El ineficaz continuismo en seguridad (I Parte)

Avelino Granados, periodista especializado en temas de seguridad

Para Marcelino García A., entrañable amigo y compañero; ejemplo de dignidad, honradez y trabajo en la otrora Policía Federal. Descanse en paz.

Era de preverse que el cambio de estafeta en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no traería cambio sustancial alguno  en la estrategia de seguridad a nivel nacional. Y ello quedó claro al escuchar el primer discurso que como nueva titular de esa dependencia pronunció Rosa Icela Rodríguez Velázquez.

También quedó clara la falta de conocimiento que la sustituta de Alfonso Durazo Montaño tiene en el tema, al exponer una serie de conceptos sin sentido que resultaron en otro galimatías que sólo endulzó los oídos del Presidente.

Entre otras cosas, Rodríguez Velázquez dijo enfática que “no es nueva en esto” y recalcó que su enfoque es distinto, puesto que su objetivo no es ganar una guerra, si no ganar la paz. Pero al mismo tiempo señaló que se apegará a las directrices enunciadas por el presidente mexicano en lo referente a la seguridad nacional -en alusión a la seguridad pública del país-, en el sentido de sustentar su estrategia en atender las causas profundas que generan la delincuencia manteniendo la cobertura de la política de bienestar del gobierno de México.

No obstante su amplia experiencia en el campo de la administración pública capitalina y en medios de comunicación, al escucharla dejó ver que sí es nueva en esto. No están en duda sus más de 20 años de ejercicio público, pero de acuerdo a su trayectoria, su conocimiento se centra mucho más en la atención a programas sociales que en el quehacer policiaco. Pareciera que fue por ello que el Presidente la designó en el cargo.

Además, no es lo mismo haber trabajado en la administración pública que ser ahora cabeza de sector. Aquí tiene que coordinar –y eso incluye dar órdenes- a los integrantes del Gabinete de Seguridad, léase los generales Luis Cresencio Sandoval González, titular de la Sedena, y Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional; al almirante José Rafael Ojeda Durán, titular de la Secretaría de Marina (Semar), y a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, así como entablar acuerdos con el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero.

Lo más confuso de sus palabras fue asegurar que su objetivo no es ganar una guerra, si no ganar la paz. ¿Qué no lograr la paz significa terminar con la guerra? En su concepto más general, la paz refiere a una situación en la que ya no hay guerra ni luchas entre dos o más partes enfrentadas, después del establecimiento de un acuerdo entre las partes beligerantes.

Hablar de paz y/o guerra implica dar por entendido la existencia de grupos enfrentados que luchan por la obtención del poder político; por un lado el Estado y por otro la subversión, la guerrilla, pues. Sin embargo, no obstante la presencia de agrupaciones guerrilleras en nuestro país, éstos no se encuentran levantados en armas.

Asimismo, Rosa Icela Rodríguez dijo que para lograr sus objetivos establecerá un enfoque distinto, pero al mismo tiempo precisó que su trabajo se basará en las directrices del Presidente Andrés Manuel López Obrador, sustentadas en los programas de bienestar social para atender las causas profundas que, según él, generan la delincuencia. Entonces, ¿cuál es el enfoque diferente?

Lo que la titular de la SSPC debe aceptar es la realidad que existe en nuestro país: un gravísimo estado de violencia generada por la impunidad con la que operan los diferentes cárteles, los cuales luchan por el control de territorios y cuyos enfrentamientos han generado una espiral de violencia en la última década al grado de romper el récord de muertes en el año 2019 con 34 mil 582 homicidios dolosos.

Esta situación obliga a plantear verdaderas alternativas de solución a través del combate a las bandas criminales, enfrentándolas y aplicando la ley con el uso legítimo  de la fuerza y el debido respeto a los Derechos Humanos. No se  trata nada más de complacer con discursos las sugerencias del Presidente, también poco claras, confusas o sin sustento.

Al escuchar a la nueva secretaria de Seguridad quedó claro que la “estrategia” de seguridad seguirá sustentándose en los programas de bienestar del gobierno, sin un plan de acción integral y coordinado de combate al crimen organizado. Pero, me pregunto, ¿qué hace una secretaria de Seguridad hablando de programas sociales? Para eso están otras dependencias.

Por lo visto no hay intención de cambiar nada, ni siquiera el discurso, ya que éste último incluyó el mismo tono y contenido utilizado en su momento por su antecesor, el hoy  candidato por Morena a la gubernatura de Sonora, donde la retórica y la falta de conocimiento claro en el tema de seguridad se perciben por el confuso manejo de los conceptos.

Eso ha hecho que a dos años de esta nueva administración la violencia  delincuencial se haya agudizado debido al empoderamiento de los cárteles criminales en varios estados del país.  Pareciera entonces que el temor por llamar a las cosas por su nombre tiene como objetivo crear confusión con pronunciamientos sin sentido.

En suma, lo que Rosa Icela hizo fue repetir las palabras y frases que el propio Presidente de la República ha dicho en repetidas ocasiones sin darse cuenta de las contradicciones que las mismas encierran y que al final no dicen nada, objetivo central del discurso retórico.

Foto de portada tomada de Internet.

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