De memoria // El año que no existió…

Por Carlos Ferreyra Carrasco, periodista de tiempo completo, incluidos fines de semana y días festivos.

La foto la tomé antes de empezar este texto, con la simple intención de saber que estoy, que soy y que he logrado superar el poco menos de un año en total reclusión, sin contacto físico con amigos o familiares.

En más de dos meses subiré al tercer escalón de mi octavo piso de vida, una vida plena, agradecible y con altas y bajas sin mayores consecuencias. Debo señalar sin afanes presuntuosos, que todo este tiempo confinado en nuestro cuarto de azotea con Magdalena, mi esposa, ha sido de una felicidad total.

Sí, parece una incongruencia carcelaria, pero pocas veces he sentido tanta alegría, tranquilidad y cariño correspondido como en estos casi doce meses en que ambos hemos estado uno al lado del otro en todo momento. Logramos una integración que supongo es consecuencia de avatares que nos llevaron por el mundo experimentando formas distintas de vida y logrando afectos por varios países.

A esta paz ha contribuido mi salida de los medios impresos y electrónicos, lo que me ha facilitado escribir y opinar según me lo dicta mi formación profesional sin atender los lineamientos de un empresario metido a periodista.

Decidí volver a mis orígenes, cuando a los diez años me soñaba escribiendo novelas de aventuras que siempre comenzaban con: “En un barco ballenero llamado Bauprés”, indudable influencia de Emilio Salgari cuyas novelas, con las de Julio Verne y otras de un tal Dick Turpin que tenía un escudero negro, enorme, espadachín imbatible, Batanero, nos regalaba mi padre que por su lado era aficionado a las novelas históricas europeas.

El destino de aquellas magistrales obras literarias era obvio: el basurero o algún cajón donde perecían en el olvido. Creo que haré lo mismo a partir de hoy, lo estoy pensando, escribiré y olvidaré lo escrito. Quizá ocasionalmente torture a mis amigos con alguna reminiscencia de aquel México que es producto de mi imaginación y que nunca existió, ese país ideal.

Explico: abro la computadora y salta la imagen de una señora haciendo un gesto obsceno, vulgar y ofensivo, la misma que en afanes protagónicos viaja a Europa para reclamar viejos trofeos coloniales. Recibe una respuesta todavía más vulgar de parte de un desconsiderado ensotanado que afirma, porque lo dice él, que no es posible confiar en México porque si nos prestan el Códice Vaticano, por ejemplo, nunca lo devolveremos. Se lo apropiarán, señala en el nombre del Santo Padre, un señor cuya antipatía a México ha sido muchas veces demostrada.

El esposo de la señora doctora en Letras, Filósofa, Poeta, Novelista, Conferencista y madre de un niño llamado popularmente Chocoflán, que afortunadamente no padece cáncer porque su madre, dice, no es médica y no lo podría atender, en conferencia de prensa critica a una organización que tiene un logo que empieza con Sí, tal como lo usaba Pinochet y agrega, sabiondo: dictador en Italia.

A diario las metidas de pata y las mentiras que han hecho a un diario yanqui analizar las conferencias del mandatario para concluir, demostrado, que en cada mañana suelta un promedio de seis falsedades, engaños, falacias, mientras organismos dependientes de la ONU le piden que deje de insultar y amenazar a periodistas y defensores de derechos humanos. Ambos gremios víctimas del crimen oficial, 15 informadores masacrados en dos años y asesinados los defensores de las tierras y las aguas en zonas campesinas.

Por mucho que se quiera, es imposible evadirse de estos temas principalmente cuando se registra un crecimiento exponencial de asesinatos a cargo de la delincuencia organizada, que compite numéricamente con las víctimas de la pandemia. Con este pretexto se rifa un avión que nunca fue rifado, se piden donaciones y se apropian del fondo de desastres, 70 mil millones de pesos a los que se suman los recursos de salud, 68 mil millones de pesos y se acumulan los presupuestos de los fideicomisos.

De conformidad con diputados y senadores, el presidente podrá disponer libremente de esos caudales en año electoral, cuando se busca además reducir el financiamiento de los partidos políticos. Excepto de Morena que en lo formal podrá ver disminuido su presupuesto, pero en lo real bastará la palabra del Señor para que se haga la luz.

En este caos resalta la creación de dos bandos muy definidos entre los mexicanos: estás con Peje o contra Peje. El año siguiente y con medio país, sus gobernadores, en contra se desarrollarán los comicios para algo así como 2,500 cargos de elección, considerando 15 gubernaturas.

El vaticinio no es aventurado, habrá luchas callejeras y entrará en acción plena la Guardia Nacional comandada por el Ejército. Habrá represión a plena satisfacción contra el pueblo bueno que no ha resultado lo sabio que se quería, y con lamentable coincidencia entre los extremos: la derecha ultracatólica que hace tiempo se prepara para asaltar el poder y la masa desesperada por la falta de soluciones a sus problemas más ingentes: seguridad, salud y comida.

En fin, ya veremos lo que nos depara este fin del año que no existió…

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Posdata.

Para no dejar pasar los días de los fieles difuntos, don Carlos escribió est apunte para el feis, ilustrada con una imagen muy conocida en redes sociales.

Nada más, señores periodiqueros, para que recuerden que no somos nada, que sólo dejaremos el recuerdo de nuestras páginas. Escriban, no sean mulas y rejegos. Felices muertos (de hambre) pero siempre felices.

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