La crisis terminal

Manuel Ávalos, analista político, para El Rincón del Chamán.

En las horas recientes el PRD ha vuelto ser el protagonista central de una crisis partidaria interna que viene arrastrando prácticamente desde su fundación, las razones son diversas, que en otro momento abordaremos, pero sobre todo por la ausencia de una vida institucional que regule las reglas partidistas, su programa y su plataforma.

El partido de izquierda más grande de la historia política nacional no logró desembarazarse de una añeja tradición, que es el caudillismo y los liderazgos de iluminados y de las “tribus” que fueron minando una organización que por lo menos en dos ocasiones estuvo a punto de ganar la Presidencia de la República (1988 y 2006).

El fenómeno de la corrupción del partido y de sus gobiernos son dos elementos que no pueden soslayarse, particularmente en tres entidades que por sus características sociales y políticas han sido la base social de los movimientos populares en nuestro país como son Guerrero, DF y Oaxaca.

En estos últimos casos, el recrudecimiento de sus fracturas internas por la infiltración de grupos e intereses siniestros y la corrupción galopante en sus administraciones públicas provocó el éxodo de sus principales dirigentes y miembros históricos que prácticamente desfondaron la organización y pusieron al PRD de bruces que podría meterlo en una grave crisis terminal, de acuerdo al gris horizonte que se percibe en los resultados electorales de los comicios de junio próximo.

prd con gobernadores

Los intentos de rescatar algunos puntos porcentuales en los comicios estatales a través de una política de alianzas como una estrategia de “supervivencia” del PRD, no parece convencer a muchos.

La pérdida del registro estatal en los comicios extraordinarios de Colima el pasado mes de enero por su baja votación, y los titubeantes procesos de selección de candidaturas estatales no auguran resultados alentadores para una organización que logró alcanzar un tercio de la votación nacional.

Pero las penurias para el PRD podrían alcanzar grados dramáticos si en la elección de la Asamblea Constituyente para la Ciudad de México, no logra una votación relevante para alcanzar una mayoría de los 60 diputados locales que serán electos por voto directo.

Según una encuesta reciente solicitada por el propio PRD-DF la tendencia del voto partidario lo colocan prácticamente tablas con el partido de Morena.

Según fuentes internas, cabilderos del PRD y del propio Jefe de Gobierno, han desplegado una estrategia para convencer a algunos denostados “jefes de tribus” a proponer a sus “candidatos” a la Asamblea Constituyente.

El llamado es a defender lo que podría ser “la última frontera” del perredismo nacional, paradójicamente en el mismo territorio que le abrió las puertas en 1997 para su fortalecimiento y crecimiento electoral que lo mantuvo como partido hegemónico hasta el año 2015.

 

 

 

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