Tamaulipas y Veracruz, los comicios del Golfo

Manuel Ávalos, analista político, para El Rincón del Chamán

Para los estudiosos de las elecciones en México seguramente los próximos comicios estatales será una veta muy rica de elementos y datos, pero no como la sobada muletilla de “laboratorio electoral” de los próximos comicios federales del 2018, sino porque en los casos de Tamaulipas y Veracruz, entidades en donde empieza el Golfo de México en el territorio mexicano, son regiones de carácter estratégico en materia económica, comercial y de seguridad nacional.

Sin subestimar la importancia de los procesos electorales de Chihuahua, Oaxaca, Aguascalientes, Tlaxcala, Puebla, Sinaloa, Quintana Roo, Zacatecas y Durango, en donde se elegirán gobernadores, en los cuales todos juegan un papel relevante para la futura sucesión presidencial, los comicios de Tamaulipas y Veracruz, podrían resultar emblemáticos por su imbricada madeja de intereses que juegan en sus procesos políticos que rebasan su carácter local para ser considerados de alta prioridad para el sistema político.

La disputa electoral en estos dos estados del Golfo de México se desarrollan en un marco social y político de alta explosividad por la intervención de intereses y actores que rebasan por mucho la idea cultivada ex profeso de ser una disputa de camarillas políticas de partidos y hasta de carácter familiar, que busca mediatizar el fondo de una lucha despiadada de fuerzas extra regionales y extra legales que pretenden imponer su control de una de las zonas más ricas y productivas del país y alta prioridad en materia de comercio y de seguridad nacional.

En el caso de Veracruz, una entidad de una larga tradición política priista, su clase política se ha visto deteriorada por intereses que rebasaron las siglas partidarias para apoderarse de las estructuras municipales y de las propias organizaciones políticas que han afectado sensiblemente la seguridad social y económica de la región, que se ha visto agudizada por un gobierno incapaz, que ha dejado actuar de manera abierta a los grupos delictivos y que tiene a la entidad en un ambiente social irritado y enconado, que podría originar una sorpresa en las votaciones del mes de junio.

La confrontación política entre facciones surgidas de la misma cepa y ahora convertida en una disputa entre la familia Yunes parece encaminar a un hartazgo de la ciudadanía que podría orillarla a dar su voto por una opción diferente y nueva, según las mediciones de las tendencias electorales más recientes. La encuesta levantada hace apenas una semana por el diario El Universal establece una diferencia de apenas 5 puntos entre el primero, Miguel Angel Yunes Linares de la alianza PAN-PRD y el tercer lugar con Cuitláhuac García, maestro universitario que abandera el partido de Morena.

No obstante, los pronósticos advierten que faltando un mes para las votaciones, la tendencia se cerraría al grado que la calificación de los comicios podría terminar en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, con un alto grado de probabilidades de su anulación por el cúmulo de violaciones a la ley, principalmente en el relacionado a los gastos de campaña.

En el caso de Tamaulipas el proceso electoral no resulta de menor complejidad, pues se desarrolla en medio de un ambiente social de inseguridad pública y de falta de garantías para ejercer el derecho constitucional del ejercicio el derecho a votar de manera libre y pacífica. Estos son elementos suficientes para anular los comicios en la entidad norteña.

Los intentos por presentar en el resto del país una imagen descendente de la inseguridad que sufre Tamaulipas desde más de una década, la realidad se impone porque amplias regiones de la entidad continúan siendo víctimas de la delincuencia y el crimen.

Los tamaulipecos, que por momentos parecen tener tregua de esta guerra por el control del estado por donde pasa cerca del 70% del comercio del país a su principal socio, siguen siendo las víctimas de una lucha por el control del territorio de la frontera más cercana de la capital del país.

La disputa electoral entre los candidatos del PRI, Baltazar Hinojosa y Francisco García Cabeza de Vaca del PAN se ido cerrando peligrosamente por lo que se pronostica una votación similar a la de Veracruz. La cargada mediática a favor de Hinojosa dentro y fuera de Tamaulipas no deja duda de que es el candidato oficial favorito, pero los viejos priistas de la zona no pueden dejar de manifestar su preocupación por la falta de “despegue” del diputado federal con licencia.

Finalmente, la participación del candidato independiente, Francisco Chavira, quedará seguramente como una participación testimonial de los comicios en Tamaulipas, pues el empresario no logró atraer a un electorado harto de la inseguridad y la violencia, ni tampoco logró convencerlo de su “independencia”, además de que Jaime Rodríguez “El Bronco”, primer gobernador independiente del estado de Nuevo León, pintó su raya con el tamaulipeco y no le tiró un lazo de apoyo moral, por lo menos.

Fotos: Quadratín (cortesía)