El nueve nos mueve

Por Víctor González, periodista.

Para quienes no solo creen en las coincidencias, sino que a veces les mueven el tapete y les espantan, les atemorizan, el nueve seguramente los tambalea.

Y les mueve los corazones y hasta la conciencia…, por el temor, por la desesperanza, por la angustia.

Así es con el nueve y los terremotos. Dos de ellos, los más dañinos en la época moderna, registrados en el noveno mes del año. En el mismo día 19, coincidentemente. El más grave, el primero de ellos, a las 7:19 de la mañana.

Septiembre, mes emblemático del independentismo, se vuelve a teñir de rojo. Como dato triste el número total de personas que perdieron la vida en el sismo del 19 de septiembre de 2018 fue 369.

Pero el aniversario de la sangrienta Revolución Mexicana no se queda atrás. San Juanico, en aquél fatídico 19 de noviembre de 1984, cuando a las puertas de la Ciudad de México, una gran explosión causó muerte, destrucción y desolación.

Posterior a ellos, y en cada caso, vino también el terremoto político, cuando las denuncias de corrupción afloraron. Los cochupos y los moches relacionados con licencias de construcción o de decisiones fuera de la ley no se hicieron esperar.

Pero los involucrados se lograron sobreponer, porque la moral es simplemente el “árbol que da moras”, según el insigne filósofo tricolor potosino Gonzalo N. Santos.

México en la piel, así te llevo México, dice la canción, hoy muy de moda. Quizá haya razón. Pero para los beneficiarios de las desgracias más bien sería así me llevo a México. El nueve le ha caído muy bien, sobre todo a los políticos.

El nueve y la política. Y sus coincidencias; sus pesadillas también.

Porque fue en 1929 cuando nació lo que hoy se conoce como Partido Revolucionario Institucional (PRI), siendo su antecedente inaugural el Partido Nacional Revolucionario (PNR), y que, cómo no, ha sabido mover a México. ¿O no ese es el lema preferido de la administración peñista? El PRI nace como tal un 19 de enero de 1946.

En ningún terremoto ha tenido afectaciones graves (ni en los de la naturaleza ni en los políticos, pues sigue vivito y coleando), y que como todo mundo sabe o más bien lo siente, está hecho y cimentado para movidas.

O qué se puede decir del Partido Acción Nacional (PAN), que hace su aparición en 1939, y que hoy parece estar en un terremoto de nueve grados, viviéndose una auténtica batalla campal entre sus miembros, movidos por la ambición.

O el primo hermano del PRI, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que sí, lo trajo la cigüeña en 1989, y que hoy no solo está partido, está en terreno movedizo, al grado de que, sin fuerza, lo menea el independiente Miguel Mancera.

Ah, también Morena apuesta por el nueve. Su pastor anuncia su aparición el nueve de julio de 2014. La ejperanza de México, al igual que la Vírgen Morena del Tepeyac hace su aparición un día nueve, ésta a san Juan Diego, en diciembre de 1931.

El nueve, número de Dios que guarda una íntima relación con fechas y la evolución humana. Será que él nos ha puesto a prueba y no nos hemos dado cuenta o nos hacemos los occisos.

Si bien sobre el terremoto del 19 de septiembre de 1985 nunca se sabrá cuántas personas perdieron la vida, hubo dos casos sobresalientes que causaron la muerte a un importante número de estudiantes. El Conalep, en la calle de Iturbide, en el centro de la ciudad, y en el Colegio Academia Americana en Miguel Ángel de Quevedo.

Y 32 años después, en este otro 19 de septiembre, ocurrió otra tragedia escolar. El colegio Enrique Rétsamen se derrumbó y entre sus ruinas perdieron la vida 19 pequeños y siete adultos.

Pero antes, en 1979 un gran temblor había echado abajo las instalaciones de la Universidad Iberoamericana en Taxqueña. Ahora, en este 19 de septiembre, le tocó al Tecnológico de Monterrey.

Después de todo ello, qué más falta. Si el nueve nos mueve, que Dios nos agarre más que confesados.

Porque el terremoto político está a todo lo que da, por la más grande y apetecible movida: la Presidencia. Lucha que se dará encarnizadamente en los próximos nueve meses.

Como en las luchas, por un lado, está el independiente con el corazón más priísta de todos, José Antonio Meade, que nació en 1969. Y por el lado blanquiazul, su dirigente Ricardo Anaya, que llega a este movido mundo en 1979. Ambos de febrero, y del mismo signo zodiacal.

O también el peje Andrés Manuel López Obrador, quien está por cumplir 64 años, dejó la presidencia del PRD en 1999, para irse en pos de la gloria, siendo su primer escalón el gobierno de la Ciudad de México, para eternizarse en la candidatura presidencial.

Y con nueve partidos políticos a nueve meses de las elecciones, la lucha no será sólo por la Presidencia, sino por nueve gubernaturas.

¡¡¡Ay nanita!!!… hay que prepararse para la gran movida… y rezar un novenario.

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Fotos: El Rincón del Chamán. Cabeza del Ángel de la Independencia y Arte Urbano.

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