De Frente y de Perfil: Los héroes silenciosos

Por Ramón Zurita Sahagún, director de la revista Personae

Dice el viejo adagio que los amigos se conocen en la cárcel y en la cama, pero valdría la pena que considere que la solidaridad se muestra en las tragedias.

Nuevamente esos héroes silenciosos, sin rostro, esforzados, que no buscan recompensas de ninguna clase salen a las calles, para ayudar en las contingencias, especialmente en las grandes.

Responden más pronto que las autoridades, sin convocatorias de ninguna clase y dedican tiempo y esfuerzo para ayudar a sus congéneres, se asocian, sin conocerse, con otros de su estirpe y sin ser expertos logran triunfos satisfactorios.

Se trata de rescatistas improvisados que no ponen más que su entusiasmo y su empeño, por servir a personas desconocidas, pero en situación de peligro que necesitan la pronta ayuda.

Esa decisión de miles de ciudadanos, profesionistas, empleados, estudiantes, amas de casa que no los mueve más que su deseo de ayudar, se mostró de nueva cuenta en el sismo del pasado martes, donde la población capitalina dejó en claro que si algo saben es ser solidarios ante las grandes contingencias y los graves problemas de la sociedad.

No son personajes que busquen cargos públicos, ni de elección popular y no cambian su ayuda por favores, como si lo hacen los políticos.

Queda claro nuevamente que la sociedad civil rebasa todos los estándares y que su capacidad de respuesta es más grande que la de grupos, partidos u organizaciones y que si ésta se une, el destino del país puede ser otro.

El temor de los partidos debe ser grande y poner focos de alerta, ante esta demostración de poderío de esos que consideran inexistentes y, que tal vez, lo sea, por ahora, pero que unidos pueden mover montañas.

Si algo queda claro es que políticos y partidos no tienen nada que hacer en esta contingencia y que hicieron bien en no presentarse con el característico oportunismo de siempre, ni realizar colectas, mucho menos formar centros de acopio o fundaciones que les permitan jalar a sus respectivos molinos.

La autoridad y las fuerzas armadas han tenido su papel protagónico, principalmente Marina Y Ejército que deja en claro lo necesario que resulta  un control de la zona.

Es cierto que la tragedia ha sido aprovechada por algunos malnacidos que abusan en todos los rubros, otros más que aprovechan para delinquir o para sacar provecho del asunto.

Pero si en la Ciudad de México, la tragedia ha sido enorme y atrae todos los foros, con las televisoras jalando rating por medio de los rescates que convierten en dramas y telenovelas, casi nadie volteó los ojos hacia Morelos, el estado donde se registró el epicentro del sismo y donde un par de pueblos estuvieron a punto de desparecer.

Es cierto que su gobernador Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, está calificado como uno de los peores gobernadores del país y estandarizado como el peor en la historia de Morelos (y miren que ha pasaron como gobernantes por ahí Jorge Carrillo Olea y Sergio Estrada Cajigal, entre otros), pero Morelos no ha sido centro de atención, con todo y que la tragedia golpeó fuertemente a la entidad.

Si en la CDMX hay un rango de entre 200 a 500 inmuebles dañados gravemente, en Jojutla y otros pueblos de Morelos. Tan solo en Jojutla hay 20 mil casas con daños superiores y de las 233 muertes provocadas por el sismo, en la CDMX hay 102 y en Morelos 69, son cifras terriblemente escandalosas.

La verdad es que Protección Civil de la secretaría de Gobernación, que encabeza Luis Felipe Puente, deja mucho que desear en cuestión de información real sobre el sismo y sus consecuencias.

Puente corrige y ajusta las cifras, no se sabe si por carecer de información adecuada o porque pretende maquillar cifras.

Lo curioso de esto es que en la CDMX, la lista de heridos y de damnificados que acuden a los centros hospitalarios o a los albergues es corta, en relación a la magnitud del siniestro.

De acuerdo con el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, los damnificados no requieren mayormente de alimentos, ya que las dos mil 500 personas que asisten a los albergues a comer o cenar se consideran pocas en proporción al siniestro.

Con todo y ello, vale la pena preguntar cuándo conoceremos la realidad de Morelos y hasta de Puebla, otro estado en que localizó parte del epicentro y donde los muertos alcanzan la cincuentena.

Por cierto que uno de los políticos catalogados como oportunista es Martha Erika Alonso, esposa de Rafael Moreno Valle, quien acudió a uno de los grandes centro comerciales de Puebla, para la compra de víveres que anunció llevarían ella y su esposa Rafael Moreno Valle Rosas uno de los centros de acopio e Atlixco, Puebla, una de las zonas más golpeadas por el temblor del pasado 19 de septiembre.

Y es que Martha Erika desea ser la candidata del PAN al gobierno poblano el año próximo, pero su marido va más allá, ya que el busca la candidatura presidencial de Acción Nacional y actos como estos se advierten como parte del oportunismo de los políticos.

Pocos son los políticos que se han asomado en esta tragedia, ya que saben la respuesta de la ciudadanía ante su sola convocatoria o aparición pública en los sitios más importantes de esta tragedia que mantiene en vilo el alma de todo un país y que muestra que la solidaridad de otros países es recurrente en el caso de México.

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Publicada el 21 de septiembre de 2017.

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