El México maravilloso en tiempos de elecciones

 

Cada seis años se produce el milagro cuando cruzamos el umbral de la realidad cotidiana del país y llegamos a la dimensión mágica que nos regalan las campañas electorales, un mundo maravilloso de fantasía y de ilusión.

Los expertos en puntos de vista de El Rincón del Chamán se toman la libertad de compartir estas reflexiones, aprovechando el espíritu de fin de año y de que todavía no estamos abrumados con el bombardeo de spots, porque después quién sabe.

En realidad, en esta época de elecciones no desaparecen las dolencias del país ni se esfuman los demonios de las presiones externas. Es más, permanece la expectativa del bajo crecimiento nacional, no hay nada que diga que el petróleo volverá a niveles de las épocas doradas, tampoco que el mercado libre de la gasolina reducirá sus precios a la mitad, mientras tanto la inseguridad y los crímenes dolosos –por la guerra entre las bandas criminales, nos dicen- no se ve para cuando termine.

Pero todo eso como que desaparece con las campañas electorales, merced a que los integrantes de la clase política reinventan a los mexicanos cada sexenio y nos ofrecen un país maravilloso, claro, mientras llega la hora de las definiciones en las urnas.

Revisemos nuestra memoria del último medio siglo y nos reencontramos con el ¡Arriba y adelante! de Luis Echeverría, y la promesa de José López Portillo de que tendríamos que aprenden a administrar la abundancia.

En otros tiempos, Miguel de la Madrid nos levantó mucho el ánimo cuando propuso la renovación moral de la sociedad y cuando veníamos de la ruina planteó “no permitiré que el país se me deshaga de las manos”.

Con Carlos Salinas la Solidaridad fue eje rector de muchos planes modernizadores y tecnocráticos de gobierno, eso sí nos hizo saber que haría política, más política, mucha política moderna. Y entramos al TLC al mismo tiempo que la guerra indígena en Chiapas.

Ernesto Zedillo tocó nuestras fibras más sensibles con el bienestar para la familia, así como el combate a los malosos, pero sobre todo asumió la histórica transición del poder presidencial a un partido distinto al PRI.

Aunque Vicente Fox enarboló el gobierno del cambio fue un gran promotor de los vochos, los changarros y el cállate chachalaca. Y entrados en gastos con Felipe Calderón se recrudeció la guerra que Fox comenzó contra los cárteles de la droga y eso opacó su propósito de convertirse en el presidente del empleo. De @EPN todos tienen su percepción personal de cómo se ha conducido, las reformas estructurales y el resto de la historia es por todos conocida.

El crisol electoral

Pero hoy lo relevante es que tendremos una campañota presidencial de cinco meses pues en los partidos no hubo competencia interna, y los que hoy tienen el título de precandidatos únicos al rato serán los candidatos.

Ricardo Anaya tuiteó que trabajará con todas sus fuerzas para ser candidato del Frente y después para ser Presidente. Como en el caso del panista de izquierda, tampoco José Antonio Meade y mucho menos Andrés Manuel López Obrador tienen competencia interna, van solos y su alma.

Y vea, ocurren otras muchas cosas cuando comienzan las campañas.

Los expertos han notado por ejemplo que los programas sociales a niveles federal y estatales le sonríen a la gente. Los recursos fluyen con singular alegría. Si checamos los datos del Banco de México confirmaremos un incremento sustancial en el flujo de dinero en efectivo en estas épocas. Por algo será.

El tema de la compra o inducción de votos a cambio de dádivas, dinero en efectivo, en tarjeta electrónica o en forma de despensas, tanques de agua, o de láminas para techos de vivienda, en las últimas décadas ha sido materia de análisis para los estudiosos pero es una práctica que no desaparece, sólo se transforma. Coincidimos en que estos métodos para hacerse de votos, son práctica de todos los partidos aunque ineficaces, pero lo siguen haciendo porque pueden, porque tienen los recursos.

Y aunque la fiscalización del INE cada vez es más estricta, no desaparecen los temores de que el financiamiento ilícito sigue entrando a los partidos por la puerta de atrás.

El mundo de la ilusión

Y como prometer no empobrece, festejamos el anuncio de que dos millones 300 mil jóvenes, ninis para los pirrurris, tendrán subsidio del gobierno, digo sueldo de 3 mil 600 pesos. Ya se verá si las empresas de Alfonso Romo los contratan como aprendices o algún otro empresario que quiera hacer historia. Al fin que nada más se requiere de 9 mil 360 millones de pesos mensuales.

Comenzamos a sublimarnos. Esperamos que los malosos se rediman con la expectativa del perdón y por el bien de México ayudarán como el clásico a pagar la deuda externa; tendremos un nuevo aeropuerto y el viejo será un parque de diversiones.

Lo mejor de todo es que los pensionados van a recibir el doble de sus jubilaciones, no importa que otros vean este tema como una bomba; nos convocarán a hacer un gobierno de honestidad valiente.

A nadie se le había ocurrido, pero tendremos cinco nuevas refinerías, se acabarán los pirrurris y estrenaremos un nuevo santuario en un rancho que queda muy lejos y de cuyo nombre no puedo acordarme. Eso sí, se acabarán las pensiones de los ex presidentes, se descentralizará el gobierno y miles de Godinez de la burocracia tendrán que irse a vivir a Chetumal o a la sierra de Chihuahua para desahogar la CDMX.

Pero que no cunda el nerviosismo, ya que por el sólo hecho de haber nacido en México tendremos una renta, lo que nos quitará la preocupación de buscar trabajo, ya veremos de dónde saca el gobierno esos recursos; podremos ir a Querétaro a danzar con los concheros para festejar que acabaremos con la corrupción, todita. Claro que los rebeldes tendrán que irse a vivir a otro país.

Con esta expectativa hasta se nos había olvidado el video en el que Ricardo Anaya declaró que “estábamos mejor con Felipe Calderón”. Lo dijo, aunque usted no lo crea. Lo importante es que haremos realidad el gobierno de coalición, aunque el que parte y reparte, ya sabemos lo demás.

Tenemos la certeza de que seguiremos avanzando en las reformas estructurales, pues ya sabemos que “México se ha volvido referente” en el mundo, sin lugar a dudas. Y de que estamos preparados para todo, claro, no importa si Taiwan, Vietnam o China son más baratos. Trump nos pela los dientes.

Rescataremos al campo del olvido y los campesinos vivirán en un mundo feliz; los indígenas tendrán smartphones y estarán en los programas de inglés para todos. Aunque poquito pero crecemos, y cuando nos hablen de inflación, en Venezuela están peor. Ya no está Agustín Carstens para contradecirnos.

Serán meses de promesas, muchas promesas, promesas modernas que nos harán sentir que somos otros. Serán promesas inteligentes, promesas que harán historia, promesas que nos llevarán a un futuro mejor de bienestar, seguridad y justicia social. ¿Qué más podemos pedir?

El 11 de febrero terminan las precampañas y luego en marzo con los mismos precandidatos convertidos en candidatos, inician las campañas para terminar en junio.

Con quien gane, esperamos que sea el mejor, luego hemos de volver a la realidad.

Correo de contacto: [email protected]

AVISO: Por vacaciones de fin de año esta columna aparecerá nuevamente hasta el 8 de enero.

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