Y siguen dándole vuelta a la misma tuerca

Columnómetro de Aquiles Baeza.

1.- Estas son cinco de muchas ideas que dejó para la reflexión la conferencia magistral de Enrique Quintana @E_Q_ “Perspectivas económicas tras la crisis del coronavirus”, en la sesión Meet Point Virtual de @ElFinanciero_Mx

a) Si el gobierno no decide inyectar recursos a la economía como lo están haciendo muchos otros países en el mundo, en lugar de recortar el gasto, se harán realidad los peores pronósticos.

b) Las perspectivas de Dos Bocas tras la recesión son las de un mal negocio pues tendrá un mercado restringido por un buen tiempo; aunque el petróleo sea más barato el desplome del consumo de gasolina es una realidad.

c) El desplome del PIB en 2020 podría ser del orden de -7 por ciento o más, lo que equivaldrá a que habremos perdido siete veces el valor de nuestra actividad económica por ésta, la crisis más profunda de todos los tiempos.

d) También le irá mal al gobierno en sus finanzas, de no tomar medidas que ayuden a la economía.

e) Sin medidas que mitiguen el peso de la crisis económica, en el ámbito social la crisis se va a notar y al final, tendremos una mayor desigualdad.

Después del Covid-19 el mundo ya no será el mismo.

Aquí les compartimos el enlace de la conferencia en la versión de Vimeo: https://vimeo.com/411024826

2.- A veces uno llega a creer que la cultura es como la muñeca fea de la canción del grillito.

El sector cultural ha sido doblemente azotado, por los recortes presupuestales y por la pandemia. Y también por una que otra ocurrencia como el controvertido tema del Fonca.

A veces es más fácil documentar el pesimismo que el optimismo, dijo alguna vez mi vecino de la San Simón. No vayamos lejos pues en el muy sonado decreto de ajuste a los programas de gobierno de este año, la podadora presupuestal se puso a recortar todo lo que pudo, incluidos algunos privilegios y otras prestaciones como los aguinaldos de la alta burocracia.

El extremo fue la circular FP/100/02/2020 del 9 de abril en la que se comunicaba a las distintas dependencias gubernamentales que en atención a la emergencia nacional tendrían que recortar el 50 por ciento de los gastos de operación y servicios generales.

No había pasado ni dos semanas cuando el decretazo del 22 de abril copeteó el recorte a los gastos de operación y servicios generales, pero no al 50 sino al 75 por ciento.

Si bien afecta a todas las dependencias, lo más dramático es lo que le toca al sector cultura, sobre todo cuando se trata de instituciones con un presupuesto tradicionalmente insuficiente y con un gran déficit.

Lo que requieren algunas instituciones no es apretarles más las tuercas de la austeridad -aunque siempre responden sin remilgos- sino apoyarlas con más recursos.

Un caso que debería ser la excepción y atenderse de manera inmediata es el del Instituto Nacional de Antropología (INAH) cuya responsabilidad es el estudio, preservación, protección del patrimonio prehistórico, arqueológico, antropológico, histórico, paleontológico, arquitectónico, artístico, más lo que se acumule. Eso sí, orgullo de México en el mundo.

El funcionamiento de instituciones como el INAH es un acto casi heroico y sus directivos se han esforzado por mantener a flote a este vigilante de nuestro espíritu y raíces milenarios.

Para empezar el INAH arrastra un déficit histórico, de al menos 25 o 30 años, que hoy representa mil millones de pesos. Diego Prieto, explicó hace unos días que del presupuesto total anual del INAH, el 82 por ciento se va en salarios y prestaciones a los trabajadores de base; otro 6 por ciento a los de confianza y casi todo lo demás en personal eventual.

Lo que queda para gastos de operación no es mayor al 2 o 3 por ciento del presupuesto total, haga usted cuentas. La pregunta de Diego Prieto es ¿con qué vamos a trabajar?

Eso no queda ahí. El INAH obtiene recursos autogenerados por los servicios de museos y sitios arqueológicos en el país, estimados en 2019 en 780 millones de pesos, pero en 2020 con el cierre obligado por la crisis sanitaria, minará sustancialmente los recursos adicionales.

Y para acabarla de amolar, se plantea el recorte del 75 por ciento a gastos operativos generales.

Este gobierno se ha comprometido a revisar el tema presupuestal del INAH para sanearlo, pero no hace falta más rollo sino la respuesta de Arturo Herrera, titular de Hacienda, A ver si es cierto.

Ya se sabe que el tema no viene fácil, más bien es de harta complejidad si consideramos un desplome de indicadores como la recaudación tributaria y las remesas de los paisanos.

Pero no es posible seguir apretando las mismas tuercas porque llega el momento en que o se encuerdan o se rompen.

El INAH tiene como otras muchas instituciones nobles en México, liderazgo y prestigio cultural indiscutible, pero con problemas que pueden resolverse si no los tratan como a la muñeca fea.

Por eso no nos explicamos  cómo es que gasta en tantos proyectos sin futuro ni beneficio, cuando haría mucho bien fortaleciendo instituciones como el INAH.

3.- Memelandia.

¿Y cuándo terminará el encierro obligado por la pandemia?

__Pues San López Gatell mediante.

4.- Para el registro. En lugar de apoyar a las Pymes y en medidas para mitigar el efecto de la crisis sanitaria, el consorcio Mota-Engil con China Communications Construction Company recibirá casi mil millones de pesos para construir el primer tramo del Tren Maya en Escárcega, Campeche. ¿Y la selva, apá? Bien, gracias.

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