Estamos requetebién… estancados y 2020 pinta igual

Ojalá y quede claro que nadie en este país quiere que las cosas vayan mal, todos vamos en la misma nave,  pero la realidad económica de este primer año de nuevo gobierno nos hace ver que estamos requetebién, pero requetebién estancados y las cosas no pintan mejor para 2020.

El estancamiento y la desaceleración económica son fenómenos que están presentes, es lo que tenemos, y la mejor forma de enfrentarlos para superarlos es reconocerlo para remar todos en la misma dirección.

Ojalá y se entienda que el problema no se reduce a un tema de amor y odio. Como diría el respetable Jonathan Heath, así como vamos el problema es que no nos alcanzará la aritmética para tener mejores resultados (Sinembargo.mx 01-08-19).

Suponer que con el hecho de cerrar los ojos ante la cruda realidad todo cambiará como por arte de magia, es iluso. Crecimiento y desarrollo tienen que ir de la mano, pero si no crecemos pues el desarrollo no dejará de ser una aspiración pero harto difícil de alcanzar.

Este fin de semana nos encontramos, para variar, con otra nota preocupante, el desplome de los precios del petróleo mexicano –al que le ha apostado mucho el modelo de la 4T. El precio del barril de petróleo mexicano cayó por debajo del piso de los 50 dólares para colocarse en 47.36 dólares, casi 8 dólares por abajo de lo previsto para este año en los Criterios Generales de Política Económica.

Sin rollo, una de las mejores explicaciones de lo que esto significa la dio el experto financiero Esteban Rojas @estebamex: “Para este año el precio del petróleo utilizado para la elaboración del presupuesto está cubierto, el problema es para los ingresos de Pemex y, para el próximo año (2020) para el gobierno.”

Y en otro tuit abunda: «Precios del petróleo en caída libre al tocar mínimos del año. Esta situación complica sacar a flote a Pemex, entrada de dólares al país y alcanzar objetivos de finanzas públicas. Una baja en el ingreso petrolero y estancamiento económico, son una combinación explosiva para la 4T.“

Si pensamos que este es un ardid de los mercados para llevarnos la contraria y hacer quedar mal a la 4T, estamos en serios problemas. Las preocupaciones de fondo no pueden reducirse a etiquetar como siempre a los que no son fans de la 4T de ser nostálgicos del pasado.

Una nota de la agencia Bloomberg-El Financiero de hace unos días (06-08-19), firmada por Daniel Cancel, es una de las respuestas más contundentes a lo que esperan muchos mexicanos:

“El ´efecto AMLO´: esto piensan los empresarios que invierten en México”, reza la cabeza de la nota que comienza con este antrecomillado: “Todos están paralizados”.

Y no se trata de una exageración. La nota de Bloomberg se refiere a las preguntas que el reportero hizo a empresarios tras una reunión realizada la semana pasada. Si bien las ideas de la austeridad y el combate a la corrupción son bienvenidas, los empresarios muestran cautela a la ahora de tomar decisiones.

Se los dije: la suegra

Ya no se trata únicamente de capotear la cascada de recortes a las expectativas sobre el comportamiento del PIB que han venido ajustando entidades nacionales y extranjeras desde que arrancó la actual administración y que pasó de un optimista 2.5 por ciento de crecimiento esperado, a un promedio que no alcanza ni siquiera el 1 por ciento, si bien nos va, pues hay proyecciones que cuando mucho hablan de un PIB del 0.6 por ciento en 2019.

Y como no hay elementos que permitan garantizar que el estancamiento y la desaceleración económica pueda llegar a su fin, para 2020 las cosas no pintan nada bien.

Las expectativas para el próximo año ya son mucho muy moderadas y por abajo del 2.0 por ciento soñado; los pronósticos más recientes nos colocan con un PIB creciendo cuando mucho al 1.47. Y eso sin echarle la sal, como dirían por ahí.

0.1 totalmente memeable

Fue dramático el episodio marco del resultado del segundo trimestre del 2019 sobre el comportamiento del PIB.

El festejo de que el país creció una décima en un trimestre, que técnicamente nos dejó fuera de la recesión, motivó que el resultado del 0.1 por ciento del PIB se convirtiera en materia prima para los memes que usted guste y mande.

Y si bien Jonathan Health explicó que de los cinco trimestres de desaceleración, tres corresponden a la administración de Enrique Peña Nieto y dos a AMLO, la pregunta es qué pasará si nos echamos al hilo otro trimestre  de estancamiento, quién cargará con la culpa.

Los otros datos

Junto a los datos del PIB y la ola de ajustes están otros datos igualmente importantes de @Inegi_informa que no deben perderse de vista.

El Indicador del Consumo Privado fue de -0.2 por ciento en mayo, respecto del mes anterior, aunque aumento 0.3 por ciento respecto del mismo mes de 2018.

La Inversión Fija Bruta en mayo también fue negativa, -2.7 por ciento, aunque se redujo 6.9 por ciento en términos reales. En este indicador se ver con claridad los focos de alerta, pues los gastos de construcción bajaron 8.3 por ciento, mientras que los gastos de inversión en maquinaria y equipo cayeron 5.0 por ciento. Estos datos se actualizarán en septiembre y no se espera que mejore la cosa.

En julio el Indicador de la Confianza del Consumidor cayó -0.6 puntos.

Un dato que ya se conocía pero muestra que el problema es mucho más que político o de percepción fue el Indicador del Crecimiento de la Producción Industrial que en abril mostró una media nacional negativa, del -2.8 por ciento.

Los datos se muestran por estados y  tres desatacan por sus números superiores a los cinco puntos pero otros 12 estados tuvieron un crecimiento bastante modesto y el resto de la tabla, la mitad del país, registró tasas negativas en la producción industrial, entre estos los que se supone tienen la mejor infraestructura del país. El estado con un menor crecimiento industrial fue Tabasco, el último lugar de la tabla, con  -22.1 por ciento.

Y lo que viene

Los números no serán buenos para este fin de año y aunque se tenga muy buena voluntad, las expectativas del próximo año tampoco son las mejores.

El anuncio del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, de que se inyectarán 485 mil millones de pesos para apoyar la economía, sobre todo la gestión de Pemex, para los analistas podría ser insuficiente.

Este fue un reconocimiento de que estamos requetebién, pero requetebién estancados, frase por cierto que leímos en un tuit de Maricarmen Cortés @mcmaricarmen.

Y ni qué decir del debate que rebasó a la apropia SHCP cuándo informó en un boletín que de enero a junio se reconoció un subejercicio del gasto público programado por 174 mil 484 millones de pesos. El punto es que el Presidente dijo que no era subejercicio sino ahorros. Y de un día para otro, por orden presidencial, el subejercicio lo convirtieron en ahorro.

Los gobiernos estatales y los empresarios siguen sin ver claro, como diría el clásico, y no se sabe cuándo comenzará a abrirse la llave de los recursos públicos programados.

Si se aprueba el Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá, algo podría mejorar. Pero no se sabe para cuándo.

Un problema latente es la tasa abierta del desempleo que anda por ahí del 3.68 por ciento. Para 2020 no cambiará mucho pues se espera será de 3.70 puntos. De acuerdo a la reciente encuesta de Citibanamex, los factores que mantienen estas tasas de desocupación son la inseguridad; la incertidumbre en la política interna, las condiciones económicas internacionales y la política económica exterior.

Ojalá las cosas cambien para bien de todos, pero no está por demás reconocer la realidad para saber a qué le tiramos y unir esfuerzos para juntos salir del atolladero.

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