De Frente y de Perfil: Sensibilicen a los partidos

Por Ramón Zurita, periodista y director de la Revista Personae

Reconstruir, remozar o rehacer los miles de planteles educativos dañados por los sismos costarán alrededor de cuatro mil millones de pesos, según dijo el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.

Edificar viviendas para los miles de damnificados una cifra superior, todavía no cuantificada, pero de miles de millones de pesos.

Los daños causados por los sismos son cuantiosos y aunque el gobierno cuenta con seguros, en la mayoría de los casos, los particulares no y miles de personas se quedarán sin nada.

Es cierto que la respuesta gubernamental ha sido pronta, expedita y que en esta ocasión, tanto gobierno federal como local han trabajado conjuntamente y se evitó una catástrofe mayor.

También que hay dinero para amortiguar los costos de la recuperación, aunque no lo suficiente para el total de ellos.

Los seguros cubren una parte de los edificios gubernamentales dañados, así como las escuelas y otros menesteres, por lo que habrá que considerar hasta donde alcanza.

Según el secretario Nuño Mayer, solo el rubro de escuelas será del orden de los cuatro mil millones de pesos, de los que 1800 estarán cubiertos por cada sismo el de hace 12 días que sacudió Oaxaca, Chiapas y Tabasco y el del 19 de septiembre que afectó Ciudad de México, Morelos, Puebla y estado de México, principalmente, lo que hace un total de 3600 millones de pesos, si es que las cifras son las reales.

De acuerdo con esa cantidad, se podría evaluar que la reciente campaña para gobernador del Estado de México, donde ganó el priista Alfredo del Mazo fue cuantificada en casi 15 mil millones de pesos, de acuerdo con los programas sociales de los gobiernos federal y estatal, además de los continuos desplazamientos de los funcionarios federales que un día sí y otro también se plantaron en esa entidad.

Claro que esa cantidad no es demostrable, ya que las partidas a las que tenía derecho o las donaciones de sus simpatizantes hablaban de una cantidad sumamente inferior.

La realidad es que una cosa es a la que tienen derecho candidatos y partidos y otra la que realmente se gasta en una campaña electoral.

Alguna ocasión platicando con el candidato del PRI a uno de los principales gobiernos del país, le cuestionaba cuanto sería el costo de su campaña. Has un cálculo tú, me dijo, le solté tres mil millones de pesos y pronto me respondió, no tanto, seguro con dos mil millones la hacemos.

La cuestión es que el dinero estipulado para las campañas era, máximo, del 10 por ciento de esa cantidad.

Así sucede en la mayoría de los procesos electorales, donde presidentes municipales, diputados locales y federales, senadores, gobernadores y hasta Presidente de la República rebasan los topes de campaña, aunque encuentran las artimañas suficientes para no ser descubiertos en el uso excesivo de recursos económicos.

Es cierto que esos recursos ya no provienen de los fondos públicos asignados a los partidos, aunque en algunos casos sí, pero también los que destina la autoridad electoral son sumamente excesivos.

De ahí que la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de reducir en, cuando menos, un 20 por ciento la cantidad de recursos económicos a los partidos participantes, sería una buena decisión.

Basado en los datos dados a conocer por la autoridad electoral, los partidos tendrán un total de 11 mil novecientos millones de pesos, que de seguirse la propuesta del dirigente de MORENA, dejaría libres casi dos mil millones de pesos, la mitad de lo necesario para la rehabilitación de escuelas.

La cantidad destinada a la ayuda de los damnificados podría ser un salvavidas para una administración gubernamental sumamente castigada por la fuerza de los elementos naturales que van desde huracanes, tormentas tropicales, depresiones y sismos.

La fuerza con que ha sido golpeado el país por estos fenómenos naturales es enorme y los daños causados no solamente son del orden económico, ya que cerca de 500 personas han muerto en los dos sismos, más las que perdieron la vida en huracanes y otro tipo de contingencias.

El saldo es enorme en cuanto a daños y víctimas de esos fenómenos naturales, aunque nada que ver, comparativamente, por los muertos ocasionados en la lucha contra la violencia y la inseguridad.

Regresando al tema de los recursos destinados a los partidos políticos para la gran batalla electoral del 2018, la propuesta del dirigente de MORENA no suena nada descabellada, aunque hasta el momentos los otros dirigentes de partidos políticos, simplemente guardan silencio y viniendo de un personaje tan polémico como lo es tabasqueño será difícil que alguno se interese en siquiera discutir la propuesta.

Pablo Escudero, ex presidente de la mesa directiva del Senado de la República y militante del Partido Verde, no ganó la elección de 2012, aunque por las bondades del sistema político mexicano, consiguió entrar como primera minoría.

Las relaciones entre PRI y Verde hicieron que un senador de este último partido presidiera la mesa directiva y no solamente por seis meses como estaba previsto, sino se le amplió a un año.

El senador Escudero, representante por la ahora Ciudad de México, es de los legisladores que no se preocupa por el bienestar de sus electores (los que no le hicieron ganar, pero que si votaron por él) ya que aprovechó el asueto que dio el Congreso a sus legisladores y sin importarle la suerte de los ciudadanos de la capital del país, prefirió departir con sus amigos en un lujoso restaurante de Polanco.

Y luego porque dicen que los políticos son sumamente insensible.

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