Voto diferenciado, sabia decisión que llegó para quedarse

La política no es una ciencia exacta. por eso los resultados esperados en las elecciones tendrán como constante el voto diferenciado.

Es una decisión sabia de los electores, dicen los asesores en puntos de vista de El Rincón del Chamán, para desgracia de los que quieren esta enchilada completa.

Esta cita con la realidad electoral, se ha cumplido puntualmente en los últimos cinco sexenios a nivel de elecciones presidenciales y en ninguna de éstas han logrado mayoría en el Congreso. Con una dinámica muy parecida está la totalidad de los procesos de renovación de gobiernos estatales marcados por la alternancia.

El discurso proselitista de candidatos y partidos es muy dado a magnificar las expectativas de los triunfos y las derrotas. Pero podemos considerar que ya es un mito el carro completo, lo mismo que la votación absoluta superior al 50 por ciento. Se acabó.

El último candidato presidencial que obtuvo más del 50 por ciento de la votación nacional fue Carlos Salinas, con 50.36 por ciento. A partir de entonces todos los presidentes que hemos elegido han sido con votaciones menores al 50 por ciento: Ernesto Zedillo, 48.89 por ciento; Vicente Fox, 45.52; Felipe Calderón, 36.89 y Enrique Peña 38.20 por ciento. En 2018 no han nada que asegure que será la excepción.

Y ninguno ha logrado mayoría en el Congreso, de tal suerte que las reformas y nuevas leyes han ocurrido hasta donde les alcanza la negociación. Y para colmo, un fenómeno que ha hecho temblar a los partidos es el dinámico chapulineo o brincadero de diputados y senadores de un partido a otro, según como se mueva el mercado político. Ya no hay lealtades partidistas, las bancadas en el Congreso se forman según el sapo la pedrada.

Y está visto que temas como el nombramientos de fiscales, la Ley de Seguridad Interior y la eliminación del fuero tengan tantos problemas para aprobarse. En el Poder legislativo a todo le ponen precio, al apoyo y al rechazo.

Por eso los asesores en puntos de vista no dejan de levantar la ceja ante expresiones como la debacle que significaría para el PRI la derrota de su candidato presidencial y la expectativa de perder, además, la mayoría de las gubernaturas en juego.

La realidad es que el PRI actualmente es oposición en seis de las nueve entidades donde habrá cambio de gobernador, a saber la CDMX, Guanajuato, Morelos, Tabasco, Puebla y Veracruz.

Lo que realmente se juega el PRI a nivel de gubernaturas son las de Jalisco, Yucatán y la de Chiapas, aunque ésta es gobernada por el PVEM.

El partido que debe estar muy preocupado por una derrota en cadena es el PRD porque está en juego sus gobiernos en la CDMX, Morelos y Tabasco. Y acaba de perder la ascendencia partidista en Michoacán con la decisión de Silvano Aureoles de respaldar en la presidencial a José Antonio Meade.

Los panistas se sienten blindados en Guanajuato y Puebla, aunque tienen reservas en Veracruz.

En el caso de Morena, lo hemos señalado reiteradamente, no tiene gubernaturas que perder porque no gobierna ninguna en el país.

Tabasco, la danza de los viejitos

En Tabasco, la tierra de #YaSabenQuién tampoco hay nada escrito que le garantice a Morena que ganará todas las canicas.

Los analistas serios consideran que si bien Andrés Manuel López Obrador podría arrasar una vez más en Pejetitlán, el panorama es distinto para el candidato a la gubernatura por Morena, Adán López Hernández, un viejo político que le apuesta todo al peje-milagro pero podría perder las elecciones.

“Los integrantes del viejo PRI están en Morena”, dice Gerardo Gaudiano Rovirosa, candidato aliancista del PRD-PAN-MC quien ilustra el espectro del voto diferenciado con claridad. López Obrador podría arrasar en la votación nacional de Tabasco, pero la elección local se decide de una manera distinta.

Gaudiano Rovirosa admite que será una elección difícil porque su principal adversario se refugia en la imagen de López Obrador, pero que el contacto directo con los electores podría darle un giro al resultado. Los últimos tres gobernadores han sido políticos que bien podrían participar en la danza de los viejitos (el subrayado es nuestro) y admite que a pesar de la experiencia acumulada, para los jóvenes no hay resultados favorables.

A nivel municipal el PRD gobierna 9 de los 17 municipios en la entidad, el PAN 2, 4 el PRI, 1 el PVEM y Morena sólo uno, Comalcalco. ¿Dónde está el voto local de AMLO?

Dos factores que le ayudan a Gaudiano es no ser el alfil del gobernador Arturo Núñez y que es cercano a Andrés Manuel López Obrador, aunque usted no lo crea.

De acuerdo a estimaciones del equipo de campaña de Gaudiano, el 70 por ciento de los potenciales electores tabasqueños podría tener definido su voto en la presidencial, pero la mitad de ellos mismos el 45 o 50 no lo han establecido a nivel local.

Gaudiano hace campaña partiendo de cero. Asegura que le han dado el pésame cada vez que compite, pero al final ha remontado y ganado. “Me manejo como si estuviera 30 puntos abajo, mientras que Adán está confiado en el manto milagroso de Andrés Manuel y se maneja muy sobrado, como si estuviera 20 puntos arriba”, y “eso le cae mal la gente”, dice un politólogo oriundo de Frontera.

Juego de ilusiones

De la nada los encuestadores aseguran que Morena está muy fuerte en las entidades con mayor número de votos: Estado de México, Ciudad de México, Veracruz, Puebla, Chiapas (porque Velasco anda de propejista) y Michoacán. Pero nadie da cifras seguras.

Donde nada tiene que hacer Morena, dicen los que saben, es en Jalisco, donde la disputa es dantesca; Guanajuato, dominio del señor de las charamuscas y Nuevo León, tierra del mochamanos. En el norte Morena no pinta, a diferencia del sureste. En el Estado de México los priistas están viendo con suspicacia a Alfredo del Mazo.

El cambio de dirigente nacional en el PRI, implica un reacomodo de las fuerzas vivas para apuntalar la candidatura de José Antonio Meade. Falta saber si sigue Aurelio Nuño en la coordinación de la campaña. Los errores de Enrique Ochoa vienen de Los Pinos, no hay dudas.

Andrés Manuel López Obrador sabe que no tiene todas las piezas, por eso ha solicitado que voten por sus fórmulas al Congreso o no podrá hacer mucho. A menos que disuelva el Congreso que no resultaría una sorpresa.

Otro elemento que muestra el peso del voto diferenciado escuchar a AMLO pidiéndole a sus seguidores que aunque les caigan mal los candidatos de Morena, voten por ellos.

El caso de Ricardo Anaya, vía el PAN-PRD y MC es otro ejemplo claro de que el voto diferenciado seguirá campeando en nuestro entorno político.

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