El horno no está para fiscalías de chocolate

Dicen que en política hay que pensar mal para acertar, por eso el politólogo Aquiles Baeza está convencido de que el nombramiento del titular de la Fiscalía Anticorrupción es uno de los factores de negociación entre los partidos en el Congreso para resolver el tema del Fiscal General.

Pero aunque se superen los desacuerdos para el nombramiento del icónico fiscal anticorrupción –cuya estructura administrativa es equivalente a una subprocuraduría-, lo que no se ve es cómo se resolverá el entuerto del pase automático del actual procurador a fiscal general, pues está diseñado como un espacio burocrático transexenal y de enorme carga política partidista que chocaría con el resto de la estructura del Sistema Nacional Anticorrupción.

Los especialistas en el tema advierten que aún hay posibilidades de corregir los errores de este diseño de tal manera que el horno legislativo no se preste a crear fiscalías de chocolate (como bien apunta Edna Jaime, directora de México Evalúa).

El proceso para darle forma al Sistema Nacional Anticorrupción está en marcha pero se ha topado con inconvenientes que no harán facil su aterrizaje.

Uno de los desacuerdos más evidentes entre los grupos parlamentarios, cuyos votos en el Senado tienen la última palabra, es que el procurador Raúl Cervantes asuma el cargo como fiscal general por los siguientes nueve años, equivalentes a un sexenio y medio. Ni más ni menos.

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Los desacuerdos los han hecho públicos las bancadas del PAN y del PRD y si no hay una sorpresa bajo la manga, lo más seguro es que el tema se meta en la congeladora y quede para el próximo periodo de sesiones, que inicia en febrero de 2017.

En poco menos de tres semanas el Congreso se irá de vacaciones y los senadores y diputados se relajarán entre las posadas y las fiestas de fin de año satisfechos con lo obtenido, en el más amplio sentido del término.

De manera paralela, la reflexión de los encargados de sacar adelante el proceso del Sistema Nacional Anticorrupción es que si el Consejo Ciudadano responsable de que funcione adecuadamente este esfuerzo de fiscalización estará desvinculado de los partidos, el resto de los titulares de los órganos del sistema también debe honrar este principio.

Esta perspectiva no es buena noticia para Raúl Cervantes, senador con licencia de sello priista, pues podría terminar el sexenio como procurador y hasta ahí.

Hay que decirlo, parece que alguien convenció a Cervantes que tenía el pase automático asegurado, pero hoy se ve que no es así.

Otro factor a tomar en cuenta es que los tiempos de la sucesión presidencial podrían empalmarse y alejaría aún más a Cervantes de su objetivo.

El tema está bastante enredado.

Para Cervantes seguramente la situación es harto incómoda pero no hay mucho para dónde hacerse. Es más, ni siquiera un milagro de apellido Duarte -si es que lo detienen- podría darle el impulso suficiente como para que sus críticos en la oposición estén dispuestos a darle el boleto de pase automático. Ya ni en la UNAM es tan sencillo, dicen los chinchorreros.

Los panistas por ejemplo, comenzando con Ricardo Anaya, siguen que trinan por la detención de los Guillermo Padrés (padre e hijo) en la investigación que se les sigue por uso indebido de recursos públicos.

En el Senado, panistas y perredistas insisten en que presentarán una iniciativa para reformar la Constitución que eliminará la condición del pase automático de procurador a fiscal general. Y eso llevaría tiempo, mucho tiempo.

Lo que es un hecho es que los legisladores cambiaron en pocos días su percepción del tema.

Los senadores avalaron el nombramiento de Cervantes como procurador con 82 votos a favor, 3 en contra y una abstención, mientras que para Arely Gómez, como secretaria de la Función Pública le obsequiaron la confirmación con 95 votos a favor y 3 en contra. Todo parecía miel sobre hojuelas.

Pero apenas se enteraron de que Cervantes estaba apuntado para ser fiscal general las cosas cambiaron.

Y como si algo faltara, en la mesa contigua donde se registraron los aspirantes al nombramiento del Fiscal Anticorrupción -32 en total, de los cuales 11 ya habían participado en el proceso casi olvidado de 2014-, únicamente Ximena Puente, Miguel Sarre y Manuel Hallivis se destacaron con posibilidades pero con muchos asegunes.

Esto también es para Ripley porque los suspirantes a la Fiscalía Anticorrupción tampoco la tienen fácil. Son los encargados de revisar los perfiles de los consejeros ciudadanos del Sistema Nacional Anticorrupción los más críticos. Con mucha razón.

A la abogada colimota Ximena Puente, titular del INAI, no le ven con la suficiente preparación, mientras que a Hallivis –presidente del Tribunal de Justicia Administrativa- creen que si bien está más vinculado al tema, en ambos casos quieran brincar de escalafón burocrático sin haber aportado gran cosa a sus tareas actuales.

De cualquier manera, en caso de que los actuales coordinadores caigan en las redes de una negociación underground para construir las “fiscalías de chocolate”, como temen algunos, los reposteros también serán los integrantes de los partidos en el Congreso y la factura la tendrán que pagar en su momento.

Lavaderus est

1.- Llega la onda Vintage al PRI con aquello de que: ¡El que se mueva no sale en la foto!

Si uno se apegara estrictamente a la fórmula recalentada del veracruzano Jesús Reyes Heroles (el bueno), de que primero es el programa y luego los nombres, lo que hizo @EPN fue enfriar a los interesados en la competencia presidencial.

Lo increíble es que llame a definir la agenda de campaña o el nuevo plan de gobierno a partir de hoy pues deja a los interesados un margen no mayor de siete meses para presentarlo.

Como sea el discurso en la reunión del Consejo Político del PRI muestra la preocupación de que pueden perder por eso asume que “van por todo y con todo” en las elecciones de 2018 pues no sólo está en juego la Presidencia de la República, «está en juego todo lo que hemos construido”.

Por lo pronto la orden a los aspirantes fue ¡engarrótense! ¿Qué no?

2.- Complicado panorama para el PRD, porque así como irá de acompañamiento a las elecciones mexiquenses (aliado con quien pueda), en el 2018 también tendrá que compartir espacios con la chiquillería. Y será otro entre muchos.

3.- Los calderonistas se siguen chamaqueando a Ricardo Anaya.

Foto de portada: Quadratín.

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