Masiosare y el extraño enemigo

Veámoslo de manera serena sin otro ánimo que tratar de entender las motivaciones de lo que ocurre en el día a día de nuestro entorno político y social.

Resulta difícil entender que junto a las decisiones de gobierno y de Estado que se han venido tomando, se exacerbe la existencia de fuerzas oscuras y temibles a las que se debe combatir sin piedad, lo que inevitablemente nos remite a imágenes bíblicas como las de Gabriel y su espada de fuego haciendo papilla al dragón de terrible figura.

Los 30 millones de votos que configuraron la apabullante mayoría en las urnas, sin duda son suficientes para darle legitimidad al nuevo proyecto de nación. ¿Qué no?

Si durante la campaña presidencial el recurso del método era emparentar a los contrincantes con la mafia del poder, hoy confirmamos que aún habiendo ganado la Presidencia de la República y la mayoría en el Congreso, la polarización electoral no ha desaparecido, es más, se ha profundizado. Por eso podemos afirmar que el tema de la reconciliación nacional es uno de los grandes pendientes y no se ve para cuándo cristalice.

Y es que junto a los grandes proyectos que dieron paso a la nueva administración pública, la narrativa del nuevo gobierno abriga miedos sobre enemigos ocultos en las sombras, como de película de horror a la mexicana.

El arranque de la 4T ha sido de descubrimientos que incluye decisiones que no todos comparten. Muchos están a favor y es normal, pero también muchos de los que están a favor están a la defensiva. Hay quienes ven las cosas de manera distinta pero están abiertos a los cambios y esperan resultados. Así es la democracia.

Por las referencias que escuchamos, vemos y leemos todos los días, no tenemos dudas de que el enemigo de la 4T es lo más parecido al Masiosare de los memes, un extraño enemigo.

Y por ello no sería exagerado decir que el extraño enemigo tiene mil cabezas, mil caras, cambia de nombre según soplen los vientos, aunque puede tomar la apariencia que uno prefiera.

El extraño enemigo está en todas partes, o eso es lo que nos dicen en mensajes de alerta en las redes del WhatsApp o de manera abierta en el feis o en los tuitazos nuestros de cada día.

La nube negra

Pero vamos por partes. Roy Campos, uno de los pensadores más serenos de nuestro tiempo, reconoció hace unos días en una charla vía internet que no estaba en el radar de nadie la gran cruzada de este gobierno contra el robo de combustible. En realidad nadie se la esperaba y para algunos se armó sobre la marcha. Qué bueno que lo hicieron, pero le faltó un marco de comunicación adecuado.

La cruzada provocó severos problemas de distribución que afectó a millones de personas en los estados del centro y occidente del país. Ha habido muchas acusaciones, las más graves de sabotaje, se sospecha de todos hasta de los ex presidentes, de funcionarios de Pemex y hasta de líderes de opinión. Pero no hay detenidos. El de las acusaciones al aire parece más bien un recurso taquillero.

Pero lo sorprendente de la narrativa en este tema fue que se señalara a altos funcionarios de Pemex y que se dijera que fue una farsa lo de los pobladores dedicados al robo de combustible, llevados por la necesidad. ¿Si hay un pueblo bueno, hay un pueblo malo? Es pregunta.

Bajo la sombra de esta emergencia nacional, nadie sabe lo que impidió a varios funcionarios de primer nivel acudir al Congreso a explicar los alcances de esta estrategia. En cambio, los legisladores recibieron un fuerte jalón de orejas por intentar distraer a los funcionarios de sus encomiendas. Lo que falta es información, no más.

A ver a ver. Si la estrategia cuenta con un amplio apoyo de los ciudadanos, según las encuestas, dónde está la razón de ver por todos lados al extraño enemigo cuyos nombres se siguen reservando.

Los datos del respaldo a la guerra contra los huachicoleros en las encuestas es abrumador: Reforma, 62 por ciento a favor; El Financiero, 89 por ciento; Consulta Mitofsky, 56.7 por ciento; De las Heras, 76 por ciento a favor.

Los otros

Pero veamos. Unas semanas antes de enfrentarnos a los demonios del huachicol, estábamos enredados en la cancelación del NAICM. Por ahí leímos que alguien celebraba que se pusiera fin al proyecto de un “aeropuerto maldito”, aunque nunca supimos por qué la descalificación tan cataclísmica.

La reciente navidad tuvo su lado oscuro con el desplome del helicóptero donde fallecieron la gobernadora Martha Érika Alonso y el ex gobernador Rafael Moreno Valle. Falta conocer la versión oficial de las investigaciones pero a los poblanos les cayó el chahuiztle, literalmente, porque siguen metidos en una crisis política que no tiene fin con intereses retorcidos, acusaciones contra quienes ya no se pueden defender e interpretaciones de que la mafia del huachicol pudo estar detrás de la tragedia.

En Puebla se vive todo los días bajo la sospecha. Curioso que en esas tierra ha ha habido desabasto de combustible aunque es considerado el epicentro de los huachicoleros. ¿Será por las elecciones pendientes?

Otro escándalo tuvo que ver con el affaire de las cifras del crimen en el arranque del sexenio. Al periódico Reforma le llovió sobre mojado pues para acusarlo que manejar cifras inexactas, porque el gobierno tiene otras, le endilgaron hacer un periodismo conservador, Fifí, y de no rectificar cuando se equivocan. A Televisa y TV Azteca ya los perdonaron.

El nuevo gobierno ha declarado su respeto a la libertad de expresión. Pero hemos presenciado cómo “voceros oficiosos” –diría Raymundo Riva Palacio- se dieron vuelo reciclando información en la que se da cuenta de la publicidad que reciben los principales líderes de opinión de nuestro país en redes sociales convertidos los más críticos en enemigos de la patria.

Y claro, no puede dejarse fuera el episodio en el que los ministros de la Suprema Corte, encargados del máximo tribunal del país, fueron lapidados por resistirse a disminuir sus sueldos. Los exhibieron y etiquetaron hasta de lo que no les toca. Con la presidencia de Arturo Zaldívar, prácticamente tiene carro completo la nueva administración.

A Masiosare lo ven como el enemigo silencioso. En redes sociales se han venido difundiendo convocatorias para acabar con este enemigo de las mil cabezas.

Uno atribuido a Tatiana Clouthier dice que “nuestro presidente está tocando las fibras más sensibles de la mafia del poder” y por eso asegura que es el momento de que “la raza de bronce, la raza morena se solidarice con nuestro presidente”.

Otro más: “Que no nos preocupen los gritos de los deshonestos, de la gente sin escrúpulos y de los delincuentes huachicoleros, asesinos de estudiantes, cómplices de gobernadores y ex mandatarios corruptos prianistas.”

Y el de la megamarcha del 27 de enero de apoyo total a AMLO. Justifica que «la marcha es contra los políticos del PRI, PAN, PRD que son huachicoleros». Llaman a todos a salir a la calle. Los promotores les recuerdan a sus seguidores que sin el apoyo del pueblo los adversarios de AMLO lo quieren avasallar.

Masiosare es lo más cercano a lo que imaginamos como el extraño enemigo al que nos remiten los discursos en contra de quienes atentan contra un proyecto ganador en las urnas, Lo que no se entiende es cómo 30 millones de votos, con todo el apoyo ya documentado, se muestran inseguros.

Hay otros temas que incidirán en la vida cotidiana de los mexicanos. Por ejemplo, la Guardia Nacional, el ajuste en el tamaño de la burocracia, el nombramiento de los fiscales, el crecimiento económico con desarrollo. Son temas que podrían lograr mayores consensos si se dispusiera de información clara y suficiente.

La oportunidad es única. La sociedad es mucho más que reducirla a una confrontación entre los buenos y los malos. La polarización social no conduce a nada, está afectando incluso a la convivencia de los mexicanos.

La democracia tiene la virtud de dar espacio para diferentes formas de pensamiento y dejar atrás el oscurantismo del pensamiento único. Masiosare es un mito genial.

Foto: El Rincón del Chamán.

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