La doctrina López… la moral oficial del sexenio

De la sorpresas que nos tiene reservada la Cuarta Transformación, marca de agua de este nuevo sexenio, destaca sin duda la propuesta de darle al nuevo gobierno un marco normativo de valores morales, como esencia, como su razón de ser. Lo que no es otra cosa que la carta moral oficial del sexenio.

Analistas serios, algunos chinchorreros de café y uno que otro chairo de twitter, coinciden en el principio juarista del respeto al derecho ajeno en el que cada quién es libre de profesar y hasta compartir sus convicciones personales, incluidas las de orden subjetivo o espiritual. Todo mundo sabía que el prócer Francisco I. Madero platicaba con algunos espíritus que hacían las veces de equipo de asesores y nadie le decía nada.

Pero de ahí a tener una especie de catecismo oficial, es otra cosa.

Sociólogos, antropólogos y librepensadores han venido analizado este tema con mucha seriedad y han encontrado que los políticos suelen apoyarse en la fe y otras creencias personales para justificar el poder, mientras que la realidad de un país y su pueblo integrado por individuos, es otra.

El problema de fondo es que cuando se concluye que muchos de los problemas de un país como el nuestro, principalmente el de la violencia y los miles de asesinatos por la guerra del crimen tiene su origen en una crisis de valores, eso está para pensarse. Por supuesto que los llamados al arrepentimiento no reducen la capacidad de fuego de los malosos.

Los politólogos Melita Peláez (Mela para sus detractores) y Aquiles Baeza, coinciden que hasta ahora no hay claridad en el proyecto de la Constitución Moral –que sería según sabemos una calca de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes- o en el peor de los casos una versión libre corregida y aumentada.

Pero aunque la intención no sea mala, nos referimos a quien asume la Presidencia de la República como una misión casi divina, el problema son las contradicciones que muestran sus operadores.

Es muy difícil creer, por ejemplo, que algunos personajes impresentables por haberse arrepentido ya cambiaron. Aunque la mona se vista de seda…, decía doña Toya, la bisabuela.

Por lo que alcanzamos a apreciar hay posiciones bastante ambiguas entre los que enarbolan la bandera de la Cuarta Transformación. Por ejemplo, apalean y amenazan con aniquilar una reforma educativa de trascendencia porque un grupo magisterial inconforme la repudia. Y los niños, bien gracias, eso ni les preocupa.

La moral oficial

Los mexicanos ya tuvimos una experiencia hace unas décadas, en el gobierno de Miguel de la Madrid, cuando se puso punto final al gobierno de la revolución –con José López Portillo- y entramos a la etapa de la tecnocracia, base del neoliberalismo. Entonces la propuesta con un gobierno del mismo partido era nada más y nada menos que la renovación moral de la sociedad.

Pero los esfuerzos que hizo De la Madrid fueron insuficientes y la cruzada contra la corrupción y la recuperación de los valores morales quedó en el discurso. O sea que no le hicieron caso.

Por lo que se ha escuchado, la Cuarta Transformación tiene su base en aquellos héroes que nos dieron patria hace más de un siglo, casi dos, que impulsaron la Independencia, cultivaron la Reforma y encabezaron la gesta revolucionaria.

Lo curioso es que la Cartilla Moral (de 1944) que pretende reescribirse salió de la pluma del poeta, escritor y diplomático Alfonso Reyes, hijo del general Bernardo Reyes, quien murió a las puertas de Palacio Nacional tras un intento fallido de golpe de Estado contra Madero y dio lugar a la Decena Trágica. Don Alfonso Reyes, autoexiliado por tres décadas hasta que regresó a México, escribió la Cartilla Moral por encargo.

Aunque habrá que esperar la propuesta del equipo designado especialmente para reescribir el catecismo moral de #YaSabenQuién, lo que si sabemos es que tiene sus bases en lo que se conoció hace seis años como la República Amorosa. Pero como no cuajó, el concepto se guardó en el clóset de la historia.

La moral de diccionario

Según la Real Academia de la lengua Española (RAE) la moral es una palabra latina que pertenece o es relativa a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y sobre todo colectiva.

En el Diccionario del español usual en México, de El Colegio de México, se define a la moral como el conjunto de valores, principios o normas por el que se rigen, sobre la base de la convicción y la obligación personales, las relaciones que los seres humanos establecen entre sí y que permiten juzgar , en relación con el bien y el mal, las distintas formas del comportamiento humano.

Pero la definición más descarnada es la de Gonzalo N. Santos quien interpretó a su modo este concepto: “La moral es un árbol que da moras o sirve para una chingada.”

Hay que decir que al cacique Gonzalo N. Santos le faltaba información, porque según el Conde de Revillagigedo las hojas de la moral (las morales) servían para alimentar a los gusanos de seda. ¿A verdad?

En su obra, Herejes, ateos y malpensados (Ed. Grijalbo), Eduardo del Río (Rius) rescata de Ignacio Ramírez, El Nigromante, ideas que ayudan a enfocar la moral de una manera que no sea la ciega obediencia. Por ejemplo, decía que el único mandamiento moral debería ser “tu pensarás”.

¿Todo pasado fue mejor?

La vuelta al pasado de la mano de los estudiosos nos ayuda a comprender la historia. Pero añorar vivir como en el pasado, es negar el tiempo que nos llevó el andar para llegar al presente que alguna vez fue futuro.

Quien defienda que todo pasado fue mejor, recuerda a la publicidad de los stcikers de “amor es…”.

El caso es que La Cartilla Moral de Alfonso Reyes fue por encargo de Jaime Torres Bodet, para acompañar una campaña de alfabetización de niños y adultos en los años cuarenta, en el gobierno de Manuel Ávila Camacho. Creemos que cumplió con su cometido. Y tan tan.

El modelo doctrinario de Reyes hoy está rebasado.

Por ejemplo, el ilustre regiomontano dejó muy claro que las reflexiones de su Cartilla Moral estaban enfocadas a “hombres normales y no a deficientes”.

En general las lecciones morales se refieren al respeto a nuestra persona, a la familia, a la sociedad, a la Patria, a las personas y a la naturaleza. Nunca habla de las mujeres o del tema del género y menos del aborto.

La ruta moral

La política es cosa de este mundo y no del más allá. Eso es lo que creemos.

Hagamos un poco de prospectiva. Considerando que el 1 de diciembre se disponga de una propuesta de Constitución Moral, lo que suponemos es que se planteará que ésta no sustituirá la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Eso esperamos.

También tendremos que saber a quién está dirigido el catecismo político de la Cuarta Transformación. Si se plantea que es para todos los mexicanos, muchos podrán decir ¿y yo por qué?

La garantía de esta etapa es predicar con el ejemplo. Y ese será el compromiso de #YaSabenQuien.

Seguramente la exigencia de portarse bien estará enfocada en primer plano a los servidores públicos, principalmente a sus cabezas. Tampoco quedarán excluidos los diputados, senadores y a los integrantes del Poder Judicial.

El punto es que a los malosos, a los criminales, les deberá leer la cartilla de que o se portan bien o les aplicará todo el peso de la ley… porque si no se van a reír.

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