Constitución CDMX en obra negra: ¿Frankenstein chilango?
|Las votaciones están a la vuelta de la esquina y pronto se sabrá quienes serán los elegidos para integrar la histórica Asamblea Constituyente de la CDMX. Eso sí, puras lumbreras.
Pero eso no obsta para que conste que hay una preocupación auténtica de muchos capitalinos que son el eje de la Megalópolis, que en la redacción de la nueva Constitución se impongan tantos parches y ocurrencias que den vida a una creatura, un “Frankenstein chilango”.
Y la revisión de las plataformas programáticas propuestas por los partidos y publicadas por el INE, tarea encargada por Melita Peláez (Mela para sus detractores), nos da la razón.
Ya no abundaremos en que a los partidos el tema de la contingencia ambiental les importa un cacahuate, tampoco que no ha sido posible revisar la propuesta del PVEM porque no se ve.
Menos rollo y vamos al “Chilango moment”.
El gran contraste lo ofrecen los partidos grandes que hoy son minorías, PRD, PAN y PRI, frente a la primera fuerza, Morena.
El PAN tiene una propuesta muy definida sobre el concepto de la Ciudad Humanista y subsidiaria; el PRD mantiene el mismo esquema de hace 19 años apoyado en el proyecto de la izquierda democrática y el PRI hace énfasis en dejar en la Constitución la definición de la Ciudad Capital de los Estados Unidos Mexicanos y sede de los poderes federales.
Sin excepción los partidos se dan sus rayones, aprovechando el viaje.
El PAN, por ejemplo, señala que si bien la CDMX es la ciudad más transparente también es la más corrupta; es la ciudad del desorden, la inseguridad, está sobreexplotada y colapsada. Sopas, como decía Don Juan mi abuelo.
Para el PAN capitalino lo importante es velar por los derechos de los habitantes de la CDMX y no que se beneficie a un proyecto político. La transición entre PRI y PRD, señalan los albiazules, no ha significado un cambio sustantivo, en 20 años la pobreza sigue presente y la desigualdad se ha profundizado.
Y por ello proponen acabar con los gobiernos de las tribus para garantizar los derechos de los ciudadanos, en vista de que los pilares de hoy son la extorsión, el cohecho, la corrupción y el sistema clientelar apoyado en los programas sociales.
Del lado del PRD, no hay nada nuevo bajo el sol. El diagnóstico es una justificación al proyecto de izquierda que se cristalizó en 1997.
Por eso presumen los programas sociales de Apoyo a los Adultos Mayores –los mismo viejecitos de AMLO-, el Seguro del Desempleo, los Útiles Escolares Gratuitos, el Apoyo a Madres y Jefas de familia y otros como Prepa Sí.
Los ejes de las propuestas del PRD proponen una ciudad abierta, libre, crítica lúdica y segura.
La perspectiva del PRI va por definir en la Constitución el concepto de la Ciudad Capital y sede de los poderes federales. Por ello apunta que es necesario que las formas de gobierno se desarrollen en un esquema republicano, democrático, representativo, laico y popular.
También establece que deben definirse las estructuras de las alcaldías, sus concejos y las potestades tributarias. Al mismo tiempo propone establecer la jurisdicción de los bienes inmuebles de la Federación localizados en la CDMX, además de promover mecanismos de combate a la corrupción, transparencia y rendición de cuentas.
Morena, el nuevo inquilino
El diagnóstico del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es demoledor y que conste que su raiz es el PRD. Porque plantea que la reciente reforma política “no representan los anhelos ni la lucha de las fuerzas democráticas y acota la autonomía de la Ciudad.”
Dice que la reforma política actual sigue distinguiendo a la CDMX del resto de las entidades del país, mantiene limitadas las facultades a las nuevas alcaldías, instituye el dedazo para limitar la voluntad soberana del pueblo e impone la sobrerrepresentación a las fuerzas conservadoras. Uf.
Morena perfila una “Constitución de avanzada progresista y de izquierda”. Y aquí empieza lo bueno. Plantea “acotar el excesivo poder de la Jefatura de Gobierno”. Para ello sugiere disminuir el tamaño de la estructura del gobierno central. Propone que el jefe de Gobierno actúa junto con un Concejo de Gobierno donde estén representados las alcaldías.
La asistencia social debe concentrarse en un órgano autónomo y no disperso en la Secretaria de Desarrollo Social, Instituto de Asistencia e Integración Social, DIF y Junta de Asistencia Privada.
¿Y los viejecitos? Alguien preguntó, pero no encontramos nada.
Para el Congreso propone mecanismos contra la partidocracia con únicamente 60 legisladores, 30 de mayoría y 30 pluris.
En la parte judicial destacan tres puntos: la elección democrática de los juzgadores; proceso de designación que rompa con monopolios y élites y la no-reelección de estos bajo ninguna modalidad (remember Rivapalacio).
Llama la atención la propuesta de una efectiva y real rendición de cuentas, para ello propone crear las bases de un Sistema Anticorrupción de vanguardia que transparente todos los procesos de compras gubernamentales, que establezca tabuladores máximos de precios, que transparente y haga públicas las declaraciones fiscales; que prohiban el uso de recursos públicos para promociones de imagen. Esto es lo que contiene a groso modo en sus sintéticas 17 cuartillas.
Lo que no señala es que no debe guardarse bajo cerrojo la información de obras como los segundos pisos, ¿o no?
De chile, dulce y manteca
Así como no queriendo, para el Partido Encuentro Social (PES) la reforma política aprobada para la Ciudad de México corresponde al grupo político que gobierna a la capital del país, lo dice así con todas sus letras.
En el caso del Partido Nueva Alianza (Panal) su propuesta eje es la de tener una ciudad libre y disfrutable, la base es una Ciudad liberal.
El documento del Partido del Trabajo (PT) es una joya del rollo, para llegar a la conclusión de que las izquierdas deben seguir gobernado la ciudad “retomando el postulado marxista de que la justicia social y la vida democrática sólo pueden florecer a partir del desarrollo de las fuerzas productivas y de la riqueza social que éstas generan, distribuida lo más equitativamente posible.” ¿Qué tal?
Para el Partido Movimiento Ciudadano (MC) la base discursiva para la CDMX es la misma de su plataforma nacional. El partido de Dante propone una Ley para el Desarrollo Metropolitano y como no queriendo advierte en dos párrafos que será necesario establecer medidas para que en la competencia económica se de el fin de los monopolios.
Pero es éste, sin duda, el “Chilango moment” –como diría el clásico-, y lo importante de un documento como la Constitución de la CDMX es que además de ser vanguardista, sus reglas se apliquen y cumplan. Si no, quedará como una creatura que disponga de una cosa y haga otra, un Frankenstein chilango y con dos pies izquierdos.
Lavaderus est
1.- ¿Los besó el diablo? Andrés Manuel López Obrador reveló que el villano favorito, el jefe de jefes, o sea Carlos Salinas de Gortari, ve con buenos ojos a por lo menos nueve prospectos para 2018.
Entre los elegidos de Salinas –dijo el tabasqueño que debe tener un topo cerca del jefe de jefes-, está Miguel Ángel Mancera. Y muchos pensábamos que su principal admirador era el senador Miguel Barbosa.
2.- Tome nota. De acuerdo a AMLO, el villano favorito tiene en su tabla prospectiva a Miguel Ángel Osorio Chong, Manlio Fabio Beltrones, José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Luis Videgaray, Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle, a Mancera y a Jaime Rodríguez Calderón.
3.- Los disidentes de la CNTE no quieren saber nada de Nuño. Parece que las advertencias de despidos y descuentos a los salarios no hicieron mella en los mentores que lo que menos hacen es cumplir con sus obligaciones de dar clases. Ayer las representaciones de Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Morelos anunciaron un plantón indefinido pero en Bucareli, muy cerca de la Secretaría de Gobernación. Dicen que ya se cansaron de que Nuño no les hace caso y por eso ahora buscan a Osorio Chong. Dicen que Nuño se la debe al hidalguense.
4- ¿Y será que la nueva Constitución tendrá un apartado para definir reglas megalopolitanas que también ponga en orden a mexiquenses, poblanos, morelenses e hidalguenses? ¿O cada quién para su santo?