De memoria: Despeje electoral

Por Carlos Ferreyra Carrasco, periodista.

Conforme avanza la lucha de los candidatos – disimulados algunos, pocos– por la Presidencia de la República, empezamos a conocer sus fobias, sus filias y sus incapacidades.

Los teóricos de la política en los medios hacen juegos filosóficos, mientras aspirantes y suspirantes hacen actos de encueramiento verbal y mental.

Caso paradigmático la reciente declaración de Andrés Manuel López Obrador en Guerrero. En política y en periodismo no hay nada improvisado. Existen “preguntas a modo” en las que el periodista suelta la interrogación que el entrevistado espera.

No fue casualidad la presencia del tabasqueño en zona narca, donde pelean “Ardillos” contra Guerreros Unidos, para declarar amnistía para los que robaron el erario. Lo ha dicho muchas veces durante mucho tiempo.

Pero resulta notable, y a los analistas todo se les va en decir que fue otro más de los despropósitos del candidato morenista, es la pregunta “casual” de un reportero para provocar la declaración de que analiza el perdón para los narcotraficantes.

Consultará, claro, a las víctimas que en mayoría están desaparecidas o bajo tierra.

Detrás del pronunciamiento de don “Peje” en zona productora de goma de opio con mercado en Chicago, Estados Unidos, se encuentra un reclamo a los dueños del poder en estas regiones, a los adineradísimos traficantes de muerte.

Digamos, en términos papales, que fue una proclama urbi et orbi considerando con datos hace poco más de un año en las zonas donde el virrey Castillo impuso las policías comunitarias, había 19 municipios en poder de los cárteles de la droga, principalmente el Cártel de Jalisco Nueva Generación, que disputa el poder en la zona alta de Guerrero, como hace en la Tierra Caliente de Michoacán.

No creo que pueda atribuirse a López Obrador un nuevo desliz, una foxiada más. La declaración fue medida en las expresiones y es atribuible a la pregunta, más que a la respuesta. De eso se trataba.

Atendamos el hecho de que ni sus voceros ni el aspirante presidencial han aclarado el alcance de su propuesta de paz y concordia para narcotraficantes, autores de posibles 200 mil asesinatos, desaparición de 35 mil personas, y arrasamiento de poblados con todo y sus habitantes. En Tamaulipas lo recuerdan bien, porque de 300 moradores de un poblado que desapareció, no quedó uno solo para darle su anuencia al “Peje”.

Y deben tener presente San Fernando y el bestial asesinato de 72 migrantes. Dicho en otra forma, AMLO pretende la paz de los sepulcros para los ciudadanos y la impunidad para los criminales.

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Publicado en El Rincón del Chamán con autorización del autor.

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