El imaginario de las urnas

Ya lo dijo Aquiles Baeza, cualquier coincidencia con la realidad, es pura filtración.

Está claro que las urnas dirán la última palabra el 5 de junio y puede ocurrir cualquier cosa, pero hoy las campañas están en esa etapa cíclica de las descalificaciones, los golpes bajos, los piquetes de ojo, la guerra de encuestas –aunque cada vez les hacen menos caso-, las proclamas anticipadas de triunfo y la esperanza de ver la aniquilación del adversario.

Además se mantiene viva la premisa de que el que pega primero, pega dos veces.

Pero más allá de los discursos altisonantes, como diría un clásico, la mayoría de las campañas han estado de flojera. Es más, la promesa de los candidatos independientes, que era el plus democrático de este proceso, ha venido desinflándose.

Y de las propuestas de campaña ni hablar, solo lugares comunes. Y aunque otro aspecto novedoso era el de las redes sociales, los candidatos se mueven en éstas como una fórmula mágica para conseguir apoyos virtuales y se olvidan del elector de carne y hueso. La realidad es que todavía en México más de la mitad de la población no tiene acceso a internet ni a las redes sociales.

Otro punto. Los debates no existen y los cambios que puedan ocurrir en la geografía política no refleja necesariamente que los partidos estén en su mejor etapa.

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A veces se gana, a veces se pierde

Como Aquiles Baeza y sus expertos en puntos de vista son serios, no recurrirán a la consulta de los huesos del Chamán para no despertar suspicacias.

Lo que es cierto, es que el PRI es el adversario a vencer pues es el partido que gobierna en 9 de los 12 entidades en competencia.

Pero aún en el peor de sus escenarios, en el que se le complica Veracruz, Quintana Roo y Tamaulipas, está perfilándose a recuperar las gubernaturas de Sinaloa y Oaxaca que perdió hace seis años.

Si el PRI pierde en Veracruz, Quintana Roo o Tamaulipas, tendrá que ajustar su estrategia política para la presidencial de 2018, porque no solamente perdería votos sino contundencia política y económica.

En el caso de Sinaloa, es un estado que el PAN dejó al garete hace unos años por la falta de química entre Mario López Valdez y Gustavo Madero.

En Oaxaca las anticampañas están enfocadas en contra de Pepe Toño Estefan, pero también contra su principal respaldo el góber Gabino Cué. El caso es que Morena, vía Salomón Jara, ha crecido en la entidad y le ha restado fuerza a la alianza PAN-PRD.   La realidad es que el voto de la izquierda está hecho pinole. Y el PRI puede ganar.

Los escenarios para los dos principales adversarios del priismo de Manlio Fabio Beltrones, el PAN y el PRD, no son muy optimistas.

En el caso del PAN la única gubernatura que tiene casi segura es la de Puebla. Pero el triunfo no sería de Ricardo Anaya sino de Rafael Moreno Valle y su grupo, lo cual establecerá ciertas condiciones de ventaja para el poblano frente a la competencia interna por la candidatura presidencial de los pitufos. Y no se ha visto al queretano en la angelópolis.

El PAN va del brazo con el PRD en cinco estados, pero sólo tienen una posibilidad real en Quintana Roo, porque en Veracruz será muy difícil remontar la fuerza no sólo de los priistas sino ahora de Morena que está disputando la segunda posición.

Por ahora no se ve que el PAN pueda recuperar Chihuahua, donde el PRD no pinta. En todo caso el candidato independiente José Luis Chacho Barraza está peleando la segunda posición muy a pesar de Javier Corral que no ve la suya.

De Aguascalientes los priistas están seguros de que se resolverá con los votos de la ciudad capital donde vive el 70 por ciento del electorado, a favor de quien fue su alcaldesa y que la situación económica de la entidad la favorece. Un dato adicional es que Alberto Anaya, líder del PT va con los priistas a quienes les debe conservar el registro de su partido. El PAN no se ha repuesto de los negativos que les dejó el ex góber albiazul.

En Durango, José Rosas Aispuro, que hace seis años quedó abajo del PRI por 3 puntos, también les puede meter un susto. Pero no hay nada claro.

¿Quién cierra la puerta?

En Quintana Roo las campañas se fueron al terreno de las querellas judiciales. Mientras el PRI acusó vínculos entre Carlos Joaquín y el empresario Jamil Hindi, señalado por presumibles vínculos con el crimen, los panistas acusaron a Mauricio Góngora Escalante y al góber Roberto Borge de lo mismo. Parece que Jamil se fotografió con medio mundo.

En Tamaulipas las cosas siguen bajo tensión no sólo por la decisión del PRI de retirar el registro de sus candidatos en tres alcaldías tamaulipecas, por vínculos con el crimen, también por el apoyo al candidato panista Francisco García Cabeza de Vaca. Agustín Basave justificó el respaldo perredista al panista. Qué cosas.

La situación es tal que no se descarta un escenario extremo, y que alguna de las partes pida la anulación del proceso.

PRD como el chinito

En Hidalgo la oposición al PRI poco podrá hacer. Lo malo para el PRD es que José Guadarrama quedará fuera, por segunda vez en seis años y el PAN hizo el oso, literal, con su candidato el cantante Xavier Berganza, aunque la derrota se la endosen a Moreno Valle porque se trata de quien operó como su jefe de asesores.

En Zacatecas el apellido Monreal y la presencia de Morena barrieron literalmente a la alianza PAN-PRD lo que hizo crecer a los tricolores. Cómo estarán las cosas que el PRD acusó a Morena de una alianza de facto con el PRI.

Tlaxcala era una de las plazas que acariciaba tanto panistas como perredistas. En realidad para el sol azteca era la única fórmula a la que le tenían su veladora prendida, pero podría perderla y entonces sí, como dicen los que saben, el PRD estaría perdiendo 12 de 12.

En suma, aunque al PRI le pueden hacer un hoyo negro si pierde Veracruz, Quintana Roo o Tamaulipas, el PAN podrá decir que avanzó o que tuvo un desempeño regular, pero hasta que tenga los pelos de la burra en la mano, antes no.

Para el PRD, la expectativa es que tendrá los peores resultados de su historia electoral. Y seguramente se lo echarán en cara a Agustín Basave, de quien ya se maneja en el imaginario de los columnistas, que se va después de las elecciones. Pero también le van a achacar la derrota a Los Chuchos, aunque los ganones sean finalmente los de Morena. Y claro, las tribus se van a deslindar.

Lavaderus est

1.- Chafea el candidato independiente de Tamaulipas.

Francisco Chavira, perdió el toque mágico que le daba su condición de político independiente al anunciar su apoyo a la candidatura del panista, Francisco Cabeza de Vaca.

Lejos de las simpatías que había ganado, a Chavira ahora le reprochan haber tirado la toalla y abaratar la candidatura, para cederla al mejor postor. Chavira sueña con un cargo burocrático al costo de lo que sea.

Se suponía que Chavira era ajeno y crítico a los intereses partidistas y mire “se volteó”. Da pena ajena y en realidad es un desperdicio de recursos y de expectativas. ¿O no?

Por el lado del PRD siguen divididos. Guadalupe Acosta fue a rendirle pleitesía al abanderado panista, a sabiendas que los perredistas en la entidad van solos y sin alianzas de facto.

2.- Dobleteando. Todavía no queda muy clara la decisión del Senado de activar una Comisión de seguimiento de las elecciones del 5 de junio, incluido el monitoreo, si eso lo hace el INE. Por esa ocurrencia gastarán alrededor de 20 millones de pesos y el contrato únicamente beneficiará a alguno muy cercano a los senadores. ¡Nombres, nombres!, habría exigido el maestro Monsivais (qepd).

3.- ¿Ya tomaron nota de que Miguel Ángel Mancera anda de gira promocional por el país? Parece que sus asesores son El Bronco y Jorge Castañeda.

4.- Miguel Barbosa ya se vio como dirigente nacional del PRD. A ver.

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