LA INDOLENCIA
|Por Manuel Ávalos, analista político.
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La más reciente sangría de militantes del PRD, con la cual suman ya 11 senadores que han manifestado públicamente su apoyo al proyecto político del candidato presidencial de Morena, incluyendo a Miguel Barbosa, defenestrado de la coordinación senatorial por la burocracia perredista que encabeza Alejandra Barrales, agudiza dramáticamente una crisis que viene arrastrando el PRD.
El divisionismo y la ruptura particularmente desde el 2012, cuando el PRD se suma al Pacto por México promovido por el Presidente Enrique Peña Nieto, parece alejar la posibilidad de una alianza nacional de la izquierda con miras a los comicios presidenciales del 2018, y complicar el triunfo del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
La incapacidad política o desinterés de la dirección nacional del PRD para frenar la salida de dirigentes y militantes desde la llegada de Nueva Izquierda (2008), mejor conocida como la tribu de “los Chuchos”, en una elección interna ausente de limpieza y plagada de recursos abiertamente antidemocráticos, parece confirmar la hipótesis de que el partido que alguna vez fue la segunda fuerza electoral del país, podría jugar un papel de partido bisagra en los próximos comicios presidenciales.
Por otra parte, resulta terriblemente cuestionable que los funcionarios públicos de un gobierno tengan que mantener una fidelidad a su Jefe Político o al partido que gobierna, siendo esta condición abiertamente violatoria a los derechos individuales de que goza todo ciudadano mexicano.
De continuar esta tendencia el gabinete del Miguel Mancera podría terminar su gestión como la sucursal del PRD, bueno de lo que quedaría del PRD en el 2018. Sería una lamentable forma de estrenar la flamante Constitución Política de la Ciudad de México.
Sin duda el patrimonialismo sigue siendo una de las taras nacionales de nuestro sistema político.
El Infierno: Pensar que los priistas les abrirán las puertas de Los Pinos por un espíritu democrático o de visión de estado en una guerra electoral como la que se avecina, es totalmente pueril de parte de muchos miembros de la oposición disfrazados de editorialistas y colaboradores de medios de comunicación que censuran el discurso del militante priista Enrique Peña Nieto.
Foto portada: Quadratín (cortesía).