La guerra de castas

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 Y de Juan Camilo Mouriño, sólo el silencio.

Manuel Espino sabía exactamente hasta dónde llegaría cuando hizo público el llamado de atención al jefe de la oficina de la Presidencia de la República, al pedirle que no le enviara «operadores políticos» sin el debido conocimiento de los dirigentes panistas, pues explicó que en Yucatán ello sólo despertó suspicacias gratuitas que afectaron el trabajo partidista.

Las dos preocupaciones de Espino en este estridente episodio son: que el gobierno no les ayude -¿a perder?-, pero sobre todo evitar que crezca la tentación de controlar al partido desde el gobierno, por medio del Consejo Nacional, cuya renovación habrá de ocurrir en los primeros días de junio.

El caso es que el reconocimiento de que Mouriño envió operadores políticos a una entidad donde se desarrollaba un proceso electoral sólo quiere decir una cosa, que la Presidencia de la República metió las manos y eso, lejos de ayudarlos, los perjudicó.

Aunque Espino quiere pensar que no fue deliberado y por eso dijo que no hay que hacer cosas buenas que parezcan malas. ¿O no?

Focos azules

Debe reconocerse que Manuel Espino tuvo los pantalones para decirlo. Y los puso de cabeza.

La noche del martes el equipo calderonista sostuvo una reunión de emergencia -casi de seguridad nacional- en la que evaluó las declaraciones de Espino y decidió que fuera la Secretaría de Gobernación la que hiciera de vocero y tomara distancia.

Ayer trascendió que Espino fue llamado al despacho de Francisco Ramírez Acuña y todavía no se sabe el tono de la conversación, pero seguramente no fue del todo tersa, pues se sabe que el duranguense y el jalisciense son como el agua y el aceite. No se llevan, pues.

Los desencuentros de Espino con gente del gabinete calderonista no son nuevos. Con Francisco Ramírez Acuña la relación nunca ha sido buena. Alguna vez el jalisciense le reclamó airadamente a Espino, cuando era gobernador y Calderón candidato.

Otro episodio ríspido ocurrió hace un par de meses cuando Espino acusó a la Secretaría de Gobernación de intervenir en los procesos de elección de candidatos a consejeros del propio PAN; le exigieron pruebas y cuando las presentó, se quedaron callados.

«Hay pruebas -dijo entonces a Calderón- y los nombres de los funcionarios involucrados no cabrían en tres cuartillas a renglón seguido y sin espacios.»

Hubo una tregua, pero Presidencia le pidió al PAN negar que hubo mano negra de la Segob. Espino no concedió.

¿Y la sinergia?

Del nuevo choque entre Espino y los más cercanos colaboradores de Calderón, lo único seguro es que el duranguense no renunciará al liderazgo que termina en marzo de 2008 y aunque tiene posibilidad de reelegirse, eso no ocurrirá.

Lo más que podría suceder después de la renovación del Consejo Nacional, es que de ganar los calderonistas, empujarían a Espino a pasar de líder incómodo a dirigente de ornato.

Las críticas a Mouriño habían surgido de los partidos de oposición, porque no se justificaba un encargo como el que le confirió Calderón cuando la Sedesol era la instancia obligada a apegarse a la ley. Aunque hay que recordar que Beatriz Zavala fue encargada de la campaña de Xavier Abreu cuando éste compitió por la alcaldía de Mérida.

De las críticas opositoras a Mouriño destaca la del senador priista Manlio Fabio Beltrones, quien lamentó entonces la designación del jefe de la oficina de la Presidencia de la República como responsable de la vigilancia de los programas sociales del gobierno federal, lo cual consideró como muestra de «cinismo» y una sombra más de desconfianza.

Quien hoy está de fiesta es Jorge Hank Rhon. ¿Por qué será?

** Lavaderus est

** Columnómetro del licenciado Aquiles Baeza.

a) Por cierto que en la sede nacional del PAN reapareció la enorme foto de Felipe Calderón que habían retirado para no seguir el ejemplo del PRI en sus mejores tiempos.

b) Manlio Fabio Beltrones reconoció que el presidente Felipe Calderón cumplió su palabra de no intervenir en el proceso electoral y dejar que fueran los ciudadanos yucatecos quienes decidieran quién los gobierne en el próximo periodo.

c) Y eso que el publicista Antonio Sola, quien trabajó para la campaña calderonista y dicen que fue el encargado de «la estrategia de miedo», participó también en la campaña de Xavier Abreu.

 ** Tarjetazos de la politóloga Melita Peláez.

-En el PAN hay dos grupos, los «ojos de pancha» y los «bolillos duros».

Jesús Sánchez Martínez /Recuento Político (EL FINANCIERO)

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