Ni yendo a bailar a Chalma

A estas horas Rocío Nahle, la secretaria de Energía, debe seguir dándole vueltas al tema de cómo construir una refinería de 8 mil millones de dólares y en un plazo récord de tres años, cosa que se ve como una misión imposible o un caso para que lo resuelva el detective Picachú. Ni con lego, dicen sus críticos.

El problema es que expertos como la firma Moody´s, el sector privado mexicano y otras voces calificadas coinciden en que en estos tiempos de energías limpias, empeñarse en construir una refinería de combustibles fósiles, barata y en poco tiempo, ni yendo a bailar a Chalma.

Todo mundo espera conocer el diagnóstico técnico de la señora Nahle para saber a qué santo se encomendará para cumplir con la orden. El director de Pemex, el ingeniero agrónomo, Octavio Romero, no dijo ni pío.

Y no es por molestar pero Arturo Herrera, uno de los subsecretarios consentidos de Carlos Urzúa adelantó en marzo al influyente diario Financial Times que la Secretaria de Hacienda no autorizaría ningún proyecto que saliera más caro de lo previsto. ¡Brujo! Algo sabía.

En aquel entonces los ánimos se calentaron y el Presidente desmintió a Herrera: “vamos muy bien y se va a construir la refinería en tres años”. Nahle secundo a su jefe y aseguró que Herrera tendría que corregir sus dichos.

Herrera explicó que parte de los recursos de Dos Bocas se destinarían a dar apoyos a proyectos prioritarios para Pemex y por eso la refinería se retrasaría. Pero ni caso le hicieron.

Al subsecretario ya lo veían en la RENATA de la 4T, y hasta le sacaron sus trapitos de que si estaba en el gabinetazo era por su padrino Miguel Ángel Granados Chapa y porque en e fondo lo que quiere es ser gobernador de Hidalgo, tema que no le gusta nadita a Gerardo Sosa

En fin, el Presidente aseguró que hay presupuesto, de unos 2 mil 500 millones de dólares, para el arranque del proyecto, el problema es que a Pemex le urgen recursos para no caer en una situación de quiebra, sobre todo porque se trata de la empresa más endeudada del mundo, la misma que de acuerdo a un reciente reportaje en Bloomberg está en la tablita, pues es incierta su recuperación.

La firma calificadora Moody´s encendió los focos amarillos y alertó que continuar las obras de Dos Bocas como lo decidió el Presidente lo único que hará es aumentar el riesgo de sobregiros en costos y retrasos que se traducirán en mayor presión para las finanzas de Pemex y el gobierno. O sea, nada bueno.

Coparmex.com.mx emitió un comunicado en el que enciende los focos rojos y apunta que “las cosas pueden salir mal” y por ello pidió al gobierno hacer un alto en el camino y reconsiderar los riesgos que puede tener esa decisión para Pemex, para las finanzas públicas y para México.

Y como podríamos olvidar que a principios de enero se conoció un estudio elaborado por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) que consideró inviable técnica y financieramente la construcción de la refinería, pues en realidad tendría un costo de 14 mil 740 millones de dólares y tardaría mucho más en construirse. Si el proyecto se construyera con recursos cien por ciento públicos, en 20 años no sería viable su operación.

El punto negro de esa historia es que después de entregar el estudio, Ernesto Ríos Patrón fue relevado del cargo como titular del IMP. O sea que no gustó a ya saben quién.

La pregunta es si el jefe del Ejecutivo estará dispuesto a evitar un mayor quebranto en las finanzas públicas o piensa que todo lo hacen por molestar.

Columnómetro de Aquiles Baeza.

1.- Imperdible un reportaje de Contralínea en el que se describe el gasto autorizado para la vestimenta ejecutiva, casual, deportiva y táctica del personal del Instituto Nacional de Inteligencia, antes Cisen. Lo que no aclara es si reutilizarán los zapatófonos, puestos de moda por el súper agente 86 y que dicen, servían para colgarse del alambre.

2.- Sergio Mayer sigue dando de qué hablar pero no por el trabajo en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, sino porque para el legislador la vaquita marina es exactamente lo mismo que una vaquita amarilla, aunque esta última no existe.

Es tan frecuente que Mayer resbale que hay quien cree que lo hace a propósito para mantener su presencia en las redes, aunque sea con puros memes.

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