Tec&Com // Violencia de género, violencia en Red

Por José Alfredo Pulido Ponce, especialista en Comunicación Estratégica. @japponc

La violencia es concreta y recurrente. Todos la padecemos. Se explica por el crecimiento de la desigualdad y la reducción del estado de bienestar que aumenta la insatisfacción social y también por la evolución del ser humano.    

Aun así, el uso de la fuerza para causar daño, pero también la negación del otro (Martínez, 2017), es una acción, un comportamiento social que no puede tolerarse para la especie, en el hombre y mucho menos en contra de la mujer.

Esa violencia real, que influye en nuestras vidas, tiene gran espacio en los medios de comunicación, en Internet y en las redes virtuales. Se reproduce y crece como yerba mala, ante la impasibilidad de todos frente al “dolor de los demás”.

Debemos luchar contra la violencia y todas sus formas de presentación: La violencia contra las mujeres -la presencial y virtual- en la vida real, Internet y los medios sociales, se ha convertido en un obstáculo para alcanzar la igualdad, el desarrollo y la paz a la que todos aspiramos.

De acuerdo con datos de la ONU, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia, principalmente por parte de su pareja. En México, nueve mujeres son asesinadas cada día. De 2015 a la fecha, suman 3,200 feminicidios a escala nacional. Sólo de enero a junio de 2019 se registraron 470 caso, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Hernández, 2017, demostró que Twitter es la plataforma digital donde más se promueven campañas de odio contra las mujeres y Facebook donde más se agrede a las mujeres activistas. El análisis de 80 mil mensajes identificó contenidos de misoginia y agresiones sexuales a mujeres menores de 29 años al mostrar imágenes con contenido sexual, provenientes de hombres.

Internet y las relaciones sociales

Existen numerosos tipos de violencia ejercida contra las mujeres. La conciencia y la educación se convierten en herramientas fundamentales para luchar en contra de ella.

La comunicación es un medio sustantivo para transmitir ideas e iniciativas revolucionarias, capaces de crear comunidades más fuertes, más informadas y más comprometidas. Herramientas útiles para transmitir valores humanistas como la diversidad y la equidad.

El auge de Internet y las plataformas digitales ha modificado de manera drástica los usos de los medios de comunicación, así como las identidades y las relaciones sociales, que ahora y cada vez más, están asentadas en la virtualidad.

Internet “enlaza a millones de personas en nuevos espacios que están cambiando la forma con la que pensamos, la naturaleza de nuestra sexualidad, la forma de nuestras comunidades, nuestras verdaderas identidades” (Turkle, 1997)

Con ello, en las “comunidades ciberespaciales de tiempo real, vivimos en el umbral entre lo real y lo ritual, inseguros de nuestro equilibrio, inventándonos sobre la marcha”

Redes de violencia

Un estudio (CIEG-UNAM, 2018), identificó que “las principales redes sociales (Facebook, Instagram) y plataformas digitales como YouTube y Neflix, contribuyen a perpetuar, justificar y normalizar la violencia contra las mujeres, principalmente a través de la representación de mujeres y hombres en roles estereotipados, perpetuando patrones de dominación y sumisión”. 

De acuerdo con la UNESCO, los medios de comunicación, Internet y las redes sociales no permiten tomar conciencia de la urgencia de actuar para cambiar la cultura de la violencia.

Además, diversas investigaciones han mostrado cómo Internet puede contribuir a diseminar roles de género hegemónicos asociados a la feminidad, lo cual genera estragos en la vida de las mujeres (Vela y Smith, 2016). Las nuevas tecnologías son hoy parte del ambiente de violencia de género que prevalece en todas las sociedades.

Para contrarrestar la violencia de género, deberían incluirse nuevos códigos en los medios digitales, líneas que garanticen la igualdad entre los géneros, el respeto a la integridad física y moral de las mujeres y la tolerancia hacia la diversidad sexual y corporal, entre otras acciones.

Es una realidad que vivimos una era de cambio digital, democrático, social y político. Sin embargo, puesto que la violencia nace en la mente de los hombres y mujeres, es en la mente de los hombres y mujeres donde deben erigirse los baluartes de la paz y la no violencia.

Fotos: SDPnoticias, AEInoticias.

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