¿Qué hará la Comisión de Cambios ante la inminencia de la “paridad 20 a uno”?

Antonio Sandoval, especialista financiero, para El Rincón del Chamán.

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En los mercados globales el dólar ya alcanzó niveles históricos contra el peso durante la semana pasada, aunque en México la cotización de cierre más alta fijada por Banxico se mantiene en 19.4025 unidades, y data del 11 de enero de este año.

El pasado jueves 15 de septiembre mientras los mexicanos se aprestaban a conmemorar las fiestas patrias, el dólar escaló hasta 19.69 unidades en el mercado interbancario global (forex), a pesar de que Banxico cerró operaciones ese mismo día en 19.2520 pesos. El viernes 16 de septiembre las cotizaciones dólar-peso en el mercado de Nueva York fluctuaron entre 19.52 y 19.65 pesos, lo que seguramente millones de mexicanos ignoraron con la resaca de las fiestas mexicanas.

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Mientras el autor redacta este documento, la moneda mexicana se ubica en 19.55 pesos por dólar en los mercados asiáticos, que son los primeros que abren operaciones en la semana (domingo por la tarde-noche de la ciudad de México)

Como dice la canción “será mañana o pasado mañana”, pero solo es cuestión de tiempo para que en nuestro país lleguemos a la “paridad uno a uno”, es decir, un billete de 20 pesos por un billete de dólar.

En este contexto, lo relevante es analizar las opciones que tiene la Comisión de Cambios conformada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público así como del Banco de México, para contrarrestar la escalada del dólar, o cuando menos hacerla más “ordenada”. Sabemos y hemos constatado que la devaluación sí le pega a otras variables en nuestro país, por más que se niegue; el riesgo es que se diagnostique un “catarrito” para el peso, y resulte ser neumonía, sabemos que el impacto no es el mismo, pregúntenle a Hillary Clinton.

A continuación enlistamos las opciones que tiene Banxico, o mejor dicho la Comisión de Cambios, para actuar en el mercado financiero nacional y “estabilizar” al peso, desde la menos probable hasta la medida que mayor posibilidad tiene de ser ejercida en cualquier momento.

  • No se hará nada: Sabemos que el banco central mexicano sigue momento a momento la evolución del tipo de cambio, lo sabemos porque nos lo dicen y porque es su tarea, sería una mala noticia que no fuera de este modo. En muchas ocasiones se le ha acusado a Banxico, que en realidad debería ser a la Comisión de Cambios, de ser lento para reaccionar en el mercado. Sabemos que no es una tarea fácil y por lo tanto no nos atrevemos a emitir ese tipo de juicios; la tarea de Banxico es más difícil todavía en estos días porque el peso es una divisa altamente líquida, la quinta más negociada en los mercados globales, y algunas ocasiones está entre las tres primeras. No consideramos que Banxico, y la Comisión de Cambios, se quedarán impávidos viendo como el peso se deprecia, o devalúa para los puristas, otorgamos una probabilidad baja de que así suceda en las próximas semanas, de permanecer la escalada del dólar contra el peso.
  • Intervenciones mediáticas: Es casi lo mismo que el punto anterior, y desde luego la probabilidad de éxito es muy baja, los mercados nunca se han asustado con el cuento de “ahí viene el lobo”, menos ahora que hay sobradas razones para la debilidad del peso.
  • Intervenciones monetarias discrecionales: Aunque la medida tampoco suele ser efectiva en el largo plazo, es una acción más directa que puede inhibir la especulación en un porcentaje importante, con el objetivo de darle más “orden” al mercado. No es nada descartable que Banxico se gaste algunos millones para “estabilizar” al peso, más no para defenderlo, asumirlo de esta manera nos lleva automáticamente a un tipo de cambio predeterminado, que de ninguna manera existe en la mente de nadie con cinco gramos de cordura.
  • Medida monetaria extraordinaria: No se descarta alguna medida extraordinaria para influir en un peso más estable: quizás alguna modalidad temporal de encaje legal para el sistema bancario, un “apretón” a las posiciones de los bancos para controlar más las operaciones especulativas, un eventual regreso, corregido y aumentado, de esquemas como el de venta de dólares, etcétera. La medida tendría un impacto de más largo plazo, aunque también se corre el riesgo de que su implementación llegue en un mal momento debido a la fuerza del mercado, es algo que debe evaluarse profundamente.
  • Alza de tasas de interés, incluso antes que en Estados Unidos: La semana pasada supimos que la inflación en Estados Unidos subió más de lo esperado, lo que hace inminente un aumento de las tasas en ese país antes de que termine el año, con la intención de inhibir el consumo y fomentar el ahorro. Así, en México son igual de inminentes los eventuales aumentos en las tasas de interés para seguir la inercia estadounidense. Pero, debido a la debacle del peso, crece la probabilidad de que Banxico, y la Comisión de Cambios, se pronuncie por un incremento anticipado de los réditos en este país, un aumento incluso de hasta medio punto porcentual, o 50 puntos base en su tasa de referencia que hoy está en 4.25 por ciento, llevándola a 4.75 por ciento. El aumento de la tasa de referencia es hoy día la medida más probable para tratar de estabilizar a un peso cada vez más débil.

El verano había sido más benigno para el peso, respecto a la primavera; sin embargo, en su fase final la divisa mexicana se ha debilitado con fuerza y lo malo es que se espera un otoño complicado (fin de año), es hora de que la Comisión de Cambios hable, lo de menos es que lleguemos a la “paridad uno a uno”, el riesgo es que sea el principio de una debacle mucho mayor.

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