Gabinetitis habemus
| El consejo de arqueólogos políticos del Chamanic Center trazó una cuadrícula prospectiva sobre las características del equipo que acompañará el complicado gobierno que se espera de Felipe Calderón.
A los jefes del PAN no les interesa mucho tener posiciones en el gabinete de Calderón, sólo conservar y ampliar su control en las cámaras del Legislativo -donde ya operan Santiago Creel y Héctor Larios- y hacer más grande su ronchita con los siguientes procesos electorales estatales.
Calderón dijo la noche del martes al apreciado teacher Joaquín López Dóriga, que dará a conocer su gabinete en las primeras horas del 1 de diciembre, antes incluso de la ceremonia en la que rendirá protesta como presidente de la República.
También, que no recurrirá a los head hunters, como lo hizo Vicente Fox, para no repetir la amarga experiencia de que del gabinetazo sólo quedó un chisguete, pues de los 19 secretarios de Estado que nombró Fox al arranque de su administración, sólo le quedaron seis soldados del «cambio» al final de la gestión. El esquema de los cazadores de talentos sólo puede entenderse como el fracaso de los cazadores de recomendados.
Los apuntados
Y aunque falta mucho para que se definan posiciones en el gabinete del michoacano, en la casa de transición, la única posición que se comenta deberá mantenerse para que ayude a mantener la -difícil- interlocución política, es la de Carlos María Abascal Carranza en la Secretaría de Gobernación.
En el cuarto de guerra calderonista, transformado hoy en cuarto de paz, se discute a fondo la expectativa de un perfil plural del gabinete, el cual tendrá como función distender el clima de confrontación entre las corrientes políticas del país.
Por eso se insiste en que Abascal permanezca al menos los dos primeros años del sexenio calderonista, para atemperar pasiones.
No se descarta que se invite al gabinete a personalidades de los más diferentes signos y colores partidistas. Una de las propuestas sobre la mesa es la de la gobernadora de Zacatecas, Amalia García.
Y agárrese. De Luis Téllez, a quien se le ha visto muy atento en la casa calderonista, algunos dicen que sería difícil que aceptara incorporarse como funcionario porque ganaría menos que en los negocios privados que tiene. Pero también andan por ahí revoloteando Carlos Ruiz Sacristán, Genaro Borrego, exdirigente nacional del PRI y expriista (qué cosas).
Nadie descarta que algunos miembros del grupo conocido como Tucom (Todos Unidos contra Madrazo) también se incorporen a la próxima administración, como el coahuilense Enrique Martínez y Martínez y el hidalguense Manuel Ángel Núñez Soto.
En perspectiva están además políticos y administradores profesionales como el exgobernador oaxaqueño y exsecretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, y el exdirector del ISSSTE, Benjamín González Roaro.
En la otra esquina está apuntado el gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, quien destapó a Calderón cuando lo veían como patito feo y ahora se menciona que a lo mejor llega a la Sedesol. También está Rodolfo (el Negro) Elizondo, quien apoyó al michoacano en los primeros tiempos.
A Josefina Vázquez Mota, fiel colaboradora de Calderón, la misma que aguantó las presiones de fuera pero sobre todos las de dentro del PAN, se le ve en la cancillería.
El misterio
Lo que aún no se alcanza a ver es el papel que desempeñará Juan Camilo Mouriño, aunque será clave en el primer círculo, mientras que César Nava podría hacerse cargo de Políticas Públicas, el área que tenía a su cargo Eduardo Sojo. Tampoco se sabe qué harán Germán Martínez Cázares ni Juan Molinar Horcasitas o el exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez, por cierto fue el primero en renunciarle a Fox.
Los aspirantes a repetir son Fernando Canales, Ernesto Derbez, Florencio Salazar y Reyes Tamez. A los que no se les ve en ningún lado es a Francisco Barrio y a Carlos Medina Plascencia.
Jesús Sánchez / Recuento Político (EL FINANCIERO)