Pensamiento mágico, lastre en la batalla contra la obesidad

bypass1México se ha convertido en país líder en sobrepeso y obesidad, gracias a un preocupante coctel en el que se mezclan la falta de educación y fallas en las políticas públicas.

Además, dice David Montalvo Castro, presidente de Colegio Mexicano de Bariatría AC, está la persistencia del pensamiento mágico en la sociedad que lleva a las personas con esa condición a buscar la ayuda de pastillas, suplementos alimenticios o incluso cirugías que les quiten de un día para otro los kilos de más.

La obesidad -añade- es la puerta grande de entrada hacia complicaciones como hipertensión, diabetes o accidentes vasculares, que son en conjunto las principales causas de mortalidad en México.

Sin embargo, no es un tema que pueda resolverse en el corto plazo, además de que requiere de acciones en diferentes áreas.

Montalvo Castro alerta sobre la utilización de los llamados productos milagro que, a pesar de la acción de las autoridades para sacarlos de circulación, siguen a la venta con diversos nombres y presentaciones.

«El pensamiento mágico está vigente hoy con la misma fuerza que tuvo durante la Edad Media y cierto sector de la industria ha diseñado exitosas estrategias basadas en esas creencias para lograr negocios multimillonarios. Conocen el comportamiento y el razonamiento humano y saben que las personas nos basamos en la ley del menor esfuerzo para alcanzar las metas.»

capslimSin control

Hay algunos productos especialmente dañinos, como el Capslim -ya fuera del mercado oficialmente-, que ofrece bajar de peso «sin dieta, sin ejercicio, sin rebote», pero contiene una sustancia tóxica: el troncomin, conocido en la herbolaria como hueso de fraile, el cual causa problemas severos tanto en el aparato cardiovascular como en el tubo digestivo y riñones, que pueden llevar a la muerte.

«No es un mito urbano que la gente se muere por tomar esas cosas; son muy tóxicas, no están bien dosificadas, no tienen calidad ni pureza farmacológica en su proceso de elaboración; además de que, como son considerados suplementos alimenticios y no medicamentos, son de venta libre y se utilizan sin control.»

Pero no sólo en el lado de la industria hay este tipo de peligros. Entre los médicos -comenta Montalvo Castro- hay muchos que han «sido seducidos por el lado oscuro de la fuerza», y recetan medicamentos que provocan más daños que beneficios.

«También están los procedimientos quirúrgicos, como la banda gástrica, el balón intragástrico, el bypass y la manga gástrica, que en su mayoría son irreversibles y frecuentemente son utilizados sin el debido protocolo o a demanda del paciente, que no siempre está consciente de los riesgos que involucran.»

Pueden ser una excelente opción siempre y cuando no se vea como una solución mágica pues si no hay un cambio en los hábitos alimenticios y en el estilo de vida, está comprobado que al cabo de cuatro años los pacientes recuperan el peso perdido.

«La idea de que la gente baje de peso no es una carrera contra el tiempo, es una carrera contra la muerte de la persona; es una carrera para darle salud, no problemas.»

El problema de fondo -añade- es que la obesidad no es considerada como enfermedad por el sistema de salud y no hay los fármacos ni los profesionales necesarios para atenderla en la medicina institucional.

Aunque México es líder en bariatría -pues aquí se creó la especialidad y es el sitio al que acuden médicos de diversos países para formarse-, en toda la República apenas existen mil 200 profesionales con la especialidad y dos cirujanos bariatras certificados.

Mientras tanto, concluye el expresidente de la Asociación Mexicana para el Estudio de la Obesidad y Trastornos Alimentarios, «lo importante es dar a conocer a la población que la fantasía no aplica cuando se trata de atender un problema de salud».

Perla Oropeza / Finsat (EL FINANCIERO)

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