México tiene margen fiscal; también muchos prejuicios
Los diagnósticos están sobre la mesa, también los cómos más aterrizados para salir de esta crisis considerada como la más profunda de los últimos 90 años, lo que falta es un ingrediente fundamental, una respuesta más amplia, incluyente y sin prejuicios del gobierno federal.
Mientras los indicadores del desastre económico provocados por la pandemia siguen estrellándose contra nuestro buen ánimo y contra la expectativa de que las cosas no se pongan peor de como las estamos sintiendo, los especialistas coinciden en que el gobierno mexicano sí tiene margen fiscal -ojo sí tiene margen fiscal- para dar una respuesta positiva a las necesidades de recursos para atender las prioridades del sector salud y de la recuperación económica.
También advierten que es falsa la dicotomía de que si se atiende lo económico se afectaría la salud o viceversa.
Lo malo es que poco se puede esperar de #YaSabenQuién pues mantiene una actitud inflexible a cambiar sus prioridades y su particular manera de ver las cosas, lo que sin duda podría llevarlo a cometer errores que a la larga le saldrán mas caro a los mexicanos.
Se escuchan afirmaciones que parecían impensables:
“Si las empresas tienen que quebrar, que quiebren”, sentenció el Presidente de la República sin asumir que por cada empresa que cierre por insolvencia la seguirán otras muchas y el efecto pernicioso será contra el empleo.
Vamos por partes. La contención del gasto público y la austeridad son políticas públicas insuficientes para mitigar las cifras negras a las que nos está llevando la pandemia.
Es más, tendrían que hacer ajustes a temas sensibles para el actual gobierno como revalorar el tema Pemex y pausar inversiones como la de Dos Bocas y el aeropuerto Santa Lucía, para ampliar el margen de acción en la disponibilidad de recursos.
Es más, los especialistas apuntan a que la deuda pública podría aumentarse entre 6 y 8 puntos del PIB, lo que ayudaría en mucho a salir mejor librado de la crisis. Análisis como el BBVA advierten que de por sí la deuda pública aumentará por factores como la depreciación del tipo de cambio.
Se ha reconocido que México es de los países que menos recursos ha invertido en esta pandemia (escasamente el 1 por ciento del PIB), apenas por arriba de las Bahamas. Es tiempo de que se reconsidere, ¿qué no?
¿Y qué esperan?
El sector empresarial ha venido haciendo su tarea, no se ha quedado cruzado de brazos y espera una respuesta positiva del gobierno federal. El presidente debe actuar como jefe de Estado no como candidato en campaña.
Para sorprender a cualquiera, tenemos frente a nosotros al monstruo de la incertidumbre y parece que el gobierno federal no tiene prisa en acabar con la pesadilla.
Tras la presentación de las 68 ideas para la reactivación económica, a las que llegó el sector empresarial organizado, después de un impresionante ejercicio en el que participaron poco más de 135 mil personas, se esperaba una respuesta inmediata del Ejecutivo para liderar un gran Acuerdo Nacional.
La única respuesta formal que recibió Carlos Salazar Lomelín fue que po-si-ble-men-te, dependiendo de la agenda presidencial, podría plantearse una reunión entre los representantes empresariales y el Presidente de la República la próxima semana.
Por ahora las cosas no pintan nada bien.
¿Hay salidas?
Este fin de semana @ElFinanciero_Mx reunió en una mesa virtual a tres economistas de altos vuelos, Carlos Serrano (BBVA), Gabriel Casillas (Banorte) y Luis Foncerrada (American Chamber & Commerce), moderados por Enrique Quintana para dimensionar el tamaño de la recesión que estamos viviendo, la más espantosa que se recuerde, pero también para considerar lo que puede hacerse para mitigar en lo posible la recesión.
Las expectativas del desplome del PIB en México dan pavor, pues en el mejor de los casos Casillas situó el desplome de la economía en -7.8 por ciento este año; Serrano teme que caiga hasta niveles de -12 por ciento y Luis Foncerrada nos dejó ver que solo en el segundo trimestre de 2020 el desplome puede llevarnos hasta el -17.3 por ciento. De miedo.
Hay otros datos igual de catastróficos. Se espera una pérdida de 1.5 millones de empleos, una caída del 20 por ciento de las remeses de nuestros paisanos; el consumo ha registrado una baja del 20 por ciento, la inversión privada ha descendido 20.8 por ciento. Los servicios, el turismo y el consumo han sido los más afectados.
Los especialistas insistieron que hace falta una reacción fiscal contundente de parte del gobierno mexicano. Tiene margen para hacerlo.
Luis Foncerrada no tiene dudas de que el apoyo gubernamental debe darse cueste lo que cueste. Y este apoyo debe enfocarse hacia el sector salud, las empresas y a la población más vulnerable.
El punto es que el gobierno tendría que cambiar algunas de sus prioridades como mitigar el impacto financiero de Pemex, lo que le llevaría a cerrar algunos pozos, suspender las obras en Dos Bocas, ante el serio riesgo de que el próximo año México pueda perder el grado de inversión.
La crisis y la recuperación van a durar más tiempo de lo esperado.
A muchos nos urge volver a la normalidad. La pregunta es si realmente pronto volveremos a la normalidad. Parece que no. Hay quien estima que podríamos tardar de dos a tres años.
Suponemos que a estas alturas ya existe una estrategia bien pensada para coordinar de manera ordenada la reapertura.
Parafraseando a Foncerrada, nuestro principal enemigo puede ser la ignorancia. Por ello lo recomendable es que México debe reabrirse sólo hasta que se tenga la seguridad de que los contagios estén en niveles controlables.
De lo contrario el rebote será peor.
Por lo pronto se espera la respuesta formal del Presidente a las propuestas del Consejo Coordinador Empresarial. Y por el bien de todos esperemos que sea positiva, de lo contrario nos perderemos en nuestros propios lamentos.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Todavía no es tarde para definir acciones para atenuar el impacto
económico y en el empleo y prepararnos eventualmente para volver a la actividad productiva, señalaron especialistas y representantes empresariales durante la mesa redonda virtual Futuro laboral tras el COVID-19 ¿Oportunidad o desastre?, organizada por TallentiaMX.
Es importante contar con una planeación estratégica diseñada para los distintos momentos de la crisis, es decir, en la etapa de la emergencia sanitaria, de la reapertura de actividades y de la recuperación económica.
En este foro estuvieron Javier Treviño, por el CCE; Tomas Bermúdez representante en México del BID y Elías Micha, director general de TallentiaMX.
2.- Memelandia.
__Dime cuantas granjas de bots manejas y te diré quién eres.
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