¿Adiós a la impunidad?

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La duda siempre estará ahí. Porque en épocas electorales los políticos harán todo, hasta bailar sobre el fuego, para conseguir votos.
Por eso, la convocatoria ciudadana para la marcha del próximo sábado es otra llamada de atención -otra más- a las autoridades de los diferentes niveles del gobierno para que asuman la parte que les toca en blindar a los mexicanos contra la inseguridad.
Se trata de una tarea que no han hecho adecuadamente las autoridades federales y capitalinas. A todos les toca.
No se trata de herir susceptibilidades políticas que brincan al menor roce de la crítica, sino reconocer una realidad, la de que los ciudadanos son víctimas de la violencia criminal, realidad que empeora cuando los agresores son o fueron personas ligadas a las policías. Eso es lo que más indigna.
A partir del asesinato del joven Fernando Martí, las autoridades se apresuraron a señalar al de enfrente para no cargar con la culpa.
En los últimos años las estrategias en contra del crimen organizado han agotado recursos económicos, se han creado grupos burocráticos, se han asignado tareas a quien no les corresponde, y el resultado: ni una medalla ya no digamos de bronce, ni de corcholata.
En la guerra contra el crimen organizado, que ha cobrado un número importante de ejecutados, entre ellos muchos policías y soldados, y no se sabe cuántos inocentes, se sabe que hay problemas serios de coordinación; por ejemplo, entre la Procuraduría General de la República y la Secretaría de Seguridad Pública. Porque la primera no tiene ascendencia sobre los cuadros policiacos de la segunda. No tiene lógica, pero así es.
En materia de inteligencia, todos tienen sus propios equipos, y desconfían de ellos mismos. La propuesta de crear un gran banco de datos con los antecedentes de todos los policías y expolicías del país no es nada nuevo, pues a finales del sexenio de Ernesto Zedillo ya se trabajaba en un megaproyecto de esa naturaleza, a cargo del entonces secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco.
Algo pasó porque la coordinación es lo que menos existe. La Defensa tiene su propio aparato de inteligencia, que nada tiene que ver con el Cisen, y así en la gran cadena burocrática. Con todo respeto (a los chinos claro), parecen policías chinos.

Osos azules
En el arranque de la cruzada anticrimen, los principales estados eran y son los que son gobernados por partidos distintos al oficialista PAN. Michoacán, Guerrero, Sinaloa, Tamaulipas, etcétera. Y con esa misma marca partidista, Chihuahua tiene el nada honroso primer lugar en episodios sangrientos.
Lo más grave de todo es que ante las críticas de Manlio Fabio Beltrones, el líder panista Germán Martínez Cázares defendió a mordidas al presidente Felipe Calderón y dijo que no había que olvidar que con los gobiernos priistas el crimen ha encontrado su mejor cubierta.
Y luego saltó a la arena Manuel Espino para atacar a su político favorito, Beltrones.
El propio Espino había arremetido hace unas semanas contra el gobierno de Calderón cuando dijo que no veía claro quién iba ganando la guerra contra el narcotráfico y le parecía que no era precisamente el gobierno el que pudiera llevar la mano en esto. ¿Tons?

Impunidades
En el caso del Distrito Federal, el episodio Martí fue la gota que derramó el vaso, pues no se enfriaba el bochornoso tema del News Divine, donde se demostró que los errores de mandos policiacos, agentes del Ministerio Público, policías judiciales y hasta auxiliares, se escudaron en la impunidad para realizar un operativo que terminó con la vida de varios jóvenes.
Y sí, le costó el cargo al procurador y al secretario de Seguridad Pública capitalinos. Pero el colmo fue cuando se supo del caso Martí.
A Marcelo Ebrard no le quedó otra más que dejar un rato su discurso de no ver ni de reojo a Calderón -la pesadilla de AMLO- para asumir sus responsabilidades contra la inseguridad.
Alejandro Martí, padre de Fernando, encabezará la marcha que organiza México Unido contra la Delincuencia y que partirá del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino. Es una marcha que no debe tener colores partidistas. Más vale dejar de lado actitudes miserables.
Esperemos que la cumbre de hoy de Palacio Nacional no sirva de catarsis, los discursos y las fotos. Y también que la marcha del sábado contra la impunidad no quede en el olvido.

> Lavaderus est**

Columnómetro del licenciado Aquiles Baeza
1) Raras, extrañas, sospechosistas, son las encuestas que reposicionan a McCaine por sobre Barack Obama en las preferencias electorales de los estadounidenses. En menos de una semana nada más porque sí le dan cinco puntos al republicano. ¿Y qué tal si es obra de la mano pachona?

2) Buena decisión la del delegado de Coyoacán, Heberto Castillo, de nombrar como su director de comunicación social a Alejandro Zúñiga Olmos, profesional de primer nivel.

3) El presidente Calderón entregó viviendas a los tabasqueños, de 38 metros cada una. ¿Casas?

4) La maestra Elba Esther admite que las escuelas normales no educan con calidad y que no tiene caso preparar a la gente para el desempleo. Éste es sólo un aspecto de la verdadera crisis del sistema educativo. Lo malo es que como pin pon, todos se lavan las manitas con agua y con jabón.

5) Leonel Godoy no pide que se cuelguen de la medalla que ganó el joven michoacano, sino que se descuelguen.

** Tarjetazos de la politóloga Melita Peláez.

-Dos medallas para México, las más caras de su historia. ¿Qué dirán los de la Conade?

Jesús Sánchez Martínez (Recuento Político / EL FINANCIERO)

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