Pero qué necesidad, diría Juanga

Pinta muy mal.

Morena es el partido que en cuatro años de existencia ha roto todos los récords electorales conocidos: ganó la Presidencia de la República, tiene mayoría simple pero copeteada en el Congreso Federal, 5 gubernaturas y más de 17 congresos estatales a su favor, pero se esponja a la menor provocación y lo peor, no ha dejado la costumbre de mandar al demonio a las instituciones.

Como paso lógico y obligado se esperaba impugnación jurídica de Morena a la resolución del Instituto Nacional Electoral (INE) que multó a este partido por usar como fachada un fideicomiso cuyos recursos se habrían utilizado con propósitos electorales, pero lo que parece desmedido ha sido la virulencia de las reacciones contra el trabajo de los consejeros.

Y si la sesión del miércoles en el INE dejó muy mal sabor de boca por las amenazas que lanzó Horacio Duarte, representante de Morena, en contra de Marco Antonio Baños y de otros consejeros, el tuit de respuesta del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, sorprendió a muchos porque ya había declarado que serían las autoridades las que resolverían sobre este caso.

Pero no se contuvo y de un manotazo sacudió las redes sociales con un tuit en el que calificó de “vil venganza” la resolución del INE.

¿Pues que no estaba de vacaciones? ¿Pues no que ya acabaron las campañas?

Hay que decir que no son nuevas las expresiones rudas de ya saben quién en contra de los consejeros del INE a los que ha acusado de formar parte de “la mafia del poder”, sobre todo cuando multaron a Morena por irregularidades en el manejo de recursos durante la campaña en el Estado de México y un mes antes de las elecciones federales, cuando dijo que los consejeros del INE “se hacen de la vista gorda”.

Obviamente el tuit de @lopezobrador_ fue como echarle más leña a la hoguera. El punto no es si son o no honrados, sino las conclusiones de una investigación sobre el manejo de dinero del que no se conoce bien a bien su origen y menos quiénes fueron los beneficiarios.

Lorenzo Córdova defendió la imparcialidad del INE e insistió en que aún quedaba la instancia de los tribunales. Pero eso no apaciguó a los demonios. Y que conste que todos los consejeros avalaron la resolución, menos uno, José Roberto Ruiz Saldaña, quien además sacó el cobre y le echó la viga a sus compañeros en el INE.

El consejero Baños salió al paso y respondió al virtual presidente electo que no se trata de vileza sino de evidencia.

La cereza del pastel la puso Yeidckol Polevnsky quien en una entrevista con @Formato21 reconoció que fue un error no informar al INE de la creación de un fideicomiso para apoyar a los damnificados del sismo de septiembre de 2017 y que esperaban una multa pero no tan alta. El fideicomiso fue privado y no entró ni salió un solo peso para Morena, declaró.

Pero a los argumentos jurídicos no llegaron y dieron paso  al sospechosismo de la propia Polevnsky, pues dijo que no saben quién pero hay interesados en manipular información para dañar a Morena y al presidente electo. Chan chan chan.

Y soltó otro manotazo cuando dijo que el ataque del INE es la respuesta de los que se sienten afectados por el recorte en los salarios y sus privilegios “y lo vamos a hacer aunque no les guste.”

Hay observadores prudentes y sensatos que consideran que más allá de las declaraciones virulentas y lapidarias, lo mejor sería transparentar el origen del dinero y los beneficiarios para demostrar que no se desviaron recursos para la campaña y… asunto terminado. ¿Qué no?

Pero qué necesidad, diría Juanga.

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