¿Las manos limpias?

manoslimpias1.jpg   En su campaña presidencial, Felipe Calderón usó como elemento de identidad el compromiso de hacer un gobierno de manos limpias.

Por eso llama la atención que en la página de internet Compranet, donde se registran las operaciones de compra del gobierno federal, se mantengan puntos oscuros y hasta hoyos negros por donde se escurren los recursos públicos.

El caso es que sea poco o mucho lo que se pierde en esa gran masa que se llama burocracia, constituye una falta no sólo administrativa sino que se convierte en una manera de «jinetear», literalmente, los recursos públicos para beneficio de alguien que no es precisamente la sociedad.

En un país tan necesitado de recursos para enfrentar los rezagos sociales, en una nación donde la pobreza es un mal que golpea a más de la mitad de su población, en una nación que requiere que el dicho «hay que cumplirle a los mexicanos» debe ser un compromiso y no solamente parte del hueco discurso del político en turno.

La investigación realizada y publicada por EL FINANCIERO -bajo la firma de Antonio Gurrea- muestra operaciones irregulares que si bien pudieran tratarse de errores, alimenta la sospecha de que se sirve con la máxima de «¿qué tanto es tantito?».

Ojos cerrados

Ninguna dependencia pública, y menos la Secretaría de Gobernación, puede hacerse de la vista gorda ante una situación como la que se conoció en Compranet.

Porque la transición política ha costado mucho en términos de credibilidad como para que la administración pública pierda respeto por operaciones que pudieran llegar al extremo de corrupción.

Apenas el presidente Calderón advirtió ante miembros del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) que la sociedad exige nuevos mecanismos para la rendición de cuentas.

Tiene razón, pero la pregunta es si su equipo está en la misma sintonía o mareados por el poder están impulsando una suerte de «gatopanismo», es decir, el cambio de colores en la presidencia de la República, para que todo siga igual. ¿O no?

Bufalada de AMLO

La renovación de la dirigencia nacional del PRD ha comenzado como en los viejos tiempos, expuesta no sólo al jaloneo de los grupos, las hordas, las tribus, sino al estilo clásico de la bufalada tricolor, pero invocada por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

El tabasqueño quiere que el PRD lleve impreso su apellido con fuego. Con la gestión del expriista Leonel Cota, López Obrador estuvo a sus anchas, aunque, en el balance, ésta quizá haya sido la peor gestión en la historia del partido del sol azteca por el retroceso electoral que experimentó en el último año y medio.

Es una realidad que el PRD tiene un ámbito de influencia muy claro con el grupo de «los Chuchos». Y eso se refleja en la estructura nacional y su representación en el liderazgo en el Congreso de la Unión y en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Y entre los perredistas, Jesús Ortega Martínez tiene una ascendencia mayor que su contrincante Alejandro Encinas.

El espaldarazo que le dio López Obrador a Alejandro Encinas no habría pasado de ser una expresión de un militante en un proceso interno, si el tabasqueño no hubiese utilizado la carga de su movimiento pero en contra de los propios perredistas que no lo idolatran. Al final de la historia, sabremos qué tanto dejan los perredistas del PRD. Ellos solos están acabándoselo.

> Lavaderus est

** Columnómetro del licenciado Aquiles Baeza.

1) Luego de visitar la pista de hielo en el Zócalo capitalino, puede decirse que uno se siente como si estuviera frente al Rockefeller Center, aunque la pista allá es más pequeña. Cuando uno viaja en Metro -con las megabocinas de los vagoneros en la oreja del paciente usuario-, uno se siente como en Nueva York, pero en el Bronx.

Y cuando viaja uno en taxi, uno no puede decir que se siente como en Zurich. Los piratas son un poder paralelo y si no, cómo se explica que 30 mil de esos transgresores van a regularizarse, placas gratis. ¿Falta mucho para llegar al Primer Mundo?

2) Sedesol en la mira. Manlio Fabio Beltrones adelantó que los priistas centrarán la atención de su agenda legislativa para el próximo periodo en la revisión del modelo de combate a la pobreza que hoy se centra en el Programa Oportunidades de la Secretaría de Desarrollo Social, debido a que éste es altamente asistencialista y electorero y no resuelve los problemas de 50 millones de pobres. O sea, desaparecer la Sedesol y crear un organismo que responda a los nuevos retos.

** Tarjetazos de la politóloga Melita Peláez.

– Que 2008 sea mejor que éste. Parabienes, salud y armonía.

Jesús Sánchez Martínez (EL FINANCIERO/ Recuento Político)

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