Tec&Com2020 // Teletrabajo, antídoto ante la epidemia

Por José Alfredo Pulido Ponce, especialista en Comunicación Estratégica. Correo de contacto: [email protected]

Alguna vez predijo Bill Gates que la catástrofe llegaría en formato de virus y que no estamos listos para la siguiente pandemia. Hoy, la pandemia ya está aquí y ha confirmado que no estamos listos ante la magnitud de sus efectos y la rapidez en la evolución de su contagio. El planeta y la región no se encuentran en la mejor forma posible para enfrentar una pandemia.

“Si algo mata a más de 10 millones de personas en las próximas décadas es más probable que sea un virus infeccioso que una guerra. No serán misiles, sino microbios… dado que se ha invertido muy poco en un sistema para frenar una epidemia”.

No estamos listos, porque se ha invertido muy pocos recursos para generar una vacuna, la infraestructura en salud es insuficiente, la capacidad hospitalaria y los sistemas sanitarios que permitan prevenir y frenar la pandemia son insuficientes, precarios y no han dado resultados satisfactorios hasta el momento. Los efectos en la economía global ya se sienten y serán cada vez más graves.

Teletrabajo

Frente a la alerta del coronavirus, ha aumentada el interés general por el teletrabajo, ya que su implementación permite reducir las posibilidades de contagio en el trabajo y en el transporte, además de que fomenta la productividad, la capacitación, se protege al medio amiente y la educación a distancia, en ambientes asépticos y libres de contagio.

En México el teletrabajo está regulado y se promueve desde 2019, cuando el Senado decidió su incorporación a la Ley, así como las obligaciones de colaboradores y empleados, con el propósito de promover el trabajo a distancia como una posibilidad de empleo y autoempleo en ciertas actividades, mediante el uso intensivo de las tecnologías digitales que facilitan la comunicación.

El propósito ha sido “contribuir al desarrollo de una sociedad más incluyente, participativa y con mejor calidad de vida, en la que sea posible conciliar trabajo, reducir los efectos medioambientales y el estrés por el uso de vehículos y transporte público”.

De acuerdo con experiencias de otros países, el teletrabajo permitirá mayores posibilidades de desarrollo personal, se proyectará positivamente sobre el núcleo familiar y favorecerá las relaciones entre trabajadores y empleadores.

Desafíos: teletrabajo de emergencia

También el teletrabajo presenta desafíos que hay que enfrentar, relacionados con el uso intensivo de las tecnologías: ciberseguridad, la privacidad o la exposición de información confidencial, además de efectos psicosociales relacionados con el aislamiento y líneas difusas entre el trabajo y la vida pública.

Además, en las emergencias no son situaciones normales y no permiten el desarrollo de una labor en remoto con las garantías necesarias para que las personas que lo practiquen sean productivas.

Para que funcione debe planificarse y gestionarse adecuadamente, lo cual no está pasando en la situación actual, lo que puede representar malos resultados generalizados al implantar un teletrabajo de emergencia que no funcionará desde el punto de vista productivo.

Sin política previa, sin haber preparado las herramientas y sin replantearse el modo de dirigir el trabajo a distancia la cosa se ve complicada, por la falta de experiencia previa y soportes fundamentales.

Teletrabajo, valoración social

El teletrabajo, además de la relevancia que puede significar en estos momentos de emergencia sanitaria, tiene un efecto multiplicador en los procesos de modernización del Estado y el cierre de la brecha digital.

Produce una serie de beneficios en favor del trabajador y de la organización, que de otra manera difícilmente podrían alcanzarse: mejora la calidad de vida, aumenta la responsabilidad individual, ahorra tiempo y dinero en traslados y de oficina, flexibiliza el horario y ritmo de trabajo, reduce bajas y ausentismo, aumenta lealtad del personal…

No obstante, organizar el teletrabajo con prisa, sin planificación y en circunstancias excepcionales tal vez no ofrezca todos los resultados esperados. No obstante, su valoración no debe ser solamente productiva, sino también social.

Gracias al teletrabajo de hoy, será socialmente viable que los niños no acudan a las escuelas, que la población en riesgo y las personas en cuarentena puedan seguir trabajando desde sus casas, disminuyendo el riesgo para sí mismas y para los demás. La utilidad productiva será para otro momento, para la normalidad…

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