La disputa de clientelas electorales en la CDMX

Manuel Ávalos, analista político, para El Rincón del Chamán

La semana pasada trascendió entre las organizaciones sociales que integran el PRD en la Ciudad de México, la renuncia del líder de los UNOS, Juan Manuel Martínez alias “el Oso”, una de las organizaciones importantes de la estructura territorial en la zona centro de la Ciudad de México, como protesta e inconformidad de la imposición del ex diputado Roberto López como coordinador de campaña del PRD en esa zona para los comicios para elegir la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.

Fuentes cercanas a esta organización advierten que el líder de los UNOS aspiraba a ser el coordinador electoral del PRD por considerar tener los suficientes méritos para esa responsabilidad. Esta organización anunció su incorporación a las filas de Morena.

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También recientemente renunciaron dos organizaciones importantes del PRD como son Colonos Viajeros Tierra y Libertad de Hermelinda Alvarado quien anunció una alianza con el PRI, y la Asamblea de Barrios del líder Rodolfo Pichardo, ambos acusaron a los operadores políticos del ex secretario de Gobierno y actual secretario de Movilidad, Héctor Serrano, de utilizar la bases de sus organizaciones sociales como su patrimonio personal y familiar.

La salida del PRD de líderes de organizaciones urbanas clientelares no parecería extraño en un partido que a lo largo de su historia se ha caracterizado ´por la gran movilidad de sus integrantes y por sufrir el desmembramiento de militantes, líderes o incluso de grupos de mayor presencia social y política. Sin embargo, la pérdida de liderazgos de grupos urbanos en la Ciudad de México resulta preocupante pues dichas organizaciones han significado en un alto porcentaje el voto duro o seguro que garantiza el triunfo electoral.

El ex presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, identifica a las organizaciones clientelares como estructuras piramidales que operan durante las campañas electorales y el periodo entre campañas. Su objetivo central es ganar elecciones, pero el periodo entre campañas, su trabajo es ganar la lealtad política de la ciudadanía, a través de mecanismos tradicionales del reclutamiento de nuevos simpatizantes y la gestión de beneficios materiales, que es piedra angular del clientelismo electoral.

Dichas organizaciones trabajan a nivel de barrio o colonia, y obtienen el reconocimiento de sus habitantes por su capacidad de gestión y de consecución de beneficios materiales a los vecinos. Su estructura piramidal se localiza en donde el partido tenga mayor acceso a recursos públicos y no sólo dependerá de la lealtad de los simpatizantes, sino también del dinero disponible para gestionar beneficios materiales para la ciudadanía.

Estos recursos disponibles generalmente provienen de simpatizantes o patrocinadores privados, pero otra fuente importante de este dinero proviene de las prerrogativas de los partidos, del erario, cuotas sindicales o gremiales, y del desvío de recursos públicos.

Empero, nosotros creemos en el caso del PRD en la Ciudad de México hasta antes de los comicios del 2015, su estructura territorial y organizaciones clientelares contaban con una enorme bolsa de recursos proveniente del gobierno de 13 de las 16 delegaciones políticas y de la participación y control territorial del enorme paquete que integran los programas sociales que el gobierno central perredista diseñó desde 1997, pero sobre todo durante los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.

Ahí jugó un papel central la tribu de Izquierda Democrática Nacional (IDN) que comanda René Bejarano, combatido y disminuido políticamente en la administración de Miguel Mancera.

El debilitamiento del PRD ha complicado su capacidad de incorporar o mantener organizaciones urbanas clientelares que lo mantuvieron por tres administraciones como partido hegemónico en la CDMX, ahora tiene enfrente a un adversario que se gestó en sus entrañas, que lo conoce y que le está ya disputando cada organización urbana y cada territorio de la Ciudad de México.

En su primera confrontación electoral en el 2015, Morena le quitó la mayoría legislativa y cinco delegaciones políticas, los pronósticos para la elección de los integrantes de la Asamblea Constituyente de junio próximo no son los mejores para el PRD, que lo ubicarían en una posición altamente vulnerable en el camino hacia los comicios del 2018.

En la medida que se acerca el inicio de las campañas electorales para elegir los 60 diputados de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, ya se observan un fuerte movimiento de los partidos por acercarse a estas organizaciones clientelares y buscar alianzas con ellas para elevar su votación.

Otros partidos como el PRI, con una añeja tradición corporativista y clientelar, señalan algunas fuentes, apostarán a reposicionarse en la Ciudad a través de su acercamiento con los comités ciudadanos y con asociaciones civiles.

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