Tec&Com2020 // El Shock del futuro

Por José Alfredo Pulido Ponce, especialista en Comunicación Estratégica @japponce

No obstante que todo lo que digamos hoy puede resultar falso mañana, podemos arriesgar algo del futuro que vendrá, un futuro nada esperanzador y de menor felicidad para grandes núcleos sociales.

Transitar algunas ideas que mentes brillantes aportan para especular como terminará y los residuos que quedarán de la pandemia, aunque nada es claro en la superficie, ni en lo profundo de las sociedades y del ser.

Lo que es un hecho y no futurismo, es que el planeta va a experimentar desde ya una repetición de la crisis financiera global, expresado en el “deterioro del nivel de renta relativo de Occidente, un aumento de desigualdades, el estancamiento de los ingresos de las clases medias”, más pobreza y menor calidad de vida en sociedades ricas y en las siempre pobres. (Milanovic, 2020).

Hay quienes vaticinan que los efectos serán más graves que la Gran Depresión de los años treinta, pero algunas tendencias permiten advertir la magnitud de los cambios que se aproximan. Uno fundamental y que cambiará la dinámica global y quizás nos salve: la cooperación.

Advierte Henry Kissinger que ningún país, ni EU, puede con un esfuerzo puramente nacional, superar el virus. Las necesidades del momento “deben combinarse con visión y programas de colaboración global”. Habrá que saber escuchar.

Futuro que viene

  • En lo económico, la idea de una renta básica universal que lleva años debatiéndose en diversos países, podría hacerse realidad. Hay quienes la apoyan como sustituto del Estado de bienestar más amplio y otros que quieren desligar la protección social del empleo. (Dudda, 2020)
  • En muchos países se tratará evitar que las empresas quiebren, principalmente las del Estado.
  • El proceso de globalización se desacelerará, con un creciente proteccionismo y guerras arancelarias. Los países darán prioridad a la autosuficiencia y a la producción nacional. El movimiento de gente y de bienes será mucho más controlado que antes de la crisis. retirar las restricciones será difícil y caro.
  • La cooperación global será una herramienta vital para debilitar la crisis y aumentar el desarrollo. Una lección abortada por la pandemia es que los eslabones más débiles de la cadena sanitaria (y económica) mundial son una amenaza para la salud en todas partes.
  • En lo político lo que veremos será una mayor centralización del poder, de cierta forma mayor autoritarismo y en consecuencia aumentará la turbulencia política. Las grandes crisis como esta fomentan la centralización del poder, porque a menudo es la única manera de que las sociedades puedan sobrevivir. Aunque después sea difícil despojar de ese poder a quienes lo acumulan durante la crisis.
  • Ante el aumento de los poderes del Estado, se ha empezado a especular con el fin del liberalismo y una nueva era socialdemócrata, sin que necesariamente se comprenda sólo como Estado grande y gasto público elevado.
  • La pandemia también asienta un modelo de vigilancia qué al utilizar alta tecnología, da una nueva dimensión a las técnicas de control social que han probado los Estados policiales para contener a quienes resisten.

El gran desafió para los líderes y sociedades es manejar la crisis mientras se construye el futuro. Será fundamental que mentes brillantes –grupos de reflexión, medios de comunicación, las universidades y organizaciones no gubernamentales- participen y se centren en el diseño de alternativas estratégicas que abran una oportunidad ante la pandemia que hoy aplasta y atemoriza a la humanidad. El mundo exige una respuesta global, solidaria, cooperativa, en la que los beneficios sean para todos y las pérdidas para lo que siempre han ganado.

________________________________________________________________________Foto de portada: Tomada de Internet.

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