La frustración
|Por Manuel Ávalos, analista político.
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Finalmente, el PRI en el estado de México o mejor dicho, el grupo político del actual Presidente de la República se saldrá con la suya y Alfredo del Mazo ganará los comicios del próximo 4 de junio, con un escenario altamente probable de conflicto poselectoral que llevará la calificación de la elección para gobernador mexiquense hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Este proceso acelerará el desgaste del priismo y su encrucijada de cambio o el regreso a la oposición.
La incapacidad de concertar una alianza electoral entre el PRD y el PAN, o de una alianza de la izquierda ( Morena y PRD), la “cargada” del aparato presidencial a favor del candidato priista hizo todo lo necesario para evitar que la elección del estado de México, la más grande electoralmente del país, se convierta en elemento fundamental para consolidar una plataforma electoral de la oposición de izquierda para posicionarse en las puertas de Los Pinos en los comicios presidenciales del 2018.
En tanto, los pronósticos electorales de los comicios locales de Nayarit y Coahuila favorables a los candidatos panistas, consolidaría al dirigente nacional, Ricardo Anaya, fortalecería una estrategia que había resultado exitosa en los pasados comicios locales del 2016 y catapultarlo como un serio aspirante a recuperar la Presidencia de la República en el 2018 para el blanquiazul.
Los triunfos en Nayarit y Coahuila significarían también un revés de Anaya a sus adversarios panistas, principalmente de los calderonistas, que no desaprovechan la oportunidad para pedir su cabeza al frente de la dirección nacional y con ello tomar por asalto el blanquiazul y la candidatura presidencial del 2018, con Margarita Zavala al frente.
En la cancha del PRD, el crecimiento de la candidatura del Juan Zepeda, consolida la fuerza de la corriente (ADN) de Héctor Bautista, cuya influencia en la zona oriente de la Ciudad de México y de los municipios conurbados mexiquenses representan una fuerza electoral nada despreciable en un futuro electoral altamente competitivo. El PRD consolidará su papel de partido bisagra.
El fracaso de la alianza PAN-PRD en el Estado de México, oxigenó fuertemente a la candidata de Morena, Delfina Gómez, quien se convirtió en la competidora más feroz del PRI, será un activo importante en la campaña presidencial de Morena en el 2018.
La derrota de Delfina será capitalizada por el dirigente nacional de Morena (AMLO) como la bandera propagandística de su campaña presidencial para demostrar la perversidad de “la mafia del poder”. La victimización sigue siendo rentable electoralmente.