Crónicas zapotecas: mi ranchu gubiña

Por Juan Gómez Posada, periodista oaxaqueño

Dolor, eso es exactamente lo que sentí al llegar a este pueblo, mi Union Hidalgo, mi Ranchu Gubiña en zapoteco.

No puedo entrar más al fondo aquí lo dejo, dijo el chófer con cierta tristeza al llegar, y desde ahí el dolor aumenta, la primera casa destruida, unos pasos adelante otra caída.

Más de 300 casas tipo emblema de este lugar se vinieron abajo; siempre tiembla dijo un vecino, pero así jamás, este es la peor tragedia del pueblo, agregó.
Sembrado en el istmo de Tehuantepec y a 30 minutos de Juchitan, está mi pueblo, dónde llega la ayuda a cuentagotas, los damnificados piden apoyo, no es posible que 48 horas después recuerden que el pueblo está acabado, reprochan.
De 20 mil habitantes, Unión Hidalgo sufre, su gente está lastimada, un lugar de los más pobres de Oaxaca.
El sábado y domingo pasados hubo entierros en caravana, algo nunca antes visto, dice mi hermano quien perdió su casa.
Panorama desolador
Decenas de familias apostadas en las banquetas, cocinando con leña lo poco que tiene, meto las manos a la bolsa y me digo con qué puedo ayudar, en verdad créanme, todo resulta insuficiente, este pueblo sufre, mis paisanos sufren, mi gente está en pie pero algo falta, la sonrisa y eso no llegará a sus rostros hasta ver sus casas levantadas.
Saludos y un abrazo para todos. Subo un pie al autobús y mi mente va lleno de imágenes tristes, dejo a mi familia, a mi gente, a mis paisanos, una buena suerte para todos. Quiero volver, pero quiero ver a mi pueblo de pie, quiero ver a mis paisanos sonreír. Ayuden a devolverles la sonrisa.

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