Partidos: ¿castillos de la impureza?

A los dirigentes de los partidos nada más les falta la túnica blanca y el copal para hacernos creer que va en serio eso de la purificación, que no es otra cosa que limpiar el cochinero.

Cuenta la leyenda que la Güera Rodríguez, un personaje de gran vida social en el México en la etapa de la Independencia fue llamada por la Santa Inquisición para que respondiera por sus simpatías con los independentistas.

Pero cuando estuvo frente a sus jueces les echó en cara el doble discurso de la justicia y los muchos episodios de la vida personal harto comprometedora de sus inquisidores y, la liberaron. Eso dice la leyenda.

Muchos años han pasado para presenciar la parafernalia de los actos de purificación. Esta vez con el estreno de la nueva legislación anticorrupción, que casi de un día para otro llevó a la conclusión de que cada partido político tiene cola que le pisen.

Pero esto tiene más cara de un acto de expiación para recuperar puntos en los niveles de aceptación entre los ciudadanos. Veamos.

La reciente derrota del PRI en las elecciones del 5 de junio fue un detonante de la ruptura entre los virreyes tricolores y Los Pinos. La aparatosa derrota hizo que los góbers perdedores cayeran de la gracia de you know who y los pusieran a merced de la justicia, por abuso de poder, lo que implicaría expulsarlos también del reino partidista.

Se trata nada más y nada menos que de tres gobernadores en funciones, pero que fueron derrotados en las urnas, y un ex gobernador que por una maldición de las promesas de campaña de sus adversarios, terminó en los juzgados. Aunque amparado.

Nos referimos a los gobernadores de Chihuahua, César Duarte Jáquez; de Quintana Roo, Roberto Borge y de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.

El ex gobernador de Nuevo León es Rodrigo Medina.

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Pero mucho antes, en otras casas, había rumores de los moches en el seno del Partido Acción Nacional (PAN). Pero el mayor escándalo tronó contra del ahora ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés.

Pero también se puso en primera fila, por los delitos de abuso de autoridad y uso indebido de funciones la ex alcaldesa, Margarita Arellanes, la misma que le entregó las llaves de la ciudad regia a Dios.

Y aunque se han escuchado voces muy fuertes al interior del PRD, los dirigentes del sol azteca han optado por quedarse calladitos, para no revivir los penosos episodios que les hizo pasar el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero. Es más, ya ni se acuerdan que el ex alcalde José Luis Abarca, señalado como responsable de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, era del PRD.

Los cruzados anticorrupción

Enrique Ochoa Reza se reveló como un auténtico cruzado en la noble tarea de limpiar el cochinero priista. Las hipótesis es que las derrota del 5 de junio fueron las principales razones para actuar, ¿no lo habían notado antes?

Un poco improvisado pero comenzó la limpieza. Inédito, pero se interpusieron controversias ante la Corte para evitar que los gobernadores de Chihuahua, Quintana Roo y Veracruz, se blindaran nombrando fiscales a modo.

Y ya encarrerados, se anunció la decisión de expulsar del PRI a los góbers incómodos. Curioso pero Rodrigo Medina lleva muchos meses fuera del gobierno, enfrentando las acusaciones de El Bronco y a los priistas no se les había ocurrido expulsarlo, sino hasta ahora.

El punto es que los gobernadores aludidos retiraron las iniciativas de los Congresos estatales motivo de las controversias. El Ejecutivo Federal pidió al Congreso apurar a la Corte para desahogar estos asuntos. Ni tardo ni perezoso el panista Gil Zuarth desahogó el trámite.

En el tricolor la Comisión de justicia partidaria se ha tomado su tiempo, para convencerse que todos los priistas estan de acuerdo aunque todavía no se les ve muy convencidos.

En todo caso la mano que ejecutará la decisión será la de Fernando Elías Calles Álvarez, presidente de la Comisión de Justicia Partidaria.

PAN, los pecados de familia

En el PAN también pusieron sus barbas a remojar. Y Ernesto Ruffo fue el primero en advertir que más temprano que tarde el PAN tendrá que decidir la expulsión del ex gobernador Guillermo Padrés y de la ex alcaldesa Margarita Arellanes.

El tabasqueño José Rodríguez Prats –ex priista por cierto- coincidió en que su partido debe dar este paso para purificarse. A Padrés lo acusan de evasión fiscal, enriquecimiento por abuso de funciones y hasta de lavado de dinero.

Será nada menos que Luis Felipe Bravo Mena, presidente de la Comisión Anticorrupción del PAN, el encargado de expulsarlos.

El problema es que ni todo el jabón marca ACME del mundo podrá borrar de la memoria el agarrón entre Ricardo Anaya y Javier Corral que cumplió un año el 30 de julio, cuando los entonces aspirantes a la dirigencia nacional del PAN se trensaron en una suerte de acusaciones por el asunto de los moches.

En aquel entonces se divulgó una grabación en la que se supone que Anaya le pidió recursos a Miguel Ángel Yunes para apoyarlo. Dicen que se aclaró. Dicen.

El PRD olvidadizo

Lo más curioso del caso es que en el PRD tienen problemas de memoria.

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Cuando la entonces dirigente encargada, Beatriz Mojica Morga, visitó Guerrero, no quizo hablar sobre la suerte de Ángel Aguirre Rivero, el ex gobernador que debió renunciar tras el escándalo de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace dos años en manos del crimen organizado. “Hay problemas más importantes”, dijo.

Hace dos años a Carlos Navarrete se le caía la cara de vergüenza tras reconocer que permitieron el impulso de militantes vinculados al crimen organizado. Esa fue una de las causas de su renuncia.

Dicen que Ángel Aguirre negoció su renuncia. En escándalo creció con la detención de Carlos Mateo, su hermano, acusado de desviar 287 millones de pesos. El 8 de octubre de 2015 el hermano incómodo fue liberado en virtud de que la PGR no acreditó la acusación. Y todos felices.

Foto portada: Cortesía de Quadratín

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