¿Dónde está Beatriz Paredes?

beatrizfotoMientras la clase política esperaba paciente que Beatriz Paredes terminara de deshojar la margarita para definir si deja la dirigencia nacional del PRI, a fin de convertirse en jefa de la bancada del tricolor en San Lázaro, o continúa como está, no se sabe de dónde, pero ayer enfermaron a la tlaxcalteca.

Desde el mediodía circularon una serie de rumores acerca del «supuesto» deterioro de la salud de Beatriz Paredes, particularmente en algunas redes sociales como Twitter y Facebook, donde estuvieron proliferando los comentarios respecto de este asunto.

La página ejecentral.com.mx refirió: «Corrió el rumor de que las alegrías del 5 de julio y deshojar la margarita que le diría si la quería más la presidencia del PRI o la coordinación de su bancada, le habían provocado un infarto a la lideresa del PRI, Beatriz Paredes. Sus más cercanos han desmentido el rumor explicando que descansa de los subibajas de los últimos días en una playa mexicana, pero nos aseguran que disfruta plácidamente del chocolate suizo en medio de los Alpes.»

Pero, si la carrera política de Beatriz Paredes Rangel debiera ser adaptada a una telenovela, ésta podría llamarse «Los mil misterios de Beatriz.»

Los rumores corrieron desde el mediodía, sin saber de dónde provenía la versión de un infarto; otra argumentó que le cayó mal el desayuno que tuvo con el Niño Verde. En el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, las llamadas telefónicas no cesaron para saber sobre la salud de Paredes Rangel. Fueron muchas, pero la mayoría de ellas no tuvo una respuesta que aclarara las dudas.

Los rumores crecieron con fuerza e incluso entre algunos priistas que ahora serán próximos diputados federales corrió la versión de que lo mejor para la tlaxcalteca era que permaneciera como dirigente nacional del partido y no se fuera a la coordinación del PRI en la próxima Legislatura, para evitar un desgaste físico.

Otro rumor daba por hecho que la dirigente nacional del PRI se encontraba hospitalizada en un nosocomio privado, allá por el rumbo de la avenida Observatorio. Incluso era tanta la seguridad de que Paredes Rangel había sido ingresada para una revisión médica, que algunos reiteraban que estaba en el cuarto 360. Pero al llamar al 52-30-8000, la respuesta de los telefonistas era: «Ya han llamado para saber de esa persona, pero ya se les dijo que no fue ingresada ni en Observatorio ni en las instalaciones de Santa Fe. Ni siquiera para un chequeo.»

Así transcurrió la información ayer, en un ir y venir, sin información oficial de Beatriz Paredes Rangel y cuál era su estado de salud. En el área de comunicación social del partido, algunos de sus trabajadores simplemente informaron que la dirigente se encontraba en una reunión con priistas de Sonora para conocer cuál era la situación y cómo resolverían la impugnación. Un coraje con Eduardo Bours no se descartó como la causa de un desvarío en la tlaxcalteca.

Pero otras fuentes la colocaron en Oaxaca, donde dijeron que el mole negro pudo haberle caído mal. Los más agudos aseguraron que o bien se sometió a un chequeo general o se habría convertido en candidata para una lipo.

Mientras eso sucedía, en el PRI nuevamente los nombres de los posibles sustitutos de Paredes Rangel para la dirigencia: Emilio Gamboa, Enrique Martínez y Mario Marín, se repetían una y otra vez.

Mientras que en el caso de Francisco Rojas, para que fuera el próximo coordinador de la bancada del tricolor, era otra de las opciones para que Beatriz Paredes no se viera presionada.

Pero, mientras todo esto ocurría, cada hora transcurrida la pregunta era: «¿Dónde está Beatriz Paredes?»

(Nota de Manuel Velázquez, publicada hoy en EL FINANCIERO)

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