PAN, grupo de contención

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Está visto que uno de los puntos flacos de la administración calderonista es la interlocución política.

Los integrantes del gabinete y los iluminados del primer círculo hacen su propio juego y a la hora de asumir algún costo, les sale lo foxista ¿y yo por qué?

Las expectativas de que la reforma fiscal sería aprobada durante el receso legislativo, se convierten en el botón de muestra de lo que pudo haber sido y no fue.

A estas alturas de la función, el presidente Felipe Calderón seguramente ya se dio cuenta de que no tiene amarrado todo, como se lo habían prometido.

Agustín Carstens le echó todos los kilos, literalmente, a la negociación, pero algo faltó.

A modo de justificación, que nunca falta, en Los Pinos aseguran que los priistas se replegaron porque sintieron que estaban dándole demasiado a Calderón. Cierto o no, los priistas marcaron otra vez la agenda y los tiempos.

El problema es que los panistas no dieron el ancho en la negociación de la reforma fiscal y se fueron por el lado más seguro, otra vez como grupo de contención en la Cámara de Diputados, para que Calderón pueda acercarse a San Lázaro a cumplir con la encomienda de «entregas y te vas».

A eso se reducirán las bancadas de senadores y diputados del PAN, a formar la valla. Para la foto.

No hay mucho para dónde hacerse, el PRD no cambiará de actitud. Los gobernadores perredistas que sí se han acercado a Calderón nada harán, porque nada pueden hacer para cambiar la relación de su partido con el Ejecutivo.

Ya se sabe que sus tribus están comprometidas con la necedad de Andrés Manuel López Obrador. Y aunque hay militantes del partido del sol azteca menos cerrados y que estarían dispuestos a ir al debate, los perredistas saben que el costo político de un reconocimiento a Calderón sería el desastre.

La política es un espectáculo. Luego por qué se cansa la gente y prefiere no salir a votar.

Tacto foxista

Calderón sigue pagando el resultado de la sensibilidad de elefante que mostró Vicente Fox en su inútil relación con el Congreso.

Calderón haría mal en buscar otra confrontación. Tiene la oportunidad dorada para acabar con la parafernalia del «día del presidente». Aunque, por lo que se ve, a Calderón le cuesta mucho dejar esa condición de todopoderoso.

Podría anunciar simplemente que acudirá al Congreso a entregar su informe por escrito y luego convocar a una nueva relación entre poderes, donde el Ejecutivo tiene que poner el ejemplo de madurez.

La otra opción es que a codazo limpio Calderón instruya a todas las instituciones bajo su mando para que hagan todo para llegar hasta la emblemática tribuna del salón de plenos de San Lázaro. Ser el centro del escándalo, del espectáculo. Mostrar sudorosos a los panistas, cumpliendo con la patria, gritándole a los perredistas. Mientras el PRI cubre su parte en el terreno neutral.

El Primer Informe de Gobierno, es el balance de los primeros diez meses de Calderón al frente del gobierno.

Estaría dispuesto a reconocer que el programa del primer empleo chafeó. De la guerra contra el narco, qué tanto podrá decir. Son muchos los pendientes.

> Lavaderus est

** Columnómetro del licenciado Aquiles Baeza.

1) Créalo o no, pero entre los panistas se espera la barredora contra aquellos que decidieron hacer realidad el partido franquicia de la ultraderecha y lanzarse por las prerrogativas. La respuesta será a nivel de administración pública, o sea que van a quitarles la chamba. Ojalá y no dediquen al Cisen esa labor de indagar quién es quién entre los miembros de la ultraderecha porque pueden darse de pisotones.

2) Versión recargada del Parque Jurásico.

Hace unos días, el Club Primera Plana ofreció una reunión para entregar merecidos reconocimientos a periodistas que llevan muchas, pero muchas horas de vuelo y que confirman que la vida del periodista no es fácil.

Valió la pena el esfuerzo de Rosaura Cruz de Gante para reunir bajo un mismo techo a plumas más valiosas que las del quetzal, agudos maestros de la tecla y el micrófono que a lo largo de muchas décadas han reseñado la historia de México.

Por fortuna no hubo necesidad de llevar ambulancia ni oxígeno, pues no se registraron bajas y al final todos fueron festejados. Por ahí se dejaron ver Oliverio Duque -como cosa tuya-, Alfredo Nolasco, Amado Treviño, Alejandro Álvarez Manilla, Alberto Carbot y Roberto Contreras, ninguno de ellos requiere de formol para conservarse.

En realidad todos los reconocimientos tuvieron el sello del INAH, para evitar piratería. Hubo apapachos para Gonzalo Álvarez del Villar, Ubaldo Díaz, Nidia Marín, Javier Martín, Miguel López Azuara, Gustavo Méndez Tapia, Héctor Murillo, Manuel Magaña y Alfredo Gracia, y a María del Consuelo Aguilar Escalante.

Los arqueólogos de la comunicación se dieron vuelo examinando de cerca a los periodistas de la talla de Norberto López Zúñiga, del columnista Francisco Rodríguez. No faltaron los Jordá, Alejandro; así como Eduardo Andrade Sánchez, Bertha Becerra Castañón, el famoso Pedro Flores Linares.

Se quedaron esperando a Fernando Ramírez de Aguilar, pero sí vieron por ahí a Rosa María Colín Villavicencio.

A los que no se les nota el paso del tiempo es a Carmen Lira Saade, Guillermo Ochoa y Álvaro Cepeda Neri.

Hubo dos reconocimientos por trayectoria profesional, Roberto Calleja y David López, así como al caricaturista Rafael Freyre. También a Hero Rodríguez, Miguel Tirado y Pedro Sol. Ya se supo que pronto a algunos colegas van a declararlos monumentos nacionales. Felicidades.

3) El Colegio de México, presidido por Javier Garciadiego, entregará hoy un reconocimiento al rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, por su desempeño al frente de la máxima casa de estudios, así como también al doctor Pablo Latapí, por considerarlo el más eminente estudioso de la educación en el país.

** Tarjetazos de la politóloga Melita Peláez.

– El gobernador de Hidalgo, Miguel Osorio Chong, fue el primero en sorprenderse cuando Luis Téllez anunció que se construiría un aeropuerto de carga en Tizayuca.

El caso es que nadie sabe cuándo comenzará a construirse, tampoco que haya instrucciones formales para que eso ocurra, ni quién aportará la inversión.

Jesús Sánchez Martínez / Recuento Político (EL FINANCIERO)

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