¿Vuelta al partido prácticamente único de Estado?

En política nunca está dicha la última palabra, y por eso los resultados de las elecciones del 1 de julio nos remiten a un inevitable déjà vu. En términos coloquiales esto se parece mucho a una película que ya vimos en otros tiempos.

Pero vamos por partes. Cuando se pensaba que la famosa frase del villano favorito que anunciaba «el fin del partido prácticamente único”, era destino, la historia dio una voltereta para reeditar nuevamente la aplanadora en el Congreso y en otros ámbitos de la vida nacional.

El 2 de julio México despertó con un nuevo partido hegemónico y dos minorías. Eso sin contar con una chiquillada reducida a casi nada.

Hoy la que será la tercera fuerza en el Congreso fue la primera y casi única durante 70 años. Y la segunda fuerza, era el orgullo de la derecha y el bien común por seis décadas, pero esas son otras historias.

Esa fue la decisión de los electores, pero no podemos dejar de señalar que las mayorías absolutas se habían esfumado del país hace 30 años.

Hoy un solo partido ganó doble boleto, el del voto presidencial contundente e inobjetable en las urnas y el de la mayoría casi absoluto en el Congreso.

Hay quienes lo ven como un retroceso en la decisión de los electores para establecer un contrapeso con el voto diferenciado, con lo que coincide la politóloga Melita Peláez (Mela para sus detractores). Pero otros celebran que el jefe del Ejecutivo, que llegó con una impresionante mayoría, tenga además un voto de confianza, a ojos cerrados.

Existe el compromiso de que no habrá imposiciones, que bueno, pero la tentación estará presente, es real, existe. Ya se verá a la hora de valorar la urgencia de la agenda y las iniciativas de reforma de la nueva administración gubernamental.

El mal humor social

Morena es un fenómeno político que se fue nutriendo del mal humor social. La capitalización del enojo contra el sistema fue bandera de ya saben quién en los últimos 18 años y pocos creyeron que cristalizaría. O no lo vieron venir o no quisieron reconocer que el modelo político de las dos primeras fuerzas ya estaba agotado. El voto de castigo lo demostró.

El joven Partido Movimiento Regeneración Nacional, que este lunes 9 de julio cumplirá cuatro años de haber logrado su registro formal como partido nacional ante el Instituto Nacional Electoral (INE), es sin duda la organización política que en su primera elección federal no solamente obtuvo la Presidencia de la República, cinco gubernaturas y una holgada mayoría en el Congreso.

Y por añadidura, al colocarse como la primera fuerza política del país, la estructura actual del sistema de partidos le da como beneficio inmediato una importante bolsa de recursos vía prerrogativas a través del INE; pero también manejará las Cámaras de Diputados y Senadores, que en conjunto representan hoy un presupuesto de poco más de 15 mil millones de pesos.

A partir de la próxima Legislatura, llevará la batuta para la aprobación y sin duda replanteamiento del Presupuesto Federal de la Federación, que para este 2018 fue de 5.2 billones de pesos.

Los cerca de 310 votos que podría sumar Morena en alianza con las bancadas del PT y Encuentro Social, le permitirána a este partido aprobar sin problemas reformas que requieran de mayoría simple.

Pero hay que decir que no le alcanzarán los votos para una mayoría calificada, de 334 curules en la Cámara de Diputados y de 86 en el Senado de la República. Es decir que no podrá en automático aprobar reformas constitucionales, por ello tendrá que negociar con los bloques encabezados por el PAN o el PRI. Los votos más caros serán los de la chiquillada.

Esta es la nueva realidad en el sistema político mexicano, el regreso al esquema de la Presidencia fuerte, sin grandes contrapesos en el Congreso. Hay quien defiende este esquema, pero la distancia con el absolutismo es de apenas un suspiro.

También queda otro recurso de las mayorías casi absolutas, los decretazos. A eso si hay que tenerle miedo.

 

INE y el PES 

Las votaciones del 1 de julio plantearon escenarios inéditos, como el del riesgo de que cinco partidos perdieran su registro. Riesgo que por fortuna para el PES topó con la interpretación del INE.

La principal sorpresa fue la del PRD, un partido histórico y representativo de la izquierda que aportó buena parte de la materia prima de lo que hoy es Morena. El PRD quedó hecho pinole.

Pero lo más increíble es que el Partido Encuentro Social, que obtuvo su registro del INE apenas el 5 de julio de 2014, estuvo a un pelo de rana de perderlo, a pesar de formar parte de la alianza ganadora en la presidencial y de obtener la gubernatura de Morelos.

El PRD obtuvo con muchos trabajos el 2.96 por ciento de votos que lo colocaron por debajo del 3 por ciento mínimo para conservar el registro como partido nacional. El sol azteca encendió cirios y veladoras para lograr el milagro en el recuento de votos.

Pero el PES quedó en una posición más delicada ya que tuvo menos votos que el PRD, 2.77 por ciento de la votación nacional.

Y no es por intrigar pero respaldado en la milagrosa interpretación de la ley, el INE le devolvió el resuello al PES y puede que también al PRD. El registro se puede conservar según el INE siempre y cuando se obtenga al menos el 3 por ciento de la votación en alguna de las elecciones, dice la ley, «no en todas, ¿eh?», aclara el INE. ¿Quien duda de la mano amiga? Esto se confirmará en agosto.

Los partidos que tendrán que replantear su futuro son el Verde Ecologista de México, El Movimiento Ciudadano –aunque ganó la gubernatura de Jalisco- y Nueva Alianza. Hoy el PT es el menos preocupado de la chiquillada pues obtuvo más del 6 por ciento de la votación.

La agenda que viene

Con esta nueva distribución del poder en el Congreso, la LXIV Legislatura tiene una larga lista de pendientes, pero sin duda las prioridades serán las de integrar el nuevo PEF-2019, del que se espera una importante reestructuración en la distribución y el ejercicio de los recursos.

Esto supone incluir la retabulación de salarios en el sector público.

Otros temas en puerta.

La eliminación de la pensión de los ex presidentes de la República.

La iniciativa pendiente en el Senado para la eliminación del fuero.

Los nombramientos, discusión y aprobación del Fiscal General de la República y del Fiscal Anticorrupción.

Se espera una iniciativa para que cada tres años se someta a referéndum la permanencia del Presidente de la República.

También se anunciará una reforma para reintegrar al Estado Mayor Presidencial a tareas de la Defensa.

Dos platos fuertes espera el Congreso y que causará un gran debate nacional: el replanteamiento de la Reforma Educativa y de la Reforma Energética.

La LXIII Legislatura ya está bajando la cortina, el sello de la LXIV Legislatura será la vuelta a la mayoría avasalladora del partido casi único. ¿Qué no?

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