México, último lugar en satisfacción con la democracia: Latinobarómetro

Las alarmas de los expertos en puntos de vista en México se encendieron con el más reciente estudio de Latinobarómetro, que nos ofrece una mala noticia.

El informe de la organización sin fines de lucro creada por Marta Lagos, con sede en Chile, establece una interesante visión comparativa de los últimos 20 años -1995 a 2015- en América Latina.

Sin duda el dato más preocupante es el de que México ocupa el último lugar de las mediciones en «satisfacción de la democracia», de un total de 19 países examinados.

De acuerdo con las mediciones de Latinobarómetro, este indicador de la «satisfacción» va de la mano con los efectos de la economía, pero en el caso México quedó incluso muy por debajo del promedio latinoamericano de 37 puntos.

En 2015 sólo tres países muestran más de la mitad de su población satisfecha con su democracia: Uruguay, Argentina y República Dominicana.

México comparte los últimos lugares en cuanto a satisfacción con la democracia con Colombia, Perú, Paraguay y Brasil.

La economía es una importante fuente para el éxito de los gobiernos, confirma Latinobarómetro.

Otro rasgo destacable es el del nivel de aprobación de la gestión presidencial, en la que México ocupa el lugar 14 de los 19 países estudiados, por abajo de Costa Rica y arriba de Venezuela. Los presidentes con mejor aprobación son República Dominicana, Uruguay y Bolivia, mientras que los peor calificados son Brasil, Paraguay y Perú.

A nivel regional Asia tiene el primer lugar en satisfacción con la democracia, seguido por Europa, luego África y finalmente América Latina.

«América Latina dibuja una democracia particular, propia, inimaginable a la luz de la ciencia política en países industrializados… América Latina ha dejado mudos a los cientistas sociales, que no fueron capaces de prever ninguno de los desarrollos en la región. No hubo regresión autoritaria como se decía hace una década…», refiere el estudio Latinobarómetro.

Añade que las alternancias en el poder luego de décadas de hegemonía de un partido, tala como los casos de México y Paraguay, tampoco han tenido una evolución esperada.

«La cultura cívica latinoamericana incorpora la desconfianza de una manera que la marca, incorpora el temor de una manera que prolonga la desconfianza, incorpora la desigualdad de una manera en que la define», subraya el análisis.

Destaca como etapa significativa «el quinquenio virtuoso» -entre 2002 y 2008- que produjo no sólo los niveles más altos de satisfacción con la democracia sino que generó los llamados «hiperpresidentes».

En México, por ejemplo, los niveles más altos de la aprobación presidencial ocurrieron en 2007 con 60 por ciento, pero un año después se retomó el declive hasta llegar hoy al 35 por ciento.

El estudio aclara que los principios democráticos y el grado percibido de democracia son factores importantes en la evaluación del funcionamiento democrático de un país. Pero además, el desempeño económico, juega un papel relevante, lo mismo que la distribución del ingreso. La confianza institucional añade un ingrediente importante pero su poder explicativo es menor, lo mismo que la relación gobierno y partido. Sin duda, dice Latinobarómetro, las percepciones sobre criminalidad y corrupción añaden elementos interesantes al análisis de la satisfacción con la democracia.

Pese a los magros resultados, hay que decir que en México la democracia ha sido y es muy cara. Tan sólo este año (2015) se invirtieron cerca de 20 mil millones de pesos en las votaciones de junio, sin contar con el tortuoso proceso que dio lugar a la transformación del IFE en INE. Es tal el tamaño de la desconfianza que no se prevé una disminución sustancial en los costos que le dan mantenimiento a la estructura institucional de la democracia mexicana.

Consulte el Informe Latinobarómetro, aquí va el enlace:  F00004377-DC_EVE_213_16-INFORME_LB_2015 (1)