Un juez se convierte en «mandadero» si no defiende su independencia: Luis María Aguilar
|Titular de la Corte revienta la burbuja en la que gravitan muchos jueces.
Nadie puede ni debe influir en las decisiones de los jueces, sentenció el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar al tocar uno de los puntos más sensibles de la percepción ciudadana sobre la independencia de los juzgadores, que ha trastocado la confianza en los impartidores de justicia en nuestro país.
La advertencia fue muy directa.
«Cada quien tiene su forma de percibir e interpretar la situación del país; sin embargo, los jueces solo debemos atenernos a lo que la norma suprema, que nos exige y nos impone ciertas condiciones, más allá incluso de nuestras propias convicciones. Porque lo he dicho y lo reitero convencido, si un juez de cualquier nivel o competencia no es independiente es sólo un mandadero, un escribano de alguien, pero de ninguna manera es un juez.»
Este pronunciamiento puso en la mesa -una vez más- uno de los temas más espinosos de la procuración de justicia en México, frente a los cuestionamientos sobre la actuación de los jueces y su vinculación con actos de corrupción y al servicio del crimen -organizado, desorganizado, de cuello blanco o sin corbata-, elementos que no han logrado erradicarse de la percepción ciudadana.
El titular de la Corte, presentó su primer informe de labores y tocó la fibra más sensible de la institución y su actuación ante la sociedad.
«Entiéndase bien, esta Suprema Corte de Justicia, los juzgadores federales, no tienen mayor inspiración que el bienestar de los ciudadanos, quienes deben tener claro que nosotros, sus jueces, siempre estaremos del lado de la legalidad, nunca de aquellos que por el mero hecho de asumirse en algún grado de poder creen tener la razón.»
Más que un discurso protocolario:
La calidad de la democracia se mide por el grado de independencia de sus jueces. Sólo puede haber justicia cuando existe pleno acceso a ella: sin simulaciones, sin barreras.
En otras circunstancias el titular de la Corte no tenía por qué llamar a confiar en los jueces, pero la realidad es inevitable.
«Y desde esta tribuna, expreso a los ciudadanos que pueden confiar en sus jueces constitucionales, porque no actúan para congraciarse con nadie, sino para hacer cumplir la Constitución pese a que algunas veces disguste a unos o desagrade a otros.»
El ministro rompió la burbuja en la que se protegen muchos jueces:
«La justicia no es un accesorio de la convivencia; no es una labor burocrática; la impartición de justicia es un elemento fundamental de la convivencia social y del Estado democrático de Derecho. Porque la justicia es el mejor antídoto contra la violencia, porque es la que se guía por la norma, porque es la que se guía por la prudencia, porque es la que se guía por el estudio y la serenidad. Nadie puede sentirse un juzgador satisfecho si no está satisfecho ante sí mismo, si su conciencia no le permite saber que está cumpliendo con su deber y que está haciendo lo que el pueblo de México espera de él.»
Antes, en el balance sobre el desempeño de la Corte en los temas jurisdiccionales, administrativos, de la transparencia y acceso a la información, la implementación de la reforma penal, la equidad de género y los derechos humanos, el ministro Aguilar planteó que es labor sustancial del Poder Judicial de la Federación consolidar las políticas necesarias para que todos los ciudadanos disfruten del pleno goce del derecho a una justicia efectiva, expedita, completa e imparcial por parte de todos los juzgadores, que se caractericen por la excelencia, la objetividad, la imparcialidad, el profesionalismo y la independencia, libres de toda influencia corruptora.
La síntesis del compromiso de los juzgadores: «Eficacia, excelencia, honorabilidad, integridad, justicia oportuna y gratuita, independencia, esas son nuestras metas, es nuestra cita con la historia; ese es nuestro compromiso sustancial e indeclinable con toda la sociedad.»
La politóloga Melita Peláez hizo votos porque los jueces aludidos atiendan este llamado y corrijan.