Muchas promesas y no hay dinero que alcance

Que pronto se nos pasa el tiempo pues aunque quisiéramos seguir en la fiesta del cambio de gobierno, ya es temporada de recoger varas.

Más allá de lo que enseñan las frases políticas para toda ocasión, llegó el momento de determinar de dónde saldrá tanto dinero para cumplir con todas las promesas que se han hecho.

Y esperando que no lo tomen a mal, parece que seguiremos en la ruta del crecimiento mediocre, inferior al 2.0 por ciento, esa es la triste realidad.

La reorientación del paquete económico para 2019 es un hecho, el problema es el tamaña de la cobija presupuestal pues se espera muy justa y ya muestra algunos agujeros, incluso antes de que sea aprobada por el Congreso.

Aunque uno quisiera mantener el optimismo sobre lo que está por venir, los discursos del nuevo gobierno chocan con la realidad. El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció durante su discurso en el Zócalo que le dejaron un país en quiebra, para justificar que le será difícil atender todas las demandas del pueblo, lo que sí garantiza es que cumplirá con sus promesas de campaña.

En contraste, el casi casi secretario de Hacienda, Carlos Urzúa –decimos que casi casi porque el Congreso lo tiene que ratificar previa comparecencia el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe–, le pone menos drama al tema y en aras de dar certidumbre y confianza asegura que la economía está solida en lo financiero.

Lo que no pasa de noche es que los principales indicadores de la política económica que sirven para enmarcar al anteproyecto de gastos e ingresos para el próximo año, han cambiado mucho del 2 de julio a la fecha en que tiene que aprobarse el proyecto definitivo.

Es más, antes siquiera de ser aprobado, ya tenemos pérdidas y deudas derivadas de la decisión de cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional en Texcoco, que a la larga, dicen los expertos en puntos de vista, hará que nos salga más caro el caldo que las albóndigas.

Las cosas no pintan nada bien, tanto que incluso hay dudas de que se logren ahorros por 500 mil millones de pesos en el paquete presupuestario del próximo año.

Incertidumbre, el factor

Lo que tiene que admitirse es que los indicadores no pintan bien.

Por ejemplo, la más reciente encuesta del Banco de México sobre las expectativas económicas del próximo año, colocan a la incertidumbre política como el factor de mayor peso por encima incluso de la inseguridad.

Lo importante en este sondeo con especialistas del sector privado es que las expectativas para el crecimiento del PIB, en consonancia con las elaboradas por las principales firmas financieras nacionales e internacionales, son a la baja, esto es a niveles de 1.97 por ciento. Muy lejos del 3.5 por ciento estimado en los Precriterios de Política Económica elaborados en marzo de 2018.

Es más, el compromiso de AMLO de impulsar un crecimiento del 4 por ciento del PIB en el primer año de gobierno hoy parece inalcanzable, por donde se le quiera ver.

Otro dato relevante es el del tipo de cambio, que en un escenario muy optimista llegó a calcularse primero en 18.40, luego ligeramente arriba de los 19.00 pesos por dólar, para 2019 no estará por debajo de los 20.34 pesos por cada billete verde, si es que no llegamos a los 21 por dólar.

Los altibajos en el mercado de cambios y de la Bolsa de Valores fueron ocasionados por la cancelación del NAIM, así como las propuestas de eliminar las comisiones bancarias y de las Afores.

En cuanto a la inflación, los pronósticos colocaban al Índice de Precios en niveles de 3.80 por ciento, pero los nubarrones en el manejo económico lo empujaron al 3.92 por ciento para el próximo año.

Lo más sorprendente de este estudio, divulgado un día después de la salida del vicegobernador del Banxico, Roberto del Cueto Legaspi, son las razones a las que se atribuyen los recortes en las expectativas de crecimiento de la economía para el próximo año.

  • Las causas que podrían dar lugar a un menor crecimiento de la economía corresponden en 53 por ciento a la gobernanza.
  • De este primer apartado, la incertidumbre política ocupa el 18 por ciento; la inseguridad el 15 por ciento; el Estado de Derecho 11 por ciento; la impunidad el 4 por ciento y la corrupción otro 4 por ciento.
  • El 22 por ciento de las causas de un bajo crecimiento se atribuye a factores externos.
  • Pero también influirán las condiciones económicas internas; 6 por ciento la plataforma de producción petrolera y 3 por ciento la incertidumbre en la situación económica interna.
  • En cuanto a las Finanzas Públicas, estas pueden impactar en 8 por ciento a la reducción del crecimiento económico del país; la política del gasto 4 por ciento y la política tributaria 3 por ciento.
  • La inflación y la política monetaria impactarían en menor medida, 3 por ciento.

El tema de los precios del petróleo merece un espacio aparte en virtud de que buena parte de las veladoras se habían encendido a este elemento, esperando precios por arriba de los 100 dólares por barril, pero si bien nos va estaremos en el rango de los 74.50 dólares o mucho menos

Hay poco optimismo pues la oferta es mucho más alta que la demanda, eso sin contar con que se percibe el riesgo de una desaceleración en el crecimiento de la economía mundial. Y si no acuérdense del susto que tuvimos con un viernes negro en el mercado petrolero apenas el 23 de noviembre pasado. Entonces mejor ni hacerse ilusiones.

Y ojo, la tasa interbancaria del Banco de México, hoy en niveles del 8.0 por ciento, podría aumentar otras décimas.

Rebasado, el primer borrador

Estamos a días u horas de que el Congreso conozca los términos del paquete presupuestal 2019.

Las primeras noticias dadas a conocer por Gerardo Esquivel, perfilado como vicegobernador del Banxico, así como por Mario Delgado, jefe de la bancada de Morena en Cámara de Diputado, eran que el gasto presupuestal sería de 5.6 billones de pesos, es decir, 7.5 por ciento superior al de 2018.

Pero ahora en las cuentas tendrán  que incluir gastos no esperados cómo los mil 800 millones de dólares para la recompra de bonos del NAIM, a menos que se utilizara dinero de algún guardadito. Y falta saber de dónde saldrá los otros 4 mil 200 millones para redondear la suma de 6 mil millones de dólares que representa el quebrando de la cancelación del NAIM.

También tendrá que descontarse los 40 mil millones de pesos que se sacrificarán por el proyecto de la reducción del IVA y el ISR en la franja fronteriza de 30 kilómetros en el norte del país.

La promesa de las becas a estudiantes requerirá de al menos 100 mil millones de pesos. Otros rubros sociales requerirán también de dinero que irán a fondo perdido.

Hay serias dudas de que se alcance la meta de los 500 mil millones de pesos. El impacto de medidas como la eliminación de las pensiones de los ex presidentes fue más de tipo político que de beneficio económico.

En el arranque del nuevo sexenio, la pregunta de fondo sigue siendo la misma ¿de dónde se saldrá tanto dinero para cumplir con los compromisos políticos?

Al menos el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa -el más prudente del equipo- se ha comprometido a no tomar nada de las reservas internacionales del Banco de México, tampoco desaparecer las Afores (cuyos fondos equivalen al 70 por ciento de las reservas internacionales) y analizar el cobro de comisiones bancarias. Ojalá no caigan en la tentación de pellizcar recursos indebidamente porque entonces sí iríamos a la quiebra.

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