Tentaciones, forma y fondo

Por Gerardo René Herrera Huizar, especialista en seguridad nacional.

Bien se sabe que en política la forma es fondo y ni la más inocente y cándida de las conciencias puede asumir como válidos los argumentos vertidos en torno de la, más que polémica, escandalosa iniciativa aprobada en días pasados en el Senado de la república que pretende extender el mandato del presidente de la corte suprema de justicia por dos años más.

El asunto no es menor, tiene una gran trascendencia para la vida institucional de la nación pues rompe con esquemas, jerarquías y procedimientos establecidos desde el más alto nivel normativo, la mismísima carta magna y abre la puerta a todo tipo de argucias similares en el futuro.

Tampoco puede considerarse como un tema aislado y, más allá de que se haya buscado, como suele hacerse, el modo de darle vuelta a la norma, de que aún la propuesta deba seguir un sinuoso camino para su aprobación en otras instancias legislativas y de que el beneficiario final de la iniciativa, a la postre y simultáneamente sea quien tiene el mandato de velar por la constitucionalidad la rechace, el asunto evidencia una muy clara intencionalidad política y emite advertencias sobre lo que se puede esperar en la segunda mitad del sexenio de la regeneración republicana.

La manera como la propuesta fue subida a la palestra, su ubicación secundaria en el texto y los pormenores de su presentación presurosa en la sesión respectiva, excusas de legisladores variopintos aparte, son señales elocuentes e inequívocas de la pretensión de sus promotores y reales autores de consolidar sus espacios de influencia determinante en los tres pilares fundamentales de la vida de la república, sin frenos ni contrapesos.

No puede obviarse, desde luego, la circunstancia en la que está inmerso el país, una coyuntura que resulta vital para los diversos actores, dados los intereses particulares y colectivos que están en juego con la próxima elección, de la que dependerá la vida pública de México en los lustros por venir.

Ello explica, en parte, el ambiente de abierta confrontación institucional, el desaseo y la virulencia manifiesta de sendos actores que reclaman, como derecho humano, su aparición en la boleta respectiva, recurriendo a métodos que creíamos rebasados en un ambiente racionalmente democrático.

El panorama se ofrece nebuloso, confuso, incierto y preocupante. En los prolegómenos de la contienda, se suman ya, desde las más altas tribunas, los personajes que habrán de constituirse en factotum llegado el momento decisivo y definirán el derrotero a seguir por el país con, sin o a pesar de la ley.

Vistos en su conjunto, los acontecimientos que presenciamos, inéditos algunos, vernáculos otros, pandemia y registros telefónicos de por medio, mueven a la sospecha de su preconcepción estructurada y nos conducen, por más inocencia de que se pretenda hacer gala, a pensar en escenarios peligrosos, en donde la pasión y las malas tentaciones serán las motivaciones prominentes.

Publicado en El Rincón del Chamán con autorización del autor.

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