Si este país tuviera diez mujeres como Elba Esther, México sería otro, decía Fox

“El poder hizo a Elba Esther; ese poder la deshizo y ese mismo poder la puede rehacer”: Salazar Mendiguchía

Por Alberto Carbot, periodista, director de la revista Gente Sur.

Café para Todos

Martes, 11 de enero de 2005.  A bordo del helicóptero Súper Puma, mientras la poderosa aeronave surca el espacio aéreo del norte del estado, el presidente Vicente Fox, de gira por Chiapas -una visita que se extenderá por dos días-, se muestra satisfecho por los niveles de seguridad, el respeto a la ley y el estado de derecho alcanzados en la entidad.

-De verdad, Pablo, se respira otro clima –le dice al gobernador Pablo Salazar Mendiguchía-, consciente de que la región ha enfrentado desde siempre, extrema pobreza, dispersión, incomunicación, alto crecimiento poblacional y analfabetismo.  La desigualdad –ya lo sabe muy bien Fox-, fue la llave maestra que permitió la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el primero de enero de 1994, conflicto que durante su campaña, el propio mandatario dijo que resolvería en sólo 15 minutos.

“En Chiapas, por lo visto -por las cifras que me han entregado-, el acuerdo por la Calidad de la Educación ha tenido también buenos resultados; nos está permitiendo poner a México a la vanguardia”, reitera Fox.

-Señor presidente, se ha avanzado mucho, pero el tema educativo es aún un problema muy fuerte en el estado. El rezago nos ha llevado a ostentar en años recientes el nada presumible primer lugar nacional en analfabetismo. El magisterio en general, requiere evolucionar y comprometerse realmente para atacar esta problemática. Además el tema sindical es muy sensible –le dice el gobernador.

El nombre de Elba Esther Gordillo, la secretaría General del CEN del PRI y presidenta del todopoderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), salió a relucir en esa charla a bordo del helicóptero presidencial. Vicente Fox hizo una defensa a ultranza de su liderazgo. Justificó todas y cada una de sus acciones. Hablaba de ella con vehemencia; su voz adquiría perceptibles matices al evocarla.

Miércoles, 22 de agosto de 2018. “Fox la adoraba. Estaba obnubilado por la profesora” –me dice Pablo Salazar Mendiguchía-. Era tal su pasión por ella, que esa ocasión, la única vez que me atreví a medio contradecir al presidente sobre el pacto por la educación, él me dijo esa frase contundente, que recuerdo como si me la hubiese dicho ayer:

-Si este país tuviera 10 mujeres como Elba Esther, México sería otro.

A más de 13 años de esa expresiva frase de Vicente Fox, y sobre todo por el origen mismo de la maestra chiapaneca, supongo que ella tendría constante comunicación con usted sobre el tema sindical en la entidad y obviamente incluso hasta pudo haberle sugerido tal o cual  directriz. ¿Realmente cómo fue su relación con la señora Gordillo? –le pregunto al exgobernador.

“Te lo tengo que decir francamente. Elba Esther nunca se metió conmigo, por una sencilla razón: en Chiapas yo le estaba pegando una tunda a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

“Ella -a diferencia de lo que pudo hacer en otros estados, por razones que no entiendo, pero que finalmente le reconozco-, fue muy respetuosa; ni me propuso a nadie para ocupar el cargo de secretario de Educación, ni metió las manos en la cuestión sindical durante los 6 años de mi gobierno.

“No te olvides que en Chiapas empezó a gestarse hace más de 30 años la Coordinadora. Yo hice el recuento de que entre marchas, plantones bloqueos y movilizaciones -desde que nació la CNTE-, perdimos el equivalente de 10 años de clases efectivas. Es catastrófico pensar que un estado pueda destacar con esos indicadores educativos.

“Para ilustrarte: tan sólo el año pasado Chiapas estuvo 3 meses sin clases y el calendario escolar marca 200 días. Cuando asumí el gobierno, los maestros sólo trabajaban 80; es decir, había 120 de ausencia, y aún con todo el esfuerzo que hicimos, cuando mucho conseguimos sólo llegar a 180, pero esos logros se vinieron abajo con los gobiernos que después me sucedieron y retornó la venta de plazas.

“Las plazas se vendían; la más barata costaba 100 mil pesos, pero era un negocio de dos partes: el gobierno tenía la mitad del botín y el sindicato la otra. Cuando llegamos les dijimos: señores se acabó el negocio; ni el gobierno, ni ustedes, van a vender plazas. De aquí en adelante contarán sólo los méritos, como resultado de exámenes de oposición.

“¿Cómo lo logré? Les hice un diagnóstico certero. Les expuse lo que gastaba el estado en educación y los privilegios que cada año, por presiones, se les otorgaba a los maestros, y sin embargo a pesar de ello teníamos indicadores terribles: primer lugar en reprobados; primer lugar en deserción educativa y primer lugar en analfabetismo. Conclusión: no hay correspondencia entre más dinero y mejor calidad de la educación. Les advertí que se había acabado la cultura de pedir dinero y más privilegios cada año. Quiero ver que van a ofrecer ustedes a Chiapas, para sacarlo de esos vergonzosos últimos lugares, le dije.

“Me preguntaron si yo los quería desmovilizar y yo le dije que no, pero que ya no íbamos a permitir tantos plantones impunemente, y si ustedes no trabajan no les voy a pagar. Se enojaron y salieron enojadísimos de palacio de gobierno. Me dijeron “vamos a ver” y efectivamente me hicieron un primer plantón.

“El colmo: estaban acostumbrados a que se les pagaran sus cheques incluso dentro del propio plantón. Cuando llegó su quincena, acuedieron a cobrar sus cheques y vieron que éstos se hallaban en ceros. Al fin de cuentas -yo que soy hijo de maestros-, sé que sus salarios son vitales para sobrevivir. Entendieron la lección y que yo no iba a ceder, y su dirigencia, aún mentándome la madre y todo, tuvo que sentarse a dialogar. Firmaron los acuerdos y comenzaron a realizarse los exámenes de oposición para todos los cargos, lo que andan hoy presumiendo en la Reforma Educativa del gobierno federal, pero que yo hice durante mi gobierno, sin ruido, mercadotecnia, ni reflectores.

“En seis años no tuve más que dos plantones: uno, al inicio de mi sexenio y otro, en el último año, para probar -dijeron ellos-, si yo tenía agallas. Por mi parte les volví responder de la misma manera. Me acusaron de represor, de esto y lo otro, pero ni modo. Y debo reconocer que Elba Esther nunca se metió, ni me dijo oye no seas así con los maestros. Los mantuve a raya: no trabajan, no cobran. Así de simple”.

MARÍA ELENA ORANTES, LA CONSENTIDA DE LA PROFESORA, QUE NUNCA TUVO OPORTUNIDAD DE RELEVAR A PABLO SALAZAR

A mitad del penúltimo año del gobierno de Vicente Fox, una historia -más bien una leyenda-, fue creada al calor de las promociones políticas, aprovechando la cercanía de María Elena Orantes López con Elba Esther Gordillo, a quien había otorgado el cargo de vocera de la “burbuja priista” en el Congreso, en la LIX legislatura federal.

Algunos atribuyen su propagación en los corrillos políticos, a la propia legisladora o sus allegados.

Ante los rumores de la inminente salida de Santiago Creel Miranda de la Secretaría de Gobernación (1 de diciembre de 2000-1 de junio de 2005), las especulaciones sobre quién le relevaría en Bucareli, se intensificaron.  Era pública y notoria la cercanía e influencia de la dirigente nacional del SNTE ante Vicente Fox, y supuestamente ella podría proponer o dar un voto de calidad en el remplazo del secretario.

Su poder para designar e imponer funcionarios fue más que evidente. Los casos más relevantes fueron los de Miguel Ángel Yunes en el ISSSTE y de Francisco Javier Yáñez Herrera, en la Lotería Nacional. El hoy gobernador de Veracruz rompió posteriormente su relación y la lideresa se refirió a él como “un alacrán. Pobrecito, él de mí tenía cariño y respeto. Uno llega a ciertos cargos y no debe olvidar uno de donde viene”, le dijo.

La escena en la que Pablo Salazar sería propuesto como relevo de Creel Miranda fue recreada así:

En su suite del hotel Camino Real de la Ciudad de México, Elba Esther citó a dos o tres personajes de la política nacional, además del gobernador de Chiapas y de la diputada Orantes López.

-Ya todo está arreglado con el presidente. Tú te vas a Gobernación y sólo falta designar a tu relevo en el gobierno de Chiapas  –le habría dicho a Pablo Salazar.

-¿Quién quedará en mi lugar? –habría preguntado él.

-Aquí la tienes enfrente. María Elena; ella te relevará. Así será –dijo ella, lacónica, poniendo fin a la reunión, porque supuestamente tenía una cita en Los Pinos con el presidente, para tratar ese y otros temas.

No quiero faltar a la verdad histórica y quisiera saber si esta historia fue cierta, porque sería una prueba del verdadero poder de la profesora Elba Esther para imponer a funcionarios tan importantes en el gabinete foxista y aún para designar a su supuesto relevo en Chiapas. ¿Tuvo alguna indicación del presidente Fox sobre el particular? –le pregunto a Pablo Salazar Mendiguchía.

“Fue puro rumor, y te lo puedo decir por la memoria de mis padres. Fox era un tipo realmente ajeno a los rituales del poder, y nunca me hizo un guiño o una insinuación en este sentido. Hubo eso sí, algunos comentarios periodísticos que obviamente yo nunca alenté y por supuesto, me encargué de desmentir enérgicamente. Carlos Abascal Carranza ocupó el cargo de Creel y concluyó el período de gobierno.

“Por otra parte, en primer lugar, nunca conocí la supuesta suite del hotel de la señora Elba Esther, y en mi calidad de gobernador de Chiapas, la visité solamente una vez en su departamento de Polanco, y eso, porque por mera cortesía política yo mismo la busqué para tomarnos un café.

“Lo hice para agradecerle que se mantuviera respetuosa de la situación sindical del magisterio en Chiapas. Como digo, la verdad, la maestra se portó muy respetuosa conmigo, a sabiendas que habría podido intervenir, no sólo porque tenía el poder del movimiento sindical, sino porque además Fox la adoraba, más allá de lo que te puedas imaginar”, comenta.

-¿Qué piensa de la excarcelación de la señora Gordillo y de su supuesta reincorporación a la política? –le pregunto. Su respuesta es puntual:

“El sistema político -particularmente el priista-, es muy perverso, y la maestra es hija de ese sistema que prevaleció por más de 70 años y ella  jugó de acuerdo a sus reglas. Luego, se sintió con las agallas para romperlas y ocurrió todo lo que ya hemos visto.

“El poder hizo a Elba Esther; ese poder la deshizo y ese mismo poder la puede rehacer” –dice el exgobernador que sabe perfectamente de qué habla.

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