Pactocracia y Congreso

Jesús Sánchez

Los coordinadores de las bancadas en el Congreso hicieron gestos y mucho ruido para que en la euforia de los acuerdos del gobierno compartido, no los dejaran chiflando en la loma.

A decir verdad, los reclamos surgieron sobre todo en el Senado. Y la queja fue que nomás no les hacían caso. De eso se quejó Miguel Barbosa, y luego Ernesto Cordero reclamó que al Congreso lo estaban condenando a quedar en calidad de simple ventanilla de trámites del Pacto por México. No más.

En la Cámara de Diputados, la reacción fue menos radical. Pero en lo que todos cayeron en cuenta fue que inexorablemente todas las iniciativas pasan por el Congreso.

En la presentación del Pacto por México, en diciembre de 2012, estuvieron todos en primera fila. Incluso Ernesto Cordero tuvo un lugar en el presídium. Pero luego como que se hicieron transparentes.

Reaccionaron a tiempo y la llamada de atención llegó a donde debía. Miguel Ángel Osorio Chong leyó bien el mensaje y asumió su papel de interlocutor, de ahí el anuncio de que los legisladores participarían de las negociaciones del Comité Rector del Pacto por México.

Pero también se notó que a nivel de partido en el PAN como que cada quien anda por su cuenta. Y del PRD la justificación es que no se oponen, pero que no los dejen fuera.

Estrategia Iodex

La presión estuvo realmente fuerte. Gustavo Madero reconoció la importancia del Congreso, sobre todo por el contenido legislativo del Pacto, ya que de los 95 compromisos contenidos en el Pacto, al menos se requerirán 73 enmiendas legislativas.

El más directo fue Jesús Zambrano, con un análisis en el que alertó sobre el riesgo de que todo se lo lleve literalmente la «pactocracia». Aunque aclaró que no se trata de que el Pacto por México suplante el papel del Poder Legislativo. Y también dijo que el Congreso no está en la sintonía del «logro filantrópico» en el que el jefe del Ejecutivo aparece como un presidente dadivoso.

El propio César Camacho ratificó la «voluntad sumadora» de su partido.

En fin, todos hicieron un reconocimiento al Congreso. Descartaron la «pactocracia». No podía ser de otra manera; si no, ¿quién les aprueba las reformas?

Daños colaterales

1.- Enrique Peña Nieto publicó la Ley General de Víctimas, la misma que el entonces presidente Felipe Calderón intentó meter al congelador.

La iniciativa fue aprobada por unanimidad en el Congreso, y Calderón la bloqueó. Ni más ni menos.

Ayer, mientras se completaba el protocolo, vía Twitter dos conocidos personajes se dieron a la tarea de bombardear con mensajes de descalificación la nueva legislación.

Isabel Miranda de Wallace y Alejandro Martí, quienes seguramente extrañan el calorcito que les dio Calderón, despotricaron. Y sin pudor.

2.- Menos mal que el poeta Javier Sicilia dimensionó la importancia de la acción. No olvidar a las víctimas.

3.- La decisión de construir el Memorial de las víctimas del crimen (que dicen son 80 mil) en el corazón de la Estela de Luz, no debe dejarse perder en el tiempo. Sería un buen gesto que dimesionaría la estrategia fallida.

> Lavaderus est

** Columnómetro del licenciado Aquiles Baeza.

1.- El coordinador ejecutivo del Consejo Rector del Pacto por México es José Murat Casab. El papel del oaxaqueño en este sinuoso esquema de acuerdos es relevante, aunque siempre mantuvo un bajo perfil. Ha realizado un trabajo de primer nivel. Otro que hizo un buen papel de interlocución en la izquierda y no se vio fue Jesús Ortega.

2.- La reforma educativa ha sido aprobada en siete entidades del país. La votación de Veracruz es significativa porque fue precisamente en la toma de posesión de César Duarte de Ochoa que asistieron y tuvieron butaca contigua el hoy presidente Enrique Peña Nieto y la maestra Elba Esther Gordillo.

3.- No todos los gobernantes seguirán las reglas de austeridad que instruyó Enrique Peña Nieto. En el GDF la respuesta fue ¿y nosotros por qué?

4.- El homenaje póstumo que brindó la Lotería Nacional, a cargo de la tapatía María Esther Scherman Leaño, al cineasta mexicano Servando González, director de películas clásicas como Viento negro, fue un acierto. Eso fue bueno para familiares, amigos y especialmente para Servando González, director de Comunicación Social en Turismo. Ya lo dijo Édgar González, hay que ir por el cachito.

5.- Del anecdotario perdido.

-Señor presidente, aquí está mi renuncia.

-¿A ver a ver? ¿Y quién te la pidió?

-Anoche, señor, usted me llamó por la red y me corrió. ¿Por qué? No sé.

-Pues fíjate que ni me acuerdo.

6.- Dicen que Rafael Moreno Valle invitó a 12 mil personas menos que el año pasado para su informe de gobierno. Y quién no recuerda que fue en Puebla donde Ernesto Cordero, aún secretario de Hacienda, se lanzó como aspirante presidencial. Hoy Moreno Valle quiere la presidencial para 2018. Quién sabe si la logre si Madero se mantiene al frente del PAN.

7.- ¿Paralelismos? Ahora que anda muy activo por estos terruños José Ángel Gurría, viene a la memoria que en el sexenio de Ernesto Zedillo fue primero secretario de Relaciones Exteriores y luego secretario de Hacienda. Dicen los que lo recuerdan -sobre todo el chamán Camacho- que en aquel tiempo Guillermo Ortiz arqueaba la ceja porque Gurría hablaba más de economía y las finanzas de México y el mundo que de las relaciones exteriores.

Llama la atención que Dionisio Meade fue secretario de Hacienda con Calderón y hoy con Peña es canciller.

8.- En Veracruz, el dirigente estatal panista tampoco tiene de que preocuparse. Nomás se le fueron 137 mil militantes.

9.- Martí Batres espera que Morena tenga en un año un padrón de millón y medio de militantes. Pues que le pregunte a César Nava cómo le hizo para crecer el padrón del PAN.

** Tarjetazos de la politóloga Melita Peláez.

-Está muy oscuro el cielo, doctor.

-Son zopilotes, mi comandante.

 Twitter.com/@Chucho_Sanchez

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