Contrarreforma habemus, golpe bajo a las autonomías

La contrarreforma educativa convirtió al Instituto Nacional para la Educación Educativa (INEE) en el villano favorito de los grupos de presión del magisterio.

Y lejos de que el gobierno federal hiciera énfasis en la rectoría del Estado en materia educativa, cedió como trofeo de guerra la autonomía del INEE. Las marchas, plantones y el voto corporativo dieron frutos.

En realidad la contrarreforma no es otra cosa que la renovación de una alianza entre los líderes del magisterio y el gobierno federal, ni más ni menos.

Quedan muchas dudas sobre los aspectos positivos que pudiera tener una contrarreforma emprendida como promesa de campaña, pero la nota negra es la decisión de eliminar el INEE y sobre todo haber permitido que se despojara al organismo de una atribución amparada por la Constitución.

Esto no sólo es un golpe bajo a las garantías de la Constitución, sino además un precedente terrible de que se repita en otros ámbitos, pues lo que ocurrió en el INEE deja vulnerable al conjunto de organismos autónomos entre estos el INE, el Banco de México, el INAI, instituciones educativas y hasta a la CNDH.

¿Y quién sigue? La pregunta da escalofrío.

Lo peor es que una vez aniquilado el INEE, la evaluación podría convertirse en un ejercicio simulado, para terminar en una oficina burocrática dedicada a elaborar planes y documentos como lo quiera y mande la SEP. A modo, pues.

Esto fue lo que dejó el proceso de aprobación legislativa de una contrarreforma que requirió de dos tiempos en el Congreso, tan sólo para cumplir la promesa electoral de “abrogar la mal llamada reforma educativa de EPN”.

Juego de fuerzas

A los diputados y senadores se les veía muy estresados y nerviosos para cumplir la encomienda. Tanto que en un tuit dieron por aprobada la contrarreforma en la Cámara de Diputados dos horas antes de que se votara. Los senadores contaban y recontaban sus votos, para que no les ocurriera otra vez que un voto descarriado de la CNTE les echara a perder la fiesta.

Pero más allá de las anécdotas causadas por la exasperación de Dolores Padierna que ordenó le cerraran el micrófono a José Luis Preciado, en sentido estricto lo que se vivió no fue un debate sobre el futuro de la educación en México sino un juego de fuerzas entre los liderazgos del SNTE y la CNTE y el gobierno de la 4T.

En el centro de la discusión siempre estuvo el control de las plazas y las promociones de los docentes.

Cheque usted este dato oficial. En el periodo 2014-2017, años en que se aplicó la hoy casi diabólica reforma de Peña, se asignaron por concurso, 241 mil 678 plazas y promociones docentes, o sea que NO se vendieron. ¿Tons?

De 2014 al 2018 el INEE evaluó a 806 mil 728 docentes en concursos de ingreso; 660 mil 049 en educación básica y 146 mil 679 en educación media superior. Suponemos que nuestros niños y jóvenes merecen los mejores mentores para su educación ¿o no?

Pero esta atribución del INEE fue su perdición y las plazas permanentes y el pase automático se convirtieron en bandera sindical.

Hay que reconocer que la fuerza política del magisterio es impresionante, pues nos referimos a un millón 515 mil docentes, la mayoría afiliados al SNTE y otros muchos a la CNTE. Y todos votan y hacen campaña.

La mediocridad

La educación en México tiene una problemática muy compleja y requiere de que el Estado cumpla su responsabilidad no sólo de garantizar la educación laica y gratuita para todos los mexicanos, sino de calidad.

El punto es no caer en la mediocridad. El peor escenario para la educación es la simulación y que se permita a nivel autoridades.

Lo que NO queremos es que los maestros hagan como que enseñan, que los alumnos hagan como que estudian y el país haga como que avanza.

La desaparición del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) es vergonzosa. Y a la larga el costo será muy elevado.

Hace escasas tres semanas, Teresa Bracho González, la última titular del INEE, dejó claro que durante el último año la institución fue blanco de ataques, le recortaron la mitad del presupuesto y tuvo serias dificultades para establecer diálogo con los poderes Ejecutivo y Legislativo. El INEE nunca participó en las mesas de deliberación de la contrarreforma. Y el INEE fue condenado al patíbulo.

Los consejeros del INEE nunca intentaron tapar el sol con un dedo. El nuevo gobierno recibió una educación con serios problemas de cobertura, bajos y desiguales aprendizajes, una enorme desigualdad; con un magisterio resentido y una cúpula sindical que intenta recuperar las plazas, comentó en su momento la consejera Silvia Schemelkes.

Qué es lo que queremos ver, que la asignación y promoción de plazas sea transparente; que la planeación educativa se apoye en las evaluaciones y que el Estado se esfuerce para profesionalizar al docente. ¿Eso importa? Parece que no.

Radiografía de terror

Que conste, todos son datos oficiales registrados por el INEE. Esta es nuestra realidad educativa nacional.

Alrededor de 4.8 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 3 y 17 años no asisten a la escuela.

La asistencia a la primaria, de 6 a 11 años, es universal, pero a partir de los 12 años la permanencia disminuye sobre todo en poblaciones en condiciones de vulnerabilidad.

Cada año un millón 200 mil niños y jóvenes abandonan la educación obligatoria en México.

En el ciclo escolar que concluyó en 2017, un total de 152 mil alumnos de primaria, 355 mil de secundaria y 755 mil de media superior no continuaron con su educación.

La reprobación una de las causas de abandono de la educación media superior. Cada día del ciclo escolar 3 mil 500 jóvenes abandonan la educación media superior.

Y eso no es todo. De acuerdo con los resultados de los estudios de PLANEA 2018 el 49 por ciento de los alumnos de sexto de primaria mostraron un nivel insuficiente de desempeño en Lenguaje y Comunicación; 33 por ciento básico; 15 por ciento satisfactorio y apenas 3 por ciento sobresaliente.

En matemáticas el 59 por ciento de los alumnos de sexto de primaria está en el nivel insuficiente (lo cual es terrible); 18 por ciento está en el nivel básico; 15 por ciento en satisfactorio y 8 por ciento en sobresaliente.

El 4.8 por ciento del total de la población no sabe leer ni escribir; 17.8 por ciento de la población indígena es analfabeta; 13.2 por ciento de la población analfabeta vive en zonas rurales y 3.1 por ciento en zonas urbanas.

Frente a este desolador panorama, el INEE apunta que la evaluación permite ver áreas de oportunidad en algunos grupos o poblaciones que no han alcanzado las metas.

La simulación

Los líderes sindicales están de manteles largos, pues la contrarreforma se aprobó una semana antes de la conmemoración del Día del Maestro. ¿Y?

Son más las preguntas que las certezas. Los maestros podrán evaluarse sin el riesgo de perder sus plazas, aunque su nivel esté por los suelos o no acudan a las aulas por estar dedicados a las marchas y plantones. Otro punto oscuro es el pase automático de los egresados de las escuelas normales a las plazas magisteriales.

De por sí es difícil alcanzar el nivel de razonamiento del titular de la SEP cuando festeja que tendremos un sistema educativo en el que se permitirá a los alumnos copiar en los exámenes y, aunque usted no lo crea, un modelo pedagógico del cuarto mundo que admite que se enseñe inglés aún cuando el mentor no sepa. Esto es una oda a la mediocridad.

Luis F. Aguilar, académico e investigador advierte que los problemas de la educación en México no tendrán solución hasta que los problemas del sistema social y político se resuelvan razonablemente. En fin.

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