SE FORTALECE LA INVESTIGACIÓN, NO OBSTANTE EL INCIERTO FUTURO DE LA PF

Por Abelino Granados, periodista especializado en temas de seguridad.

El efectivo combate a la delincuencia demanda de cambios en el quehacer policial. Cambios en todos los sentidos, que van desde erradicar la corrupción y las malas prácticas, hasta la depuración de elementos nocivos de algunas áreas estratégicas de las corporaciones encargadas de la seguridad de los mexicanos. Y para cerrar el círculo virtuoso de la seguridad, es indispensable delinear nuevas políticas de acción, modernas estrategias de combate y, claro, efectivos dirigentes que conduzcan estas acciones.

Todo ello demanda de funcionarios que conozcan las diferentes tácticas de combate a la delincuencia, ya sea ésta organizada o común, en el entendido de que con esos flagelos no se dialoga, se les combate.

Si en un tiempo la disuasión y la prevención fueron las estrategias que mejores resultados daban –léase la Policía Federal Preventiva (PFP) creada durante la Presidencia del Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1999 con el grueso de la histórica Policía Federal de Caminos-, actualmente el combate a la delincuencia organizada demanda de estrategias más efectivas que sumen actividades de investigación y de inteligencia a las acciones de prevención y la disuasión. Y, claro, con la indispensable participación de expertos para que encabecen cada una de las acciones mencionadas.

Sin embargo, está en puerta la entrada en funciones la Guardia Nacional, columna vertebral de la estrategia de seguridad propuesta por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que pone en entredicho el futuro de la Policía Federal, ya que la nueva estrategia enfatizar más en la reacción y la disuasión, antes que la investigación y la inteligencia, indispensables para un efectivo combate a la delincuencia organizada.

La decisión ya está tomada. Aún sin una estructura funcional y con un mando castrense, integrada en su mayoría por militares y marinos además de algunos policías federales, la nueva corporación está a días de entrar en acción.

Aunque aún no se logra comprender el por qué se insistió en ese ese cambio, si en México ya existía o existe todavía, una corporación con la estructura y características necesarias para un efectivo combate a la delincuencia y que sólo demandaba de algunos ajustes para su mayor eficacia. La Policía Federal, que con sus siete Divisiones, integra todas las necesidades indispensables para enfrentar al crimen organizado, con acciones que van desde la disuasión y reacción, pasando por la inteligencia y la investigación.

Como arriba se dijo sólo era necesario realizar algunos ajustes. Por lo pronto, nuevos mandos han sido designados por el actual titular de la Policía Federal, Arturo Jiménez Martínez, para encabezar la mayoría de las siete Divisiones que la integran: Fuerzas Federales, Seguridad Regional, Antidrogas, Científica, Gendarmería, Inteligencia e Investigación, ésta última, fundamental para completar el andamiaje policial que requiere nuestro país para un efectivo combate a la delincuencia y recobrar la confianza ciudadana.

Y es que es imposible negar que uno de los factores que ha llevado al rechazo ciudadano es la corrupción que ha permeado en algunas áreas de las corporaciones policiales, aunado a la necesidad de fortalecer las acciones de investigación de los delitos federales.

Y precisamente con esa intención fue designado como nuevo titular de la División de Investigación de la Policía Federal, Víctor Hugo Enríquez García, quien desde que asumió el cargo llamó a los integrantes de esa estratégica área a redoblar esfuerzos y a conducirse con la mayor honestidad posible, a la vez que exigió a los que tengan compromisos o intereses ilegales que mejor renuncien, pues desde ahora las cosas se van a hacer derechas.

No obstante, es de reconocer la aceptación social por esta importante área de la Policía Federal, me refiero a la División de Investigación, cuya mayoría de sus elementos siempre se han conducido en el marco de la legalidad, aunado a su eficacia en el trabajo, con buenos resultados en el combate a los delitos federales como la trata de personas, el secuestro y la extorsión, entre otros.

Por ello, sabedor de que la investigación representa el principal engrane del que depende el éxito de las acciones policiales, Enríquez García llegó a esa División convencido de valorar y rescatar a la mayoría del personal que allí labora. Sabe que no se puede desperdiciar ese cúmulo de capacidades y aptitudes policiales demostrado por jóvenes recién egresados de la Academia de la Policía Federal, como por experimentados policías que llevan muchos años de su vida dedicados al servicio de la sociedad, combatiendo los diferentes flagelos que tanto la laceran a los mexicanos.

No obstante los tiempos de incertidumbre que se vive en la Policía Federal, el experimentado funcionario está convencido de la importancia de fortalecer a una de las más importantes áreas de esa corporación, consciente de que la investigación de los delitos de alto impacto como el secuestro, la extorsión, la trata de personas, el tráfico de armas, y de personas, así como el robo de hidrocarburos, entre otros, constituyen el principal sustento para consolidar la nueva estrategia que requiere el combate a la delincuencia.

Con una experiencia acumulada en el área operativa que le viene desde que formó parte de la PFP, incluso de su antecesora, la histórica Policía Federal de Caminos, Enríquez Martínez llevó aire fresco a los aproximadamente 3 mil elementos que conforman esa División, con la promesa de rescatar y darle a cada uno de los integrantes lo que se merecen por tantos años de servicio en sus labores de investigación, ya sea de campo o de gabinete.

El cambio que promete ese funcionario, cuya preparación académica con nivel de maestría en Derecho Penal y una experiencia acumulada en diferentes ámbitos del quehacer policial, representa un aliciente para los investigadores, sin importar la incertidumbre sobre el futuro de la Policía Federal derivada de la creación de la Guardia Nacional, soportada en su mayoría por elementos militares.

Por lo pronto, esta noble corporación continúa fortaleciéndose y trabajando como siempre. Y, por lo que se ve, los integrantes de esa estratégica área han aceptado con gusto la encomienda del nuevo mando, en el sentido de seguir trabajando con todo el ahínco y responsabilidad posible.

Ojalá y todo mejore para la Policía Federal y se mantenga como la mejor institución de seguridad que el México moderno ha tenido. Y, si fuera el caso de su desaparición, es seguro que los elementos de esta noble corporación están convencidos de seguir trabajando, dejando lo mejor de sí hasta el último momento, como los músicos del Titánic.

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