadores, en los hechos le darían a la APPO y a la sección 22 del SNTE la cabeza de Ulises Ruiz, lo cual daría una especial fortaleza a ese movimiento.
No debe descartarse que al rato, en la ruta del 20 de noviembre, el Peje se atribuya la caída de Ulises.
En este escenario, Fox diría que la crisis quedó resuelta, pero a la larga nadie mete las manos al fuego para asegurar que Calderón no quede expuesto a un movimiento mayor que exija ruede su cabeza.
Pero antes, conflictos similares se reproducirán en otras entidades, situación a la que temen, con justa razón, gobernadores como Amalia García, Zeferino Torreblanca y el propio Lázaro Cárdenas Batel.
Por ahora, lo único corroborable es que Carlos Abascal «ya ni duerme».
 

Pato volador
Todavía no se integra oficialmente el gabinete y ya tenemos una interminable lista de tiradores. Este deporte nacional conocido desde los tiempos remotos del priismo, sigue vigente.
Desde la cálida península del faisán y del venado se sabe de la autopromoción de Patricio Patrón Laviada, que pronto dejará la gubernatura de Yucatán, para llegar a la Sedesol.
Antes, en esas mismas tierras se verá el desenlace del mano a mano entre Felipe Calderón y Manuel Espino, con la participación de Ana Rosa Payán en el proceso para definir la candidatura panista a la gubernatura yucateca.
Payán no apoyó a Calderón en su campaña, en cambio, fue férrea defensora de la candidatura de Espino para el CEN del PAN. Muchos yucatecos quieren a Payán, pero otros, los del grupo del «Pato», no.
  Jesús Sánchez / Recuento Político, EL FINANCIERO

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