AMLO, dos años hundido en su propia realidad

Por Avelino Granados, periodista especializado en temas de seguridad

A dos años de su gobierno, el Presidente Andrés Manuel López Obrador sigue viviendo su propia realidad, misma que a golpe de discursos retóricos pretende presentarla como verdadera a sus seguidores. Son 24 meses en los que la improvisación y las ocurrencias ha sido la columna vertebral del accionar gubernamental que dieron como resultado el incumplimiento de varias promesas.

No se percibe hasta ahora estrategia o plan de acción alguno que marque el rumbo de las principales instituciones, que deberían sustentarse en un Plan Nacional de Desarrollo (PND) también inconsistente, considerando por su puesto las graves circunstancias por las que atraviesa el país y el mundo.

El problema es que desde el inicio de su gestión, López Obrador se inclinó por hacer política de los temas más sensibles que tanto aquejan a nuestro país, tales como la inseguridad, la salud y la economía. En lugar de encontrar soluciones reales a los problemas por la que atraviesan estos sectores, opta en principio por minimizarlos para, posteriormente, echar culpas al pasado por los magros resultados del presente. A dos años de gestión, la verdad, ya no caben esos argumentos. Politizar los problemas es no querer o no poder afrontarlos.

Cuando un tema se politiza, lo que se busca es convencer a la sociedad de que todo está bien aunque la realidad refleje totalmente lo contrario, con la finalidad de lograr adeptos. Y para eso no hay mejor maniobra que el discurso retórico, como en el tema de la seguridad, o la perorata cantinflesca, en el caso de los asuntos de salud y los informes de la Pandemia del COVID-19, encabezados por el doctor Hugo López-Gatell Ramírez.

A dos años de esta nueva administración, en lo referente a la economía, la salud y el combate a la inseguridad más que un avance lo que se ha visto es un claro retroceso. No ha funcionado la “estrategia” gubernamental sustentada en la creación de “enemigos” ficticios, utilizándolos para fomentar el odio, el divisionismo y la intolerancia entre la población.

A ello se suma el empleo de una ya desgastada propaganda oficial que vino a suplir a la información real, creando más caos y confusión en una sociedad ya de por sí decepcionada por la falta de un cambio tan esperado que les fue prometido.

Aunque la verdad, pocos seguidores de López Obrador se creyeron el cuento de que desde el momento en que asumiera la Presidencia de la República, como por arte de magia se acabaría la inseguridad. “Que se vaya al carajo la delincuencia. ¡Fuchi!, ¡guácala! Es como la corrupción: ¡fuchi! ¡guácala. Aunque el propio Presidente insista en que “vamos requetebién” y los integrantes de su gabinete repitan esa idea, la verdad es que estamos igual o peor.

En el combate a la delincuencia, ya sea con la gris gestión de Alfonso Durazo Montaño en su paso por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) o con Rosa Icela Rodríguez Velázquez como nueva titular en esa dependencia; con la Guardia Nacional operando por más de un año o con el Ejército Mexicano encabezando operativos, la verdad es que la situación de seguridad continúa caótica.

Entre diciembre de 2018 y septiembre de 2020, se mantiene la constante de los altos niveles de violencia. En los primeros 22 meses de lo que va de este sexenio, más de 65 mil 300 personas han sido asesinadas en México.

De acuerdo con un avance preliminar del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en septiembre se registraron más de 2 mil 600 asesinatos en nuestro país, un nivel muy similar al de meses previos. Con ello, y tomando en cuenta que en los primeros 21 meses del sexenio ya se habían acumulado 62 mil 740 asesinatos, la cifra total de homicidios y feminicidios en lo que va del gobierno Andrés Manuel López Obrador ya supera las 65 mil 340 víctimas. Esto refleja que durante el actual sexenio, todos los días se asesinan en promedio aproximadamente 99 hombres y mujeres, lo que equivale a cuatro crímenes por hora o un nuevo asesinato cada quince minutos en México. (Animal Político, 21 de octubre, 2020)

Y qué decir del avance de los cárteles del crimen organizado que han extendido sus redes de violencia a más territorios del país. Independientemente de las constantes matanzas en diversas zonas de Guanajuato, Tamaulipas, Sinaloa, Michoacán y Guerrero, entre otras entidades, los ríos de sangre ya alcanzaron a la Ciudad de México, escenario de cruentas ejecuciones que han consternado a la sociedad mexicana.

Tal es el caso de los niños descuartizados en el Centro Histórico o los recientes asesinatos del empresario restaurantero francés Baptiste Lormand y su socio mexicano Luis Orozco. Ni en sueños se cumple la gran promesa lopezobradorista hecha en el año 2018, en el sentido de reducir el crimen y “pacificar” a México. Dos años han pasado y al parecer el Presidente sigue en campaña prometiendo y escuchando las demandas de justicia de las víctimas de la violencia.

No es con la sola creación de la Guardia Nacional y militarizando la seguridad con solados haciendo labores de policías dando palos de ciego como se resolverá ese problema. Falta una estrategia de operación y esa no se ha visto.

Por lo pronto, ante la falta de una estrategia real ante la pandemia del COVID 19, que ha dejado más de 100 mil muertes en nuestro país, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a México tomarse en serio el control de la pandemia y advirtió que el país se encuentra en una situación grave. Al respecto, yo pregunto, ¿Habrá una autoridad que vaya más lejos y pida al Presidente de México que a estas alturas ya tome en serio su gobierno?

Foto de portada: Quadratín

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