Y después de las elecciones… ¿qué?

Por Jesús Sánchez, periodista independiente // @Chucho_Sanchez

Pues no se ustedes, pero conforme se acerca el icónico día 6/6, el de las elecciones más grandes de los últimos tiempos, lo que menos queremos es que la polarización política nos atrape en una espiral de desconfianza y desencanto.

Sin rollo, los ciudadanos son los que hacen posible las elecciones y por ello, que desde la cúpula del poder griten que habrá fraude, es faltarle el respeto a los mexicanos que estarán en las casillas, contarán los votos y legitimarán la elección.

Que las autoridades electorales hagan su trabajo, para eso están.  

Esperamos que exista madurez política entre los competidores y partidos para que se reconozcan los triunfos y se asuman las derrotas.

Será desastroso, que desde el poder Ejecutivo persista la guerra contra el libre derecho a decidir y contra aquellos que ganen en las urnas.  

Se espera que alrededor de 48 millones de mexicanos acudiremos a votar este 6 de junio, poco más del 50 por ciento de la lista nominal validada por el INE. Eso se llama voluntad ciudadana y hay que respetarlo.

Por eso el 7/6, un día después, esperamos estar celebrando los resultados de una fiesta democrática y no lamentarnos de ser empujados a la oscuridad, al retroceso.

Así vamos

El país aún no se recupera de la peor crisis sanitaria y económica de los últimos cien años, aunque comienzan a verse tímidas señales de que lo peor está quedando atrás.

Y qué cree, aún persiste el déficit de al menos 2 millones de empleos, de acuerdo con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Y si eso es grave, preocupa que no se haga nada por resolver la situación de 30 millones de mexicanos sumidos en la informalidad, sin seguridad social y bajos ingresos, de acuerdo a datos de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.

La industria no se ha recuperado como quisiéramos. No hay de otra, para invertir se necesita confianza y es lo que falta.

En la más reciente encuesta del Banco de México, el 58 por ciento de las respuestas muestra a un sector privado aún con ánimo sombrío, pues considera que todavía es mal momento para invertir; en la encuesta previa la respuesta era del 66 por ciento.

La Inversión Extranjera Directa sigue deprimida y pese a que se estima llegará a 29.9 mil millones de dólares para 2021, sigue por debajo de los niveles de 2019. Un problema serán los juicios por incumplimiento del T-MEC derivados de las contrarreformas eléctrica y energética.

Los indicadores se mueven lentamente en un sentido positivo pero el efecto rebote por ahora se lo debemos a la dinámica económica del país vecino, Estados Unidos. En México desafortunadamente la línea es que cada quién se rasque con sus propias uñas.

Y lo peor. Las expectativas de que México pierda el grado de inversión se mantienen ante el riesgo de que aumenten las deudas de PEMEX y la CFE.

Otro de los focos de alarma es la inflación, que en abril aumentó al 6.08 por ciento (dato del Inegi), el mayor nivel observado desde 2017. Y eso ya se resiente en la mesa y los bolsillos de los mexicanos. Alguien prometió que no aumentaría el precio de las gasolinas, ¿qué no?

La pobreza sigue aumentando. En dos años y pese a los programas sociales, el número de personas en condiciones de pobreza aumentó en poco más de 9 millones, según Coneval.

Los proyectos de infraestructura estrella de este sexenio no van al ritmo esperado y van a resultar más caros.  

Y lo más delicado. La inmunización de la población frente a la pandemia, vía la vacunación, va muy lenta y los números de casos de personas infectadas y que fallecieron están muy por encima de las cifras oficiales que hoy se conocen.

Columnómetro de Aquiles Baeza

1.- ¿Pero qué necesidad?, diría Juanga.

 Historiadores, arqueólogos y estudiosos siguen sin dar crédito a la ocurrencia de cambiarle el nombre a la calle de Puente de Alvarado por la de Avenida México-Tenochtitlán, como si eso cambiara la historia.

2.- Otra ocurrencia fue la intentona de pretender ajustar las fechas de la fundación de Tenochtitlán, que la mayoría de las fuentes ubican en el año mil 325 y no en mil 321 como querían en la oficina de la señora Sheinbaum. El colmo fue pretender asociar el mito de la fundación del centro del mundo azteca con el lado femenino de la luna, propaganda barata.

3.- El Inai nos enorgullece.

La decisión unánime de otorgarle al Inai (México) la presidencia de la Red de Transparencia y Acceso a la Información (RTA) 2021-2024, refleja un reconocimiento de los 17 países iberoamericanos que la integran, al avance de la cultura de la rendición de cuentas.

4.- Toc toc. ¿Ya renunció la directora del Metro?

5.- Aguas con los estafadores de comunidades indígenas fantasma.
Al timo de las candidaturas fraudulentas de quienes se hacen pasar por indígenas, sume usted la alerta contra quienes piden dinero para supuestos proyectos productivos.

La gobernadora Nacional Indígena de México (GNIM), Candelaria Lázaro Lázaro, denunció a Hipólito Arriaga Poté, un oscuro personaje que se ostenta como representante de una asociación llamada “Gubernatura Nacional Indígena”, y que ha solicitado dinero para proyectos productivos inexistentes.

De unas 80 empresas contactadas por Arriaga, alrededor de 28 habrían otorgado dinero para proyectos fantasma. Mientras actúan las autoridades, cuidado.

6.- Esta semana en La última y nos vamos, publicada en Newsletter de LinkedIn, Genaro Mejía nos regala una historia excepcional, El niño que quería ser detective y se convirtió en editor en jefe de Pleyboy. La van a disfrutar.

Imagen de portada: El Rincón del Chamán.

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