Insólito, en 18 años las Afores se han mantenido al margen de escándalos financieros, malos manejos y fraudes

Antonio Sandoval, especialista financiero (tercera y última parte)

Toda una batería de cifras señalan que las Afores lucen sólidas a la mitad de la fase de desacumulación; por ejemplo, sus ingresos son consistentes y crecientes, también de acuerdo al momento en el que se ubica el sistema.

En materia de afiliaciones, las cuentas administradas han evolucionado año con año, a pesar de que hace tiempo terminó el periodo de la afiliación masiva.

Si revisamos la trayectoria de sus servicios, observamos que quizás un poco por el factor de la regulación, y otro por el ajuste necesario a sus actividades operativas y administrativas, las Afores han mejorado la atención para los clientes, sin dejar de considerar dicho elemento, el de la atención al público, como de permanente revisión y mejoramiento.

Sin escándalos, aunque con un pendiente de la Cofece

También, es importante señalar que hasta el momento no se registra algún escándalo financiero en el sector, no se tiene conocimiento de alguna quiebra que haya puesto en duda el patrimonio de los ahorradores o generado riesgos sistémicos, al tiempo que los procesos de fusión registrados se han llevado a cabo con orden.

Tampoco existen evidencias de malos manejos en las tesorerías, o de un fenómeno masivo de traspasos mal intencionados o peor aún, fraudulentos.

Sin duda que lo anterior es un punto a favor para la actividad regulatoria y para el sistema en general a lo largo de los 18 años que tiene de vida. Los “negritos en el arroz” son pocos hasta el momento y no de gran impacto, cuando menos para lo más valioso: el patrimonio monetario de millones de mexicanos.

Sin embargo existe un pendiente; el año pasado la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), anunció que investigaba una posible colusión de algunas Afores para manipular los niveles de las comisiones, una acusación grave a la luz de la transparencia con la que, al menos en apariencia, se ha conducido el sector en general.

Está pendiente la resolución de la Cofece, cuando se hizo pública la investigación el organismo advirtió que los resultados podrían tardar hasta un año, por lo que en cualquier momento hasta la primera semana de julio podríamos conocer las resoluciones de lo que es la primera gran investigación de un organismo regulador contra los participantes del sector.

Cualquier cosa debe operar en beneficio del sistema, ya sea que se detecten prácticas desleales y se les ponga nombre y apellido, o bien que la investigación se cierre sin encontrar más allá de algunos puntos a corregir.

El sistema tiene que seguir aprendiendo, subsanar algunas deficiencias y enterar a la opinión pública; la transparencia con la que se maneje será uno de los factores que siempre abonarán en su credibilidad, incluso si tuvieran que reconocerse prácticas poco éticas.

Alguna vez un funcionario de Consar platicó al autor de este documento que faltaba en el sistema un “conector” con la sociedad, en su papel de autoridad reconocía esa deficiencia. Dicho elemento sí existía en otras partes del mundo como Chile, para mencionar un país Latinoamericano en vias de desarrollo como México, señaló la fuente. En ese momento el sistema se acercaba a los 15 años de existencia, hoy es notorio que ese “conector” sigue haciendo falta.

Es de reconocerse los esfuerzos de la autoridad reguladora y del gremio en el acercamiento con la sociedad, las campañas son numerosas y constantes, vamos por buen camino y el avance es notable. También es cierto que no es una tarea de corto plazo, sobre todo en un país cuyos índices de cultura financiera son bajos.

Sin embargo, en una nación tan grande como México, con millones de personas que no tienen acceso a internet, y con un gran mercado informal, los esfuerzos nunca serán suficientes, el sistema en su conjunto tiene que buscar esos “conectores” y utilizarlos para lograr el que debe ser uno de los grandes objetivos para la segunda mitad del ciclo de acumulación: conectarse con la sociedad.

Indicadores afores

Las diferentes facetas de las comisiones

Cuando en marzo de 2008 inició el cobro de la comisión única por saldo, el sentido común indicaba que los ingresos de las Afores crecerían inercialmente, así fue.

El ajuste al esquema de cobro de comisión fue un factor benéfico para las Afores porque se eliminaron mecanismos combinados que, aparte de todo, confundían al trabajador; probablemente también dicho esquema era caldo de cultivo para que no se ejerciera la transparencia debida, eso no lo sabremos y para estas alturas ya no tiene mucho sentido. El mecanismo actual es muy sencillo: ingresos crecientes para el SAR por las cuotas que pagan los trabajadores afiliados al sistema de cuentas individuales, lo que se traduce en flujos mayores por concepto de cobro de comisiones.

También se simplificó la actividad reguladora, lo que le permitió a Consar centrar sus baterías en el abatimiento de una sola tasa referente y no varias, la complejidad siempre lleva al desperdicio de recursos y talento.

Para los trabajadores el problema siempre ha sido pagar comisiones, y lo seguirá siendo. Es una realidad que a nadie le gusta pagar comisiones.

Sin embargo, los resultados valen la pena, hace tiempo que prácticamente la mitad de los activos totales del sistema pertenecen a ingresos generados por las Afores en su actividad diaria de invertir; más de un billón de pesos fueron creados a base de estrategias de inversión, no corresponden a cuotas de aportación, eso en los últimos 18 años.

El ruido mediático que se genera cada que las Afores informan sobre sus resultados, no abona en la interpretación correcta de lo que sucede, las diversas tareas que realiza el sistema y los resultados que se obtienen.

 

comisiones

Repetimos, el sistema ha generado más de un billón de pesos en ingresos por inversiones, pudo ser más, pero también podría ser menos; la cifra no es menor, sobre todo considerando que llevamos 8 años de frenética volatilidad financiera global, más lo que falta.

En un mundo tan cambiante, no podemos darnos el lujo de abrir espacios para la desinformación, las Afores ya cumplen un papel vital para la economía del país, no son únicamente instituciones que extiende la mano para cobrar comisiones.

El desplome de los cobros

El compromiso de la autoridad reguladora es abatir al cierre de la administración la tasa promedio de las comisiones a menos de uno por ciento, la barrera de resistencia en las Afores. Una década atrás las tasas que se cobraban por la administración de fondos de ahorro para el retiro eran cercanas a 7 por ciento, y más atrás el sistema inició con cobros aproximados de 15 por ciento.

Si lo comparamos con el nivel promedio actual de 1.06 por ciento tenemos una noticia que darle: las comisiones que cobran las Afores a los trabajadores no han bajado en todos estos años. Repetimos, las comisiones que cobran las Afores a los trabajadores no han bajado en todos estos años, literalmente se han desplomado.

Entre una actividad reguladora que lo ha fomentado y las condiciones de los mercados, las Afores cobran hoy comisiones que en algunos casos son inclusive inferiores al punto porcentual, hablamos desde hace varios años de cobros de comisiones en mínimos históricos, intentar que los administradores no cobren por un servicio es absurdo y riesgoso, esas voces son respetables pero peligrosas y el sistema en su conjunto debe poner atención.

En todo el mundo se cobran comisiones por administración de activos, pero no es del todo correcto señalar que las Afores se llenan de dinero mientras los trabajadores cada vez ganan menos.

Como lo hemos señalado en este trabajo, los rendimientos de los fondos de ahorro para el retiro han bajado significativamente por las condiciones de los mercados, esas mismas condiciones indican que es muy probable que la tendencia se mantenga al menos por un tiempo; asimismo, el abatimiento de las comisiones es uno de los movimientos financieros más significativos del sistema nacional en los años recientes, a pesar del entorno global.

Las comisiones no causan simpatía en ninguna parte del mundo, en general se trata de costos que se interpretan como un atentado al patrimonio de los ahorradores e inversionistas.

Sin embargo, las instituciones precisamente tienen costos que deben absorberse de alguna manera, una de ellas es el cobro de las comisiones. En el mundo financiero este cobro ha existido siempre, y debe mantenerse porque es una herramienta del libre mercado: se realiza un servicio y se paga por este.

Por supuesto que en el caso del SAR las comisiones tienen margen para bajar, seguro así será.

El gran reto de largo plazo

No hay duda, revisar el nivel de las cuotas de aportación es el gran reto de largo plazo para el sistema, y uno de los temas vitales en la agenda económica nacional, que ahora parece escondido pero que saldrá tarde o temprano.

Es notorio que el tema reviste un problema llamado costo político, que se impone hoy por hoy al factor económico; más aún en un entorno de crisis constantes que impide que algún grupo político esté dispuesto a sacrificar sus cuotas de poder para evitar una crisis mayúscula.

Lamentablemente este último, el costo económico, es más impactante para el país, sin embargo los cálculos políticos son los que más frutos dejan, aunque sea pasajero.

Reiteramos nuestra postura de que uno de los grandes debates nacionales que México necesita no es precisamente el que está relacionado con el uso lúdico de la mariguana, ese que atrae los reflectores.

Tampoco el gran debate nacional es o debería ser el uso medicinal de ésta, ni siquiera debería ser tomado en consideración ya que si una de las obligaciones básicas de cualquier estado es preservar la vida y la salud de la población en general, bastaría con que los responsables actuaran para darle a quienes lo necesiten, las dosis necesarias en beneficio de su salud.

Mientras no se revisen, claramente al alza, las cuotas de aportación, estamos jugando y administrando un problema que tarde o temprano estallará con todas sus consecuencias. Lamentablemente, todo apunta a que en 2016 tampoco pasará nada al respecto, menos ahora que el mundo, México incluido, se debate en otra crisis.

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